LA HABANA, Cuba, febrero (173.203.82.38) – El filósofo español José Ortega y Gasset dijo que toda revolución terminaba en una restauración. La frase se vinculaba seguramente con el itinerario seguido por la Revolución Francesa de 1789, cuando después de la pugna entre jacobinos y girondinos, la monarquía borbónica llegó nuevamente al poder. Los comunistas, que siempre concibieron como eternas sus revoluciones, criticaron en duros términos a Ortega. Alejo Carpentier, lo calificó como “el eterno equivocado”.
Según los viejos de mi barrio, antes de 1959 en la esquina de mi casa había una fonda que era la delicia de todos. La fonda, como todos los negocios que había por los alrededores, desapareció en la década del sesenta como consecuencia de los desmanes contra la propiedad privada cometidos por las autoridades.
Ahora, en el contexto del reciente impulso al trabajo por cuenta propia, en el mismo sitio donde antaño estaba la fonda, se ha abierto una “paladar” (restaurante casero) donde también se vende comida para llevar. O sea, los vecinos del barrio cuentan con otra opción para alimentarse, después de tanto s años de ineficiencia de los establecimientos estatales, y de haber estado condenados a una escasez permanente de casi todo.
Es una lástima que ni Ortega ni Carpentier presenciaran el fin del comunismo en Europa oriental. Si la vida les hubiese alcanzado para ello, el pensador madrileño hubiese saltado de gozo ante la certeza de su vaticinio. A Carpentier, por su parte, el paso del tiempo tal vez lo habría convencido de su desacierto, y quizás hasta hubiera aceptado su error. Aunque es más probable que nunca lo hubiera reconocido, porque fue un talentoso embustero: mintió siempre, diciendo que había nacido en la habanera calle de Maloja, cuando se ha comprobado que en realidad nació en Suiza. Con razón Cabrera Infante lo llamó “cubano a la cañona”.
De cualquier modo, como mismo he contemplado la “restauración” de la fonda de la esquina, confió en el buen tino de Ortega y Gasset, y tengo la esperanza de que nos llegue a los cubanos la verdadera restauración vestida de democracia.