LA HABANA, Cuba. -Julio anhela una invasión relámpago desde el “Norte revuelto y brutal”. Con esa frase martiana, que los iniciadores del comunismo cuartelero en la Isla han usado hasta el cansancio para legitimar sus atrincheramientos, ironiza su rechazo al sistema donde sobrevive gracias al sofocante pedaleo sobre un bicitaxi.
Este joven de 35 años que vino desde el oriente cubano para La Habana, hace un lustro, con el fin de mejorar su nivel de vida, espera por el desembarco masivo de turistas y mercancías Made in USA.
“Pensé que hasta alturas las cosas serían diferentes, pero veo que no hay nada nuevo que celebrar”, dice recostado en el asiento del vehículo de tres ruedas a la espera de algún cliente.
Muchas personas consultadas, tienen similares opiniones respecto al proceso de reanudación de relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Esperaban ver a casi tres meses de los respectivos anuncios presidenciales sobre el inicio de los contactos, al menos el arribo de ayudas humanitarias, entre otros gestos en beneficio de la los segmentos poblaciones más vulnerables a la crisis económica.
Está visto y comprobado que para el cubano promedio la luz al final del túnel es Obama. En cambio Raúl Castro es visto como el obstáculo para salir del laberinto.
Cuando se habla de consensos reales en la sociedad cubana actual, hay que remitirse a la idea de que el único país que podría atenuar la escasez, sobre todo alimentaria, sin olvidar otras de larga data, es Estados Unidos.
Aunque un tanto ingenua, la percepción tiene como base el recurso de aferrarse a la única pieza visible en el descenso al vacío.
No obstante se sabe que de allí, por razones de geopolítica y seguridad nacional, es que vendrán la mayor cantidad de préstamos e inversiones para decirle adiós a las ruinas creadas por el castrismo.
Esa esperanza se mantiene viva a pesar de las dilaciones. Hasta los más ortodoxos del partido y sus seguidores, están convencidos de que los “yumas”, (norteamericanos, en el lenguaje popular), van a ser recibidos como los salvadores.
Más ahora que en vez de fusiles, divisiones blindadas y escuadras de cazabombarderos, desembarcarán al frente de McDonalds, Google, Cargill y Coca Cola.
El conductor del bicitaxi con el cual hablé, afirma que no perderá la paciencia. Piensa que Obama debe hacer más por el bien del pueblo cubano.
“Raúl no lo va hacer. El presidente que admiro está en la Casa Blanca no en el Palacio de la Revolución. Está gente, (el gobierno de la Isla), destruyeron el país”, subraya mientras toma impulso para echar andar el carromato que le proporciona el dinero para su mantener a su familia.
“Que nos invadan cuanto antes. Los necesitamos”, agrega en alta voz a medida que se aleja.