RANCHUELO, Cuba, agosto (173.203.82.38) – A principios de la década de 1960, decenas de feligreses y sacerdotes sufrieron el acoso del gobierno. En 2011, el pastor metodista Yordi Alberto Toranzo ha sido castigado y acosado por la jerarquía de su iglesia, en contubernio con el régimen.
Félix Reyes: ¿Cuándo y dónde nació?
Yordi Alberto Toranzo: Nací el 25 de mayo de 1970, en Guantánamo.
FR: ¿Cuándo se inició como pastor metodista?
YAT: En 1998, en la iglesia de Niquero, provincia Granma. Antes estuve durante 4 años como misionero en los poblados El Saito, La Playa, Niceto Pérez, Baracoa y otras localidades de Guantánamo. En Santa Clara ejercí como superintendente de las provincias Villa Clara y Sancti Spíritus, por lo que debía inspeccionar el trabajo de las iglesias de la región, además del campamento Canaán, en Placetas.
FR: ¿Posee algún título académico?
YAT: Soy licenciado en Teología.
FR: ¿Cuándo y por qué fue sancionado?
YAT: El 15 de junio de 2011 se me propuso el traslado para el templo de Santa Cruz del Norte en la provincia La Habana, por indicaciones del obispo Ricardo Pereira Díaz.
Se me imputó que no canalizaba mi trabajo con los funcionarios del Ministerio de Justicia y el Partido Comunista de la provincia, y que me relacionaba con activistas de derechos humanos de la región central de la isla. Cuando la medida que me impusieron trascendió a la prensa extranjera y a Internet, el obispo determinó retirarme las credenciales y exigió que se me expulsara de la casa pastoral.
FR: ¿Se llevó a cabo la exigencia?
YAT: El pasado 27 de junio fui separado de la iglesia metodista de Santa Clara. Ese día, oficiales de Seguridad del Estado cambiaron las cerraduras de todas las puertas del templo para que no pudiera entrar. Tres días después fui sometido al comité judicial que presidió el obispo Pereira, y me retiraron formalmente las credenciales de la iglesia, como represalia por haber hecho público lo ocurrido.
FR: ¿Qué opinión se tiene de usted?
YAT: He sentido el rechazo de varios miembros de la iglesia que se sienten confundidos ante la propaganda gubernamental que dice que soy un contrarrevolucionario y no un creyente, servidor de Dios, aunque existen otros que visita mi hogar y me apoyan. Algunos, en solidaridad conmigo y mi familia se han marchado definitivamente del templo.
FR: ¿Desea agregar algo más?
YAT: Considero que Dios tiene el control de todo, y no nos impone más cargas que las que podamos soportar. Al obispo Perera, que trata de mantenerse a toda costa en su lugar, aunque sea a cambio de traicionar nuestra familia, lo perdono, aunque lamento el rumbo que tomará la iglesia metodista de Santa Clara. Mi familia y la del pastor asistente Antonio Machado, expulsado por la misma causa que yo, han sido maltratadas y ahora estamos sin sustento económico. No soy activista de derechos humanos, pero sí defiendo los derechos de los hombres. Lo más importante es saber que estamos en la agenda de Dios. La verdad tiene un precio y es en las dificultades que se conocen a los amigos.