LA HABANA, Cuba.- En solo tres días su vida se vino abajo y tiene momentos en los que no para de llorar. Confiesa que ni el alcohol logra que olvide por unos minutos que no tiene dónde vivir. Ahora reside en un garaje rodeado de trastos gracias a la caridad de un vecino que le brindó el espacio temporalmente, luego de que la Dirección Municipal de la Vivienda de Plaza de la Revolución lo desalojó de su casa.
Jorge Leiva Tejeda tiene 55 años de edad y es albañil de profesión. Cuenta que por más de una década vivió ilegalmente en calle H número 158 interior, entre 9 y Calzada, hasta que el pasado martes fuera echado a la calle por las autoridades con la justificación de que el edificio donde residía iba a ser reparado.
‘’El lunes se apareció aquí una tal Maribel, directora de la Vivienda Municipal de Plaza, entonces me dijo que tenía que abandonar la casa en 24 horas. Yo le dije que me dieran un margen más de tiempo, que yo no tenía para dónde irme a vivir, y me dijo que eso a ella no le importaba. Entonces al día siguiente vino con la policía, y me sacaron con todas mis cosas para la calle. Yo no me resistí ni nada porque no quiero ir preso, así que salí, y estoy en la calle’’
‘’Estoy viviendo en el garaje de un vecino de la cuadra, sin baño, sin electricidad y comiendo gracias a la caridad de los vecinos, porque tampoco tengo dónde cocinar, además de que estoy pasando tremendo frío, porque tampoco tiene puertas. Tengo la cabeza mal, no atino a pensar’’, detalló Jorge.
Desde el año 2007 se había introducido de manera ilegal en la vivienda de la que fuera desalojado, producto de que la anterior donde residía, enclavada en el municipio Arroyo Naranjo, fue destruida por un ciclón y, según señala, las autoridades nunca le resolvieron el problema.
‘’Antes de meterme en este local —que por cierto estaba desocupado y lleno de tarecos y yo lo limpié—, primero estuve un buen tiempo viviendo en la calle, durmiendo en parques, terminales o donde me cogiera la noche, y nadie se imagina lo duro que es eso’’, dice mientras los ojos se les llenaban de lágrimas.
Refleja que llegó hasta aquí gracias a una persona de la cual prefirió no mencionar su nombre que le sugirió el lugar y desde ese entonces comenzó a convivir allí.
‘’Al principio vinieron unos inspectores de la vivienda, estos me multaron en dos ocasiones por residir aquí de manera ilegal, pero después nunca más me molestaron. No obstante yo empecé a hacer trámites en vivienda para legalizarme, hasta incluso me dijeron que me iban hacer un expediente, que no me preocupara y siguiera viviendo ahí, y sin embargo mira ahora lo que me han hecho’’, destacó.
Alexei Torres, encargado de Vigilancia del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) y dueño del garaje donde reside actualmente Jorge, explica a CubaNet que todo este proceso llevado a cabo contra su vecino fue una ‘’cruel injusticia’’.
‘’Después de diez años —casi once—, hoy es que vienen a ver eso; pero aparte, ellos dijeron que lo sacaban porque tenían que restaurar el edificio. ¿Por qué no le dieron una solución? Por ejemplo, él es albañil y les propuso trabajar aquí hasta sin salario. Cuando llegaron yo les comuniqué que él era un caso social, y ellos me dijeron que de todas maneras tenía que salir de allí porque pronto iban a reparar el edificio, y cuando lo terminaran, ese local se lo iban a dar a otro caso social que ellos tenían”, explica.
“¿Pero cómo ustedes van a sacar un caso social para resolver otro?, les dije, y me contestaron que es porque él pertenece a otro municipio ¡Pero él es cubano!’’, exclama Alexei.
En tanto, Eglis Acosta Saila, residente en la zona, explicó a este diario que incluso se recogieron firmas entre todos los vecinos para apoyar a Jorge e impedir el desalojo, pero confiesa que no valió de nada.
‘’Recogimos como 40 o 50 firmas en la cuadra, pero todo fue por gusto, no creyeron en eso… Ese hombre es de oro y nunca ha sido un problema para el edificio, jamás en la vida, eso fue una injusticia’’, expresó.
Tania González destaca que a las razones que dieron para desalojarlo ‘’faltaban argumentos lógicos’’, ya que, según ella, para reparar un edificio no hay que sacar a una sola persona.
‘’Dijeron que el edificio no se había reparado con anterioridad por culpa de él”, señaló. “Según ellos (las autoridades), como él vive prácticamente en el sótano, esto impide la reparación y eso es mentira. ¿Por qué entonces, no sacan a todos los vecinos del edificio?’’
Nelsa Jorrín, otra vecina, opina que el desalojo practicado contra Jorge fue una injusticia. Coincide además con la opinión de sus otros vecinos, de que era una bendición de que este hombre vivera en el barrio.
‘’Estamos hablando de una persona servicial, extremadamente buena, que ayuda a todos los vecinos y yo creo que esto también debería ser tomado en cuenta a la hora de llevar a cabo acciones como esta, la opinión de los vecinos también tiene que contar’’.
vladimirturro@gmail.com