VILLA CLARA, Cuba. – En horas de la mañana del pasado lunes 29 de abril fue citado a la dirección del Policlínico Pablo Agüero Guedes, de Caibarién, José Agustín Hernández, conocido en todas partes como “Adela La Delegada”. Allí se le notificó que su trabajo como técnico encargado de los electrocardiogramas en el cuerpo de guardia, desaparecía del calificador de cargos y empleos del mencionado centro a partir de este mes de mayo, consecuencia de una drástica reducción de plantillas ordenada -y aplicada en la provincia y el país- al sector que atiende la salud del pueblo.
La comisión encargada de transmitirle esa desconsoladora noticia, integrada por personal cualificado en la esfera del Trabajo y la Seguridad Social adjunto al departamento de Fuerza Laboral del MINSAP, estuvo presidida por el actual director del centro Deynmer Placencia Pino, quien ofreció a la cesanteada una plaza de vendedora de tickets en el comedor obrero del municipio, o como alternativa inmediata otra de conserje/auxiliar de limpieza en su lugar del empleo original.
Adela, considerada emblema y símbolo mostrable del triunfo comunista/comunitario alcanzado en la Isla por el CENESEX, que dirige “su madrina” Mariela Castro, es también reconocida por su lengua suelta y muy dura a la hora de llamar las cosas por su real nombre.
Este ha sido quizá el trasfondo -nos dice- para que, siendo por tres mandatos consecutivos Comisionada a la Asamblea Municipal del Gobierno, en el cual hasta hace poco atendió el frente voluntario de entrega de materiales a damnificados del último huracán, fuera declarada “persona no confiable” por estos “cuadros administrativos” encargados de cesantearla, y a cuyos superiores partidistas y gubernamentales ha acudido enseguida la denunciante/perjudicada en busca de auxilio y reparación del daño ocasionado a su persona y economía familiar.
José Agustín, hombre que jamás fue transexualizado tal cual le prometió públicamente su madrina en 2016, está “casado” desde hace una década –en nupcias no oficializadas con su pareja Abigaíl Rodríguez Barreto tras desconocerse la unión consensuada entre semejantes en los acápites y triunfos de la nueva Constitución de la República Actualizada- y siente que rebajársele sin argumento convincente el salario de más de 500 pesos a 365, significará un deterioro de su estabilidad doméstica y personal, ya de por sí bastante precaria dados los tiempos que corren, además de un incomprensible y cruel castigo.
Habrá que esperar si Adela “La Delegada” aprovecha la jornada contra la homofobia del próximo 17 de mayo para recordarle a Mariela Castro cuales son los vientos que soplan por el villareño Caibarién, un territorio donde, de momento, la afamada conga no se ha hecho notar.