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La planificación de un dictador anárquico

Castro en su visita al Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, en La Habana
Castro en su visita al Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, en La Habana

LA HABANA, Cuba. -Fidel Castro, que gobernó de manera anárquica, nunca tuvo en cuenta los poderes del Estado y del gobierno y mucho menos a la Asamblea Nacional, a la que siempre consideró un objeto decorativo. Por ello, nunca respetó las leyes de su muy particular modelo socialista.

En 2008, cuando Raúl Castro tomó el poder, gran parte de la población cifró sus esperanzas en que este iniciaría los necesarios cambios para poner fin a tan desastroso y caótico estado de cosas.

Se esperaba que el nuevo gobernante, respaldado por los acuerdos del VI Congreso, solucionara el desastre ocasionado a por la economía su predecesor. Para ello se debía reevaluar la aplicación de la planificación, porque hasta ese momento había demostrado su total ineficacia. Pero los delegados del VI Congreso mantuvieron la planificación, solo le hicieron algunos retoque, pero sin cambiar su carácter abarcador y centralizador.

La planificación centralizada es el mayor obstáculo

Por la naturaleza abierta de la economía cubana y la grave crisis de moneda convertible que enfrenta el gobierno cubano, las empresas estatales no pueden continuar sin autonomía. La absurda planificación centralizada es en estos momentos el mayor obstáculo para que se materialicen rasgos dinámicos e innovadores en las empresas estatales cubanas.

El excesivo control estatal fue el principal causante de que, al cierre del tercer trimestre del pasado año, reportaran enormes pérdidas 151 empresas pertenecientes a sectores claves de la economía y potenciales generadoras de divisas, como el grupo azucarero AZCUBA, el Ministerio de la Agricultura, el Grupo Cuba- Níquel y la Unión Cuba-Petróleo.

La actual planificación administrativa ha convertido a las empresas cubanas en mendigas, pedigüeñas de limosnas, y ha atrofiado las relaciones económicas entre ellas. La única beneficiaria de tal estado de cosas es la parasitaria burocracia, atrincherada en los ministerios.

El mal desempeño de la economía y lo inviable de la actual planificación fue dado a conocer por Marino Murillo el pasado 20 de diciembre, en el Cuarto Periodo de Sesiones de la VIII legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Al no gozar de autonomía las empresas y estar prohibido todo tipo de relaciones de mercados entre ellas, las acciones de compra-venta que deseen realizar al margen de estos controles, tienen que tener previamente la autorización de los actuales mini-ministerios, que son el engendro llamado Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE).

Veamos un ejemplo de sus negativas consecuencias.

La Empresa de Construcción y Montaje de Ciego de Ávila solo aprovecha el 40 % de su capacidad, que es de 17 700 metros cúbicos, porque no está autorizada a ofertar sus producciones a clientes particulares y mucho menos a cooperativas dedicadas a la reparación y construcción de viviendas.

En dicha moderna empresa, por una absurda planificación, su planta de prefabricado solo aprovecha un tercio de su capacidad productiva. Las trabas impuestas “desde arriba” le obstaculizan dinamizar su gestión productiva y poder colocar en el mercado, sin las actuales dificultades, sus producciones que tanto necesita la población.

Lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista

La columna vertebral de la llamada “actualización del modelo económico cubano” son los 313 lineamientos que fueron aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista.

A decir del vicepresidente del Consejo de Ministros y titular de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, la conceptualización de dicho modelo económico descansa en dichos lineamientos. Pero aún se desconocen las líneas directrices de dicho modelo.

La Resolución aprobada hace cuatro años, que puso en vigencia los lineamientos económicos, señalaba que en la actualización del modelo primará la planificación y que ésta tendrá en cuenta las tendencias del mercado.

Más adelante, la citada Resolución dejaba claro que en las empresas del Estado no están autorizadas las prácticas de la libre concurrencia, y advertía que la planificación se complementará con una mayor autonomía, pero nunca una total independencia.

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No hay vaca que brinque esa barrera

El desarrollo vacuno conjuga con propiedad privada

El desarrollo vacuno conjuga con propiedad privada
El desarrollo vacuno conjuga con propiedad privada

LA HABANA, Cuba, septiembre (173.203.82.38) – El número de reses en 1958 alcanzaba en Cuba poco más de seis millones de cabezas, una res por habitante. La libra de picadillo de res de primera costaba veinte centavos. Lo recuerdo porque el precio estaba anotado en la tablilla de una carnicería de la calle Unión casi esquina Independencia, en la ciudad de Santa Clara.

Hoy el picadillo de primera, importado, vale algo más de dos dólares la libra; cifra que equivale a lo que gana en dos días de trabajo un cubano con buen sueldo. Ni hablemos del blando filete o de la jugosa palomilla, o de la bola para asar, que resultan tan ajenos para los cubanos como objetos voladores no identificados.

La carne de res solamente se encuentra en las shoppings (tiendas estatales que venden sólo en divisas) y en los chistes de los humoristas. Hay quien la busca en el mercado negro, donde vale 50 pesos la libra. Los cubanos de a pie no pueden comprar carne de res por la cuota de racionamiento desde hace más de veinte años.

Antes, cuando era yo niño, recuerdo que el lechero dejaba dos litros de leche por la mañana en la puerta y nadie se los robaba. Valía 20 centavos cada pomo de leche pura pasteurizada, ni mezclada con agua, ni aumentada con leche en polvo.

Durante medio siglo, el gobierno cubano se ha dedicado a experimentar con los vacunos. Recordamos historias descabelladas que incluyen super vacas, capaces de producir cien litros de leche diarios, y vacas enanas, para criar en casa.

Todavía, cuando leemos el periódico, encontramos disparates y mentiras cuando se habla de la carne. Por ejemplo, el periódico Trabajadores del 22 de agosto, publicó una entrevista de Alina M. Lotti a Omelio Borroto Leal, director del Instituto de Ciencia Animal, quien expresa: “Vivimos la etapa en que se podía comprar con facilidad yogurt, leche. En ese momento llegaban de la Unión Soviética 600 mil toneladas de concentrado y 12 mil toneladas de alambre de púas, etc. Después el período especial nos afectó psicológica y materialmente”.

Cuánta falsedad, para esconder la verdad que no es otra que los experimentos voluntaristas acabaron con los vacunos, con la leche y el yogurt. ¿O este señor se olvidó de Ubre Blanca y del plan ganadero de Picadura, o el de Los Naranjos, donde cientos de millones de pesos se dilapidaron? Los  jóvenes desconocen que aquellos vientos trajeron estas tormentas.

Afirma el funcionario que se necesitan  1.800 millones de litros de leche anuales para satisfacer la demanda nacional, pero sólo se llega a los quinientos. Esos 500 millones de hoy son el resultado del desastre causado por el sistema centralizado de planificación, las cooperativas y el excesivo control estatal  sobre la producción agropecuaria.

Luego de tantos reveses económicos en este ramo, ahora la palabra de orden es descentralizar y dejar que los campesinos tomen las decisiones. Por otro lado, publican en la primera página del periódico Granma que no hay que abandonar la planificación. Entonces, ¿en qué quedamos?

De una cosa sí estoy seguro, y es que la barreras del burocratismo, de la planificación centralizada y la ignorancia, no hay vaca ni toro que la brinque.