LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -Después de varios meses de discusión, la Federación Cubana de Béisbol (FCB) espera por que el Departamento del Tesoro norteamericano decida si peloteros cubanos participan -sin recibir ganancias- en la venidera Serie del Caribe 2014, a celebrarse en Isla Margarita, Venezuela. De darse el visto bueno, es posible que Cuba participe bajo los mismos acuerdos del Clásico Mundial de Béisbol.
¿Mantendrá el gobierno cubano su postura de pagar la cuota de aproximadamente 1 millón 200 mil dólares como miembro de la Confederación del Caribe, a pesar de no recibir las ganancias que arroje la cita caribeña en Venezuela? ¿Dejará de utilizar a los atletas amateurs como mercancías e instrumento político?
La apertura de la FCB al profesionalismo reserva un acápite fundamental, los peloteros cubanos no deben convertirse en “mercancías”; además, deben tener derecho a regresar y jugar por Cuba si lo desean.
Sin embargo, el 2 de junio de 2012, en un comunicado emitido por el Noticiero de la Televisión Cubana (NTV), Cuba declinaba participar -en calidad de invitado- en la Serie del Caribe 2013, simplemente por no estar en condiciones de abonar 1 millón de dólares. Meses antes, Antonio Castro del Valle, hijo del líder de la Revolución y segundo al mando en la FCB, y Juan Francisco Puello, Presidente de la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe, habían ventilado en La Habana la posible inclusión de Cuba en la tradicional serie profesional.
¿En manos de quién está la decisión hoy?
El tema vuelve a estar sobre el tapete y las notas contraproducentes del oficialismo, tales como la política del embargo norteamericano y el adeudo de unos 2 millones 300 mil dólares a Cuba por participar en el 2do y 3er Clásico Mundial de Béisbol, se adelantan a la posible decisión del Departamento del Tesoro y la OFAC, Oficina de Control de Activos Extranjeros, según sus siglas en inglés.
En el espacio televisivo Mesa Redonda, correspondiente al lunes 4 de noviembre, el periodista Reinaldo Taladrid, refiriéndose a los acuerdos logrados con Cuba para el Clásico Mundial, dijo: “Si es muy semejante el acuerdo, hay que ver qué pasa después, porque es un derecho legítimo de Cuba, es algo que le corresponde; y hay qué ver que hace Cuba y qué hacen los países de la Confederación del Caribe”.
¿Olvidó Taladrid que Fidel Castro quiso disponer de los honorarios del equipo Cuba, correspondientes al primer Clásico Mundial de Béisbol (2006), con la finalidad de destinarlos a los damnificados del huracán Katrina en Estados Unidos? ¿Estará Cuba económicamente preparada para organizar una Serie del Caribe cada cuatro años, como exige la Confederación?
Pero la política deportiva cambió y se quiere rescatar a toda costa el profesionalismo que Fidel Castro bloqueó en 1961. El béisbol está en crisis desde 2007 y los peloteros necesitan dinero para no “traicionar el deporte revolucionario”.
De concretarse la decisión de la OFAC bajo las mismas condiciones del Clásico Mundial de Béisbol, está por ver si el gobierno cubano exige participar en igualdad de condiciones junto a México, República Dominicana y Venezuela.
Nuestro país no solo fue anfitrión y ganador de la primera Serie del Caribe, también fue el primero en transmitir los juegos de pelota por televisión; incluso mostró los partidos diferidos (en celuloide) en casi todos los rincones del país, a través de una empresa privada llamada Cineplán. A Cuba se le reconocen siete títulos del Caribe, cinco de ellos como invicto. La última de estas lides la consiguió en Panamá, en 1960, bajo la dirección de Tony Castaño. Un año después, por decisión de Fidel Castro, Cuba se despedía del béisbol rentado.
¿Regresará el béisbol cubano a la Serie del Caribe después de 54 años, esta vez con Villa Clara, equipo campeón de la LII Serie Nacional (2012-2013)? ¿Desestimará la OFAC el espaldarazo a Cuba por parte de las confederaciones venezolanas y dominicanas del béisbol rentado?
Auguro que las cosas se mueven entre la verticalidad de la dirigencia histórica y la influencia de Castro junior sobre la apertura al profesionalismo. El impulso que necesita nuestro béisbol es económico y hay que buscarlo dentro o fuera de Cuba, solo falta motivar a los actores y dejar de ver el deporte como una herramienta política. Ese es el bloqueo que más molesta.