LA HABANA, Cuba, diciembre, 173.203.82.38 -El general de ejército Raúl Castro leía su discurso en la cumbre fundacional de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, CELAC, de súbito, se escucharon detonaciones que le sobresaltaron y perdió el hilo de su alocución totalmente desconcentrado.
Hugo Chávez, el presidente venezolano, le calmó, aludiendo que eran fuegos artificiales para celebrar la cumbre de la CELAC y las venideras navidades. Se generalizó un murmullo y Raúl pidió que le permitieran continuar su intervención—“me voy a poner ronco”, expresó-.
¿Por qué se pondría ronco el general?—se preguntaron muchos: — ¿Está enfermo?; lo cierto es que médicos consultados, razonan que la ronquera aludida por Raúl, pudiera ser entre otras causas, la consecuencia de reflujo estomacal por una descomedida ingestión de bebidas alcohólicas, o irritación de las cuerdas vocales a causa de una tumoración.
Pero no me referiré a las teorías de la semiótica médica y mucho menos a las batas blancas, mis lupas enfocan más allá de los trajes, corbatas, guayaberas y ponchos que lucieron los presidentes latinoamericanos asistentes a la reunión fundacional de la CELAC, donde algunos estadistas regionales incluyeron disparatadamente a Fidel Castro, entre los próceres históricos que idealizaron “la integración latinoamericana”.
La CELAC emergió a los compases de un concierto antiimperialista que segregó del cónclave a Canadá, EE UU y a un monarca ibérico, capaz de proferir a cualquier idiota: — ¿Por qué no te callas?—
Ahora los que deciden los destinos de más de 400 millones de habitantes, juntarán sus objetivos políticos, económicos culturales y también las penurias de los que pagan 80 bolívares por un litro de gasolina, pero están obligados a desembolsar 1500 por un litro de agua, los opuestos a asfaltar un milímetro de su “pacha mama”, los obligados a informarse con las opciones mediáticas impuestas por sus gobiernos, los que llevan más de 50 años sin elegir un presidente democrático, las víctimas de los gobernantes corruptos y de las mafias que trafican drogas y seres humanos, o de las guerrillas marxistas que secuestran y ejercen el terrorismo.
La oratoria de los mandatarios se comprometió más con el rechazo al “Norte geográfico”, territorio adonde los latinoamericanos se proponen llegar para hacer realidad sus sueños de una vida socialmente más decorosa. Sin embargo, para desconcierto de muchos, ninguno reconoció que la obsesión migratoria de sus paisanos representa una vergüenza nacional para sus estados.
Pero el bloque recién fundado muestra fisuras, algunos gobiernos de la región dejaron sus butacas vacías; parece que no están dispuestos a morder la mano de las economías que dan de comer a sus pueblos. Además, ¿cuál es el modelo al que se aspira?, ¿el venezolano?, un país enchumbado en petróleo, pero que gasta más del 30% de su PBI en armamentos, y muchos de cuyos habitantes no tienen acceso al agua potable, ¿o el de Cuba Socialista?, cuyos pobladores antes del 1959 anualmente consumían 30 kilos de carne vacuna y hoy están al borde de la hambruna.
La cumbre del año 2013 será celebrada en La Habana. Ojalá que para entonces el presidente cubano se haya curado de su ronquera o que el tema de su garganta no se convierte en “secreto de estado”, como la pelvis de su colega Hugo Chávez y el aparato digestivo de su hermano Fidel.