MIAMI, Estados Unidos.- La empresa estatal Mathisa, que fabrica almohadillas sanitarias, desarrolla un proyecto de investigación junto a la Universidad de Granma sobre cómo usar los desechos de su producción para generar ingresos y “desarrollar la provincia”, informó el periódico oficialista de ese territorio La Demajagua.
“El desecho de corte es resultado del proceso productivo de almohadillas sanitarias. En el reciclado de este tenemos cifradas las esperanzas para incorporar nuevos productos a nuestra cartera, generar ingresos a nuestra empresa y desarrollar la provincia”, dijo al medio de prensa Luisa Alonso Rodríguez, directora de esa empresa.
Mathisa, que es la única productora de almohadillas sanitarias en Cuba, “se inserta en la estrategia económica y social que ha trazado el país sobre todo en la sustitución e importaciones, la confección de almohadillas sanitarias y productos como la gasa y el algodón, destinados al sector de la salud de la zona oriental”, reza el texto.
Las autoridades cubanas informaron en enero pasado que Mathisa, que hasta ahora vendía sus desechos a las industrias locales, recibió cinco millones de dólares para garantizar la producción de almohadillas sanitarias en el primer semestre de 2020.
La producción de almohadillas sanitarias en la isla ha presentado diversos problemas en los últimos años, lo que el gobierno regularmente achaca a la falta de materias primas y a la trasportación del producto. Sin embargo, lo cierto es que la escasez de un producto tan básico para las mujeres todavía golpea en el país.
“El país le da prioridad a este asunto, y la responsabilidad recae en nuestra cadena de logística, desde la importación de todas las materias primas hasta la distribución a las farmacias, que es nuestro destino final. No obstante, buscamos alternativas en función de entregarlas”, dijo en enero Emma Hernández Ibarra, directora general de Mathisa.
A esto se suma que las almohadillas sanitarias están entre de los muchísimos productos normados en Cuba. A las mujeres en edad fértil les corresponde un solo paquete de diez almohadillas, que generalmente deben pagar a 0.40 centavos de peso cubano (CUP), pero desde hace meses resulta imposible adquirirlas, y además son muy mala calidad, han denunciado desde la Isla.
El pasado mes de marzo mujeres en Santiago de Cuba denunciaron que la escasez de este producto se ha agravado “a tal extremo que los antiguos métodos usados durante la crisis económica de los años 90, nombrada eufemísticamente por el régimen como “Período Especial”, han retornado”.
Las mujeres cubanas se han visto en la necesidad de recolectar pedazos de tela, mientras otras han elaborado almohadillas caseras con los pañales desechables de niños y adultos.
En 2013 un video publicado en Youtube que incitaba a las venezolanas a usar almohadillas sanitarias “ecológicas” y “reusables” de tela, “para no entrar en el ciclo comercial del capitalismo salvaje” desató la polémica en ese país, afectado también por la crisis de un modelo económico calcado del estilo cubano.
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