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Mujeres que desean ser hombres

LA HABANA, Cuba — Bárbara nació con el deseo de ser hombre. Su preferencia por vestir ropa masculina fue espontánea desde la niñez, definida por su inclinación pública hacia los juegos varoniles. Durante la juventud intento mantener el estereotipo acorde a su preferencia sexual. Ceñía los senos con una banda elástica, usaba camisas anchas, pelo corto y gorra.

Teresa Martinez Polo y Juana Mora Cedeño _ Foto ACS

A los 37 años acumula experiencias discriminatorias que accede a contarnos bajo la condición de identificarla solo por su segundo nombre, Bárbara. ¨Negra y lesbiana, imagínate… quien quiere una amiga así para su hija¨, dice evocando la parte más difícil de su vida, la adolescencia.

Asegura que le tomó años adaptarse a los susurros y miradas que genera su forma de vestir. Nunca logró que sus padres aceptaran su identidad sexual y el deseo de vestir como hombre. Para ¨encaminar¨ a su hija, la madre solicitó ayuda a la organización feminista gubernamental, Federación de Mujeres Cubanas, (FMC).

Como resultado Bárbara abandonó los estudios secundarios para ser varón.¨En la escuela no importa tu preferencia sexual, si eres mujer, tienes que vestir como mujer¨, dice.

Joven al fin, no se percató que en el ámbito laboral sucede lo mismo.¨Es difícil encontrar trabajo, cuando te ven la ¨pinta¨ (apariencia)  aparecen mil razones para no darte empleo¨, explica.

A pesar de no sentir atracción por el sexo opuesto, la marginalidad de Atarés, barrio donde vive en el municipio Cerro, la encaminó hacia la prostitución.¨La primera vez fue a los 17 años. Me fui de mi casa para vivir con una amiga mayor que yo que me inicio en el jineterismo (prostitución)…Esa fue la forma que encontré para de ganarme la vida¨, manifiesta.

Proyecto arcoiris
Miembros del Proyecto Arcoiris

A los 26 años Bárbara tenía dos hijos sin un hogar que ofrecerles. Vive en la casa de su pareja lesbiana y busca el sustento ¨en lo que aparezca¨.¨Regresar a mi casa nunca pasó por mi mente… allí no me aceptaron como soy¨, confiesa con pena.

En busca de la opinión oficial sobre la transfobia (discriminación transgenero) en la mujer lesbiana, acudimos al Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) en 21 y 10, municipio Plaza.

Una de las especialistas del Centro nos informó que debíamos solicitar una entrevista a la subdirectora Mayra Rodríguez experta en Transexualismo y Travestismo. Intentamos coordinar la cita a través de los teléfonos ofrecidos, 838 2528 al 29, extensión 132 pero las llamadas no fueron atendidas.

Arcoíris, una luz en el camino

Juana Mora Cedeño y Teresa Martínez Polo son coordinadoras de Arcoíris, proyecto independiente contra la discriminación de género. Para ambas la transfobia más dolorosa es en la familia. ¨Te pueden rechazar en el trabajo, las amistades, en la escuela, la sociedad entera pero cuando se trata de la familia, la mente se enferma, el sufrimiento se lleva adentro¨, confiesa Juana Mora y agrega¨Porque tú tienes una pareja y cuando tienes  problemas,  regresas a la casa. En Cuba casi todos vivimos con la familia por la situación de viviendas… Cuando regresas, sigues sufriendo¨.

Uno de los objetivos de Arcoíris es buscar el espacio dentro de la familia. Evitar que las preferencias sexuales de un individuo sea motivo de exclusión familiar. Sobre la discriminación de la mujer travestida Juana Cedeño explicó. ¨Existe muy poca información al respecto. Son círculos determinados de personas que se interesan en este aspecto pero no hay una verdadera interpretación del problema…. Los avances en ese sentido están por llegar. En el caso del travesti hombre hay más información¨.

lgbt01yunuhenrangelmedina_1¨Con la lesbiana que tiene estereotipo femenino existe menos discriminación. La sociedad cubana pretende ¨rescatarla¨, la  lesbiana con estereotipo  masculino es discriminada desde que se presenta¨.Teresa Martínez, considera que ¨las mujeres transgénero son abiertamente discriminadas por su aspecto físico¨.

¨Yo misma como lesbiana, antes de ser promotora de la salud, las criticaba¨, reconoce Teresa.¨Exigirle a una lesbiana ropa femenina, quitarse una gorra o el pelo largo para un puesto laboral es una forma de discriminación…Algunas se ponen aretes para atenuar el acento masculino y se acercan más a un travesti hombre que a una mujer¨, agrega.

Consideradas minorías dentro de la comunidad LGBT, las lesbianas travestidas en la isla tienen como principales características la vida nocturna y la desvinculación laboral con el Estado. La misma sociedad machista que influye en la discriminación de la lesbiana con imagen masculina, promueve como deseo sexual, la prostitución lésbica. Siempre y cuando el estereotipo femenino oculte la homosexualidad.

El travestismo considerado como el extremo de la homosexualidad, en las mujeres lesbianas de la isla se convierte en exceso de transfobia. La zaga en que se encuentran el reconocimiento de esta identidad necesita definiciones y un discurso oficial que comience a poner freno a la discriminación.

 




La otra Giselle

LA HABANA, Cuba, febrero, 173.203.82.38 -Esta otra Giselle de la que quiero contarles es muy diferente a la del clásico ballet que todos conocemos. Aunque muy joven y bella, esta muchacha, en vez de ser amada por un guarda de caza y un príncipe de la Renania Medieval, es amada por otra muchacha tan linda o tal vez mucho más que ella. Se trata de dos féminas de los tiempos modernos, que nunca soñaron con príncipes encantados y mucho menos con un matrimonio convencional.

Casi desde niña, Giselle sintió una atracción muy especial por las chicas como ella, y, según afirma, si tuvo una relación con un hombre, del cual posee un hijo al que ama, fue por equivocación.

Giselle y su amiga viven en el reparto El Roble, en Santa Fe, pueblo costero del oeste habanero, donde predomina una población compuesta por campesinos escapados de las provincias orientales. Su casa es como muchas: humilde, pequeña, sin lujos y hecha con materiales de bajo costo. En ella vive Giselle, con su hijo de cinco años y con su pareja.

A la pregunta de si preferiría un cambio de sexo, me dice rotundamente que no, que se siente orgullosa de ser mujer y, sobre todo, de su femenina belleza física.

Pero las personas que rodean a esta pareja especial, compuesta por dos lindas muchachas, de cabellos largos, ropas delicadas y apariencia feliz, aunque se reservan sus opiniones, en busca de una mejor convivencia, no están muy de acuerdo todavía con el derecho que tienen los seres humanos de elegir sus relaciones íntimas y vivir su sexualidad.

Aún están muy cercanos aquellos años en que el líder de la Revolución, como todo buen homofóbico, se preguntaba contrariado en sus discursos, por qué había homosexuales en su país; y dijo, en 1963: ¨Yo no soy científico, pero sí observé siempre una cosa: que el campo no daba ese subproducto¨.

Sin embargo, los tiempos están cambiando. Ahora una sobrina suya, nada menos que diputada ante la Asamblea Nacional, anunció que investiga el rol de la UMAP, aquellos campos de concentración que funcionaron en Cuba entre 1965 y 1968, para encarcelar a los que Fidel consideraba ¨subproductos¨ y otras víctimas inocentes.

Giselle y su amiga no habían nacido, pero conocen la historia y la sufren como propia. Tal vez como aquellos que vivieron el viacrucis, tampoco perdonan cuando Fidel Castro, en agosto de 2012, asumió su responsabilidad ante aquellos terribles hechos e hizo un hipócrita mea culpa por tanta injusticia cometida.

Por lo pronto, en la prensa oficialista ya no parecen abundar periodistas como el difunto Ángel Rodríguez Álvarez -que Dios lo tenga donde merezca estar-, quien usaba su espacio en Juventud Rebelde para llamar a los homosexuales ¨especie nueva¨ o ¨tumor social¨, e hizo todo lo posible para que las peñas de gays que se reunían en el Malecón habanero, desaparecieran bajo los golpes de la policía.

Hoy, Giselle va tranquila con su amiga al Malecón, el sitio más romántico de nuestra capital, y pueden hasta darse un beso furtivo, sin que nadie se moleste. Además, esperan que más temprano que tarde todos los vecinos que las rodean terminen por aceptar que la vida que ellas llevan no tiene por qué ofender a ninguna otra familia cubana.




Miradas desde la sospecha

LA HABANA, Cuba, enero, 173.203.82.38 -La mujer cubana ha vivido atrapada en un escenario de muchísimas desigualdades. La sobrecarga doméstica, la separación debido a la emigración, la ausencia de calidad de vida, la educación de los hijos, los suicidios, que dispararon sus índices extraordinariamente durante el periodo especial, y de lo cual ningún medio oficial habla. Para las cubanas, los últimos 50 años han sido de un costo personal muy elevado.

Mirar desde la Sospecha es una plataforma de comunicación animada por las periodistas Dánae Diéguez, Lirian Gordillo y Helen Hernández, quienes, durante 2 años, estimularon la pluralidad de pensar desde el género, y ahora cierran su primer ciclo para movilizarse a otros escenarios.

Esta propuesta de comunicación fue desde su inicio apoyada por la Agencia Suiza para el Desarrollo de la Cooperación, el Grupo de Solidaridad y Reflexión Oscar Arnulfo Romero, la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Consejería Cultural de la Embajada de España.

Según Dánae Diéguez: “Nuestra plataforma es un espacio que ha intentado durante 2 años poner en la agenda del mundo cultural cubano los temas de género, en todas las manifestaciones artísticas. Respetar la diversidad de criterios ha sido la principal de nuestras credenciales. Siempre hemos sido un grupo feminista trabajando desde la cultura, y entre los temas más abordados están la política cubana con mirada de género, la cual  por primera vez se abordaba en el escenario público, la violencia de género en la música popular cubana, la exclusión de las narradoras negras en los retratos de grupo, así como la mirada sobre la mujer en el video clip”.

Cuba es un país en el cual el patriarcado descansa sobre base ideológica. A partir de 1959, hubo una especie de corte en relación con el feminismo, pues el mismo fue visto como diversionismo ideológico. Incluso muchas feministas sienten que para la estatal Federación de Mujeres Cubanas, feminismo es una mala palabra.

A pesar de los códigos de ética de las agencias publicitarias cubanas, la Asociación de Comunicadores Sociales y otras organizaciones profesionales en el campo de la comunicación, al igual que las propias políticas del Ministerio del Turismo, nunca se ha sentido la condena pública de este organismo con relación a una publicidad impresa o audiovisual que constantemente insinúa y promueve la imagen de la mujer cubana como objeto de mero placer sexual.

La periodista e investigadora Gisela Arandia comenta: “La imagen de la mujer en los medios, después de medio siglo de revolución, es algo grave, el tema en los medios no ha podido tener aún una base, no sentimos que ni siquiera nos estamos acercando, hay una feminización de la pobreza en la cual la imagen de la mujer negra se distingue. Esta imagen está en Centro Habana, en cada uno de nuestros barrios más deprimidos, veo todos los días mujeres negras y campesinas cargando con unas mochilas extraordinarias para buscar la sobrevivencia. El feminismo cubano tiene que aterrizar y plantearse cada uno de los graves problemas de la sociedad”.

La imagen de la mujer en los medios y la exclusión de las mujeres negras en los retratos de grupos desde el feminismo, fueron dos de los temas más abordados. Otras plataformas feministas, como Afrocubanas y el blog de Inés Maria Martiatu, están definiendo una nueva revolución desde el género y la racialidad.

Para la periodista y activista Sandra Álvarez, más conocida por Negra Cubana tenía que Ser, pues es el nombre que identifica el blog que administra: “No es la lucha por nuestros derechos lo que nos desune, es precisamente el sexismo, el racismo, la misoginia y la homofobia. Luchar no nos desune y si nos va a desunir, que nos desuna. La fragmentación existe, porque hay racismo ahora mismo en Cuba. Yo ahora mismo no quiero integrarme con quienes tienen un modo de vida consumista, y siempre me preguntaba qué cosa es la integración de la sociedad cubana, pues todos no partimos del mismo punto. ¿Cómo nos podemos integrar dos personas que somos diferentes, que partimos de mundos completamente diferentes?, pues una persona que está en el poder hegemónico que le da su blancura, su heterosexualidad y el hecho de vivir en una zona urbana, ¿cómo va a integrarse con una mujer negra, bisexual y feminista?”

Cuenta además Sandra Álvarez: “Nosotros tenemos una organización que se llama Afrocubanas porque nos hemos dado cuenta que tenemos que hacer nuestras propias cosas, no nos vamos a quejar más porque en los libros no salgan nuestros cuentos y ensayos. Tenemos nuestros libros, y en principio dijimos: aquí puede entrar quien quiera, blancos, negros, verdes y amarillos… Pero Afrocubanas es una organización creada por mujeres afrodescendientes para mujeres afrodescendientes, porque es lindísimo ser inclusivo, pero cuando no todos tenemos el mismo poder hay que tener mucho cuidado, pues mucha gente llega de manera oportunista. Nuestros discursos deben estar construidos a partir de la propia vida”

Muchas mujeres se quejan constantemente de que muy pocas cosas han cambiado para ellas en Cuba. Cada una de las feministas opina que las mujeres necesitan de acciones afirmativas, no que las protejan, sino que les permitan movilizarse en un marco adecuado de autonomía. Ellas reclaman que sean removidas las estructuras prejuiciadas y excluyentes que históricamente las condenan. Mientras, continúan ancladas en los diversos espejos de la violencia y el paternalismo machista, que las siguen menospreciando a pesar de los discursos y promesas.

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El delito de ser maestra y lesbiana

CORRALILLO, Villa Clara, diciembre, 173.203.82.38 -El magisterio de una mujer ejemplar, de la talla de la Licenciada y Máster en Educación Primaria, Nora Carmen Velázquez, se ha perdido para la educación cubana, en Corralillo, Villa Clara, por la absurda medida de destituirla de su cargo como directora de la Escuela Primaria Lázaro Villavicencio, debido al rumor de que es lesbiana.

Con su muy meritoria labor, realizada durante varios años, Nora Carmen propició ostensibles mejoras no sólo en las actividades educaciones, sino también en la edificación de la escuela. Las quejas de los padres de los alumnos fueron desapareciendo desde que ella asumió la dirección del plantel, con admirable autoridad y disciplina.

De ahí que en varias oportunidades fuera presentada como la mejor de las directoras de escuelas primarias en el municipio. Las actividades culturales, políticas y educacionales les eran constantemente consultadas por todo el claustro de sus profesores, aunque Nora Carmen aún no sobrepasa los 36 años de edad.

Pero una bola echó a rodar de boca en boca: La eminente Nora Carmen Velázquez se habría enamorado de una de las maestras de su escuela. Se especulaba en cuanto a que, durante horas, ambas se reunían, en el local de la Dirección Central, con “el pretext” de analizar cuestiones de trabajo.

¿Qué más sucedió? ¿Qué más se supo? ¿Qué más se vio? No hubo nada más al respecto. No hay un testigo que pueda declarar haberlas visto en ninguna actitud “sospechosa”. No hay tampoco un niño que manifieste que las vieron manoseándose, o algo por el estilo. Solo se especula. Solo se comenta. Tampoco hay un padre o una madre del alumnado que pueda decir que fue faltado el respeto a sus hijos por estas dos educadoras.

El comentario fue echado a rodar por el mismo claustro de maestros de la escuela. Y con el comentario, cayó como una bomba la acusación de lesbiana, en busca de una connotación especial para el “mal ejemplo” que la homosexualidad representa. Los especuladores dieron por hecho que la maestra y la directora (ambas especialmente queridas por el alumnado) eran pareja lésbica, y por ende constituían una deshonra para su profesión.

Las familias de ambas se encuentran abochornadas, aunque hasta el momento han preferido asumir el asunto con discreción. No es el caso del esposo de la maestra, quien ya le exigió a ésta que pidiera la baja y abandonara inmediatamente la escuela.

Pero lo más escandaloso de todo este dilema es que los analfabetos jeques municipales del Ministerio de Educación le han aplicado sanción a la directora, destituyéndola del cargo, basados única y exclusivamente en la sospecha de lesbianismo. De modo que asusta suponer qué harían si tuvieran la prueba concreta del “delito”. Cabría preguntarse, si, en lugar de dos personas del mismo sexo, el caso involucrara a un hombre y una mujer, el desenlace hubiera sido el mismo.

Y mientras esto ocurre, Mariela Castro hace burda propaganda por el mundo, asegurando que “Cuba” (lo que en su jerga quiere decir el régimen de su tío y su padre) respeta la dignidad de los homosexuales y está lista para el matrimonio dentre personas del mismo sexo.




Ada y Eva se aman

LA HABANA, Cuba, abril (173.203.82.38) – Ada y Eva aún no se reponen de los tiempos difíciles, cuando tenían que disimular porque podían a prisión. Haciendo el amor en cualquier rincón, dándose un beso en algún baño público fortalecieron su relación. Ahora los padres de Ada, viejos y cansados, decidieron dar a la pareja un espacio para que construyeran una casa de diez metros cuadrados.

Cuentan que nunca siguieron “el mal camino”, que se defendieron con dientes y uñas del machismo y la homofobia. Dicen que no las ilusiona demasiado el trabajo que está haciendo el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) aunque reconocen que ahora viven menos atemorizadas, y tienen la sensación (solo la sensación) de que hay un lugar en donde protestar en caso de alguna urgencia.

Y es que las mujeres que aman a otras mujeres en Cuba tienen que enfrentarse a los mismos prejuicios que enfrentan los homosexuales hombres, perdidos todos dentro del calidoscopio de la discriminación.

Cuando fueron a verificar a Eva para determinar si la aceptaban en el nuevo trabajo, el pasado año, la presidenta del Comité de Defensa de su cuadra dijo: “Es muy activa, se lleva bien con los vecinos, pero vive con una compañera de su mismo sexo”.

Parece ridícula la observación, como para reírse. A Ada, sin embargo, le causó pánico. Recuerda, como si fuera ayer, las humillaciones que soportó en la universidad cuando la miraban y le cuestionaban sus capacidades intelectuales, debido a su preferencia sexual.

Por supuesto, que la protesta no salió de las paredes a medio hacer de su nueva casa, y el CENESEX nunca se enteró. El miedo todavía las paraliza.