MIAMI, Estados Unidos.- El representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Cuba, el doctor José Moya, se deshizo en elogios para el régimen de La Habana supuestamente por “las acertadas medidas adoptadas por el país en la lucha contra la COVID-19”.
El órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, Granma, se refirió a las declaraciones del funcionario en una nota cargada de adjetivaciones, justo cuando la OMS y su director general, Tedros Ghebreyesus, han sido acusados por el Gobierno de Estados Unidos y varios medios de prensa internacionales de ayudar a China a mentir y ocultar la información sobre la pandemia mundial provocada por el nuevo coronavirus.
Por su parte, Moya elogió el sistema de comunicación del régimen cubano que, según él, permite que la población se mantenga “informada de lo que sucede con la pandemia dentro y fuera de la nación”.
“Creo que Cuba ha implementado un conjunto de medidas muy buenas, entre ellas el aislamiento social de los casos sospechosos y de viajeros que hayan regresado al archipiélago procedente del exterior; además del cierre de las escuelas y universidades”, señaló.
Sin embargo, no se refirió a la presión en redes sociales de los internautas cubanos para que el Gobierno de la Isla cerrara las fronteras del país y las escuelas. Tampoco aludió a la irresponsable invitación de las autoridades del Ministerio del Turismo (MINTUR) a viajeros extranjeros para que volaran a la Isla en medio de la pandemia de coronavirus.
En cambio, el también representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Cuba elogió “la extraordinaria labor desarrollada por el Instituto de Medicina Tropical ‘Pedro Kourí’ (IPK)” y lo calificó como “un centro de referencia no solo en Cuba, sino a nivel internacional”.
Los elogios de la OMS y la OPS a La Habana aparecen justo cuando el célebre periódico estadounidense Wall Street Journal (WSJ) acaba de publicar un editorial donde responsabiliza a la agencia de Naciones Unidas para la Salud del avance de la pandemia de coronavirus a nivel mundial y pide reformar ese organismo internacional.
En su editorial titulado “La podredumbre de la OMS”, el WSJ recuerda que entre el 22 y 23 de enero el Comité de Emergencia de dicho ente discutió si declarar la COVID-19 como una emergencia de salud global. “El virus ya se había extendido a varios países, y hacer esa declaración habría preparado al mundo mejor. Debería haber sido una decisión fácil, a pesar de las objeciones de Beijing. Sin embargo, el director general de la organización, Tedros Ghebreyesus, se negó a hacerlo y voló a China”, apunta el diario.
La emergencia global no se declaró hasta el 30 de enero, después que se perdiera una semana de tiempo imprescindible. El WSJ sospecha que el viaje de Ghebreyesus a Beijing tuvo fines más políticos que “sanitarios”. Lo que hizo el director general de la OMS fue felicitar al Gobierno chino por las medidas extraordinarias tomadas, por la transparencia absoluta de Beijing, la velocidad con la que secuenció el genoma del virus y lo compartió con la OMS y el mundo.
“La pandemia fue declarada solo el 11 de marzo”, recuerda el Wall Street Journal, tras criticar otras declaraciones de la OMS. Sin embargo, el periódico llega más lejos y acusa a Ghebreyesus de ser “responsable de la mayoría de los errores cometidos por la OMS en esta epidemia” y de ser “un político más que un médico”.
Según el periódico, no es casualidad que el viceprimer ministro japonés llamara a la OMS “Organización de Salud China” y que el primer ministro británico, Boris Johnson, esté repensando las relaciones entre el Reino Unido y China debido a la falta de transparencia demostrada durante el avance de esta pandemia.
Finalmente, el editorial del WSJ reflexiona: “De todas las instituciones internacionales, la OMS debería ser la menos politizada, ya que su misión principal es coordinar los esfuerzos internacionales contra las epidemias y proporcionar una orientación honesta hacia la Salud Pública. Si, en cambio, se convierte solo en la Línea Maginot politizada contra las pandemias, entonces es más que inútil y ya no debería recibir fondos de los Estados Unidos”.
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