Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, cada día más cerca del poder absoluto


LA HABANA, Cuba. – De la reciente gira de Miguel Díaz-Canel Bermúdez por Europa, aprovechando su participación en la recién finalizada Cumbre de Países No Alineados, resalta por sobre los demás acontecimientos la cada vez más estrecha cercanía entre el exyerno de Raúl Castro, Luis Alberto Rodríguez López-Callejas y el mandatario de Cuba.
Si hace un año atrás, al presidente del Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas (GAE o GAESA, como es más conocido) solo milagrosamente se le podía distinguir como a uno más en las comitivas que acompañaron a Díaz-Canel en sus primeros viajes al extranjero ‒la prensa oficialista se cuidaba de publicar imágenes donde apareciera el que es considerado el empresario más poderoso de Cuba‒, en los últimos días todo indica que las órdenes fueron revertidas y lo que antes era secreto absoluto comienza a revelarse como una presencia constante en cualquier negociación o acto político de relevancia, aún sin que se mencionen su nombre y el cargo que desempeña.
Si en las imágenes publicadas de la visita de Díaz-Canel a Nueva York en septiembre de 2018 apenas se puede distinguir a López-Callejas en un par de ellas, en un papel algo secundario, en las últimas semanas, su inclusión en el mismísimo epicentro de la delegación, junto a Bruno Rodríguez Parrilla, Ministro de Relaciones Exteriores (otro Rodríguez perteneciente a la misma línea familiar de López-Callejas) y a Rodrigo Malmierca Díaz, Ministro del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, refuerzan los rumores sobre la probable preparación del militar devenido empresario para la sustitución de Ricardo Cabrisas Ruíz, vicepresidente del Consejo de Ministros.
De acuerdo con información ofrecida por funcionarios del gobierno cubano, cercanos a Cabrisas Ruíz, este se encontraría en proceso de entrega de su cargo en los próximos meses y la presencia cada vez más frecuente de López-Callejas en las reuniones del Consejo de Ministros, al cual no pertenece, y en despachos con el propio Díaz-Canel serían una señal de que la sustitución pudiera realizarse en cuestión de semanas, posiblemente antes de finalizar 2019 o a inicios de 2020.
Por otra parte, fuentes relacionadas con GAESA, consultadas por CubaNet, descartan la posibilidad de tal cambio, en tanto hasta el momento no se observan movimientos significativos al interior del conglomerado militar, aunque sí reconocen el aumento de la participación pública de López-Callejas en actividades relacionadas con la agenda internacional de Miguel Díaz-Canel, algo que ni siquiera sucedía en el período de Raúl Castro, quien siempre lo mantuvo en las sombras.
Quizás porque aquella fue una etapa en que el exyerno era mucho más útil en los planes de consolidar el poderío de GAESA en el escenario económico de Cuba, o por no hacer demasiado evidente la militarización de la economía ‒y a la vez apropiación abierta de esta por parte de los Castro‒ en un momento en que las relaciones entre los Estados Unidos y el régimen comunista se tornaban menos tensas que años atrás.
Con el ascenso oficial de Raúl Castro al poder en 2009, lo que anteriormente fuera una entidad militar que participaba casi de igual a igual en el escenario económico junto a otras empresas e instituciones estatales relacionadas con el turismo y la inversión extranjera, en poco menos de una década terminó por absorber más del 80 por ciento de las actividades comerciales, exportadoras, financieras e inversionistas, así como por generalizar e instituir los métodos ensayados desde el Departamento Económico de las Fuerzas Armadas.
El ejemplo más recientes serían las tiendas recaudadoras de dólares, enmarcadas en un esquema de GAESA que integra desde los propios establecimientos comerciales, el sistema de proveedores, las agencias importadoras y las entidades financieras.
El posible ascenso de Luis Alberto Rodríguez López-Callejas a ocupar una cartera ministerial relacionada con la inversión extranjera o quizás en la presidencia del propio Consejo de Ministros no sería una decisión tomada al azar, ni quizás una iniciativa del recién estrenado presidente de la república, sino otro movimiento estratégico de Raúl Castro, desde su posición de Primer Secretario del Partido Comunista, en su empeño por perpetuar por más tiempo la dinastía Castro, incluso sin ocupar la presidencia de Cuba.
Sean ciertos o no los rumores de su ascenso al Consejo de Ministros, la extensa red de relaciones personales con el empresariado extranjero, su habilidad para los negocios, la lealtad a los Castros así como el dominio de los más oscuros entresijos de la economía cubana que, de acuerdo con la opinión de personas de su círculo personal, llega a ser mucho más certero que el de cualquier otro funcionario actualmente en funciones, lo han vuelto una figura imprescindible en este nuevo tablero de juego que no es otro que el mismo y con las mismas piezas, ahora coloreadas de acuerdo con las circunstancias.
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