Julián del Casal: precursor del Modernismo en la literatura hispana
written by CubaNet | lunes, 7 de noviembre, 2022 11:45 am
LA HABANA, Cuba. — La vida del poeta Julián del Casal, nacido el 7 de noviembre de 1863, fue singular en más de un sentido. Breve, pero intensa y por momentos errática, es el testimonio de un hombre que cultivó con pasión las letras desde sus años de adolescente, cuando en su provincia natal, hoy Artemisa, fundó el periódico El Estudiante, escrito a mano.
Publicó su primer poema conocido en el semanario El Ensayo, en febrero de 1881. Trabajó como escribiente en el Ministerio de Hacienda e ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, carrera que abandonó para dedicarse a la literatura y el periodismo, siendo esta última arista menos conocida dentro de su obra.
Fuertemente atraído por el ambiente artístico-literario que envolvía a París en las postrimerías del siglo XIX, Casal emprendió un viaje a Europa con el propósito de visitar la capital francesa. Su anhelo se vio frustrado, sin embargo, y tras regresar a Cuba publicó su primer libro de poemas, titulado “Hojas al viento”.
Entre los años 1890 y 1891 conoció a dos figuras que marcarían su vida: el poeta nicaragüense Rubén Darío, y la pintora y poetisa Juana Borrero, cuya casa frecuentaba junto a otros jóvenes poetas que se dejaron ganar por la sensibilidad y el genio creativo de la muchacha.
En este círculo creció la fama de Casal como precursor del movimiento moderno, y desarrolló su labor periodística en los principales periódicos y revistas de finales del siglo XIX, donde con frecuencia publicaba artículos sobre la vida social, artística y literaria de Cuba.
De salud frágil, temperamento apasionado y agudo intelecto, Julián del Casal fue, a su manera, un azote a la corona española. Ni mártir ni patriota exaltado, su mejor arma fue la mordacidad presente en varios de sus artículos periodísticos contra el poder colonial.
A punto de cumplir los 30 años el 21 de octubre de 1893, en una sobremesa en casa de sus amigos, Julián del Casal murió de un ataque de risa tan fuerte que le rompió el aneurisma que padecía.
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Julián del Casal: 30 años de eternidad
written by Roberto Jesús Quiñones Haces | lunes, 7 de noviembre, 2022 11:45 am
GUANTÁNAMO, Cuba. – Este 21 de octubre se cumplen 128 años de la muerte de Julián del Casal, uno de los más grandes poetas cubanos de todos los tiempos.
Del Casal nació en La Habana el 7 de noviembre de 1863 y cursó sus primeros estudios en el colegio de Belén, al que ingresó en 1870. Diez años después se graduó de bachiller y cursó estudios de derecho, pero no llegó a terminarlos.
Siendo estudiante fundó junto con otros compañeros el periódico clandestino y manuscrito “El Estudio”, donde –se asegura– publicó sus primeros versos, aunque su primera colaboración conocida en un órgano de prensa fue publicada en el semanario de ciencias, artes y literatura “El Ensayo”.
Fue Nicolás Azcárate –reconocido abogado, amigo de José Martí e intelectual habanero, alguien de quien muy poco se conoce actualmente en nuestro país– el que introdujo a Casal en el mundo cultural al invitarlo al Nuevo Liceo, donde el poeta conoció a importantes intelectuales cubanos del momento, entre ellos al novelista Ramón Meza. Esa invitación le permitió acceder a la literatura de los principales autores de la época.
En 1888 viajó a España, pero poco tiempo después regresó a Cuba casi en la inopia.
En La Habana obtuvo empleo como corrector de pruebas y periodista de “La Discusión”. Fue en ese período cuando comenzó su amistad con la familia Borrero, que tan significativa huella dejó en la cultura cubana.
Colaboró con importantes medios de prensa de la época como “La Habana Elegante”, “El Fígaro”, “La Habana Literaria”, “El Hogar” y “La Unión Constitucional”, entre otros.
Cuando Rubén Darío visitó La Habana, Casal logró conocerlo y cultivar su amistad. Darío le dedicó el texto “El clavicordio de la abuela” y el cinco de enero de 1893 Casal publicó en “La Habana Elegante” un artículo sobre Darío.
Casal está considerado, junto con José Asunción Silva y Manuel Gutiérrez Nájera, fundador del movimiento modernista, que renovó la literatura castellana, y entre sus obras más destacadas se encuentran “Hojas al viento”, “Nieve” y “Bustos y Rimas”, aunque sus artículos y crónicas sobre la sociedad habanera constituyen ejemplos de la perfección formal que también alcanzó en su prosa.
Algunos estudiosos de nuestra literatura consideran a Julián del Casal como el típico intelectual aislado de la sociedad, pendiente de sus emociones y más preocupado por los hallazgos de una estética proyectada hacia la pureza formal que por su vinculación con la realidad.
En su obra “Lo cubano en la poesía”, Cintio Vitier lo consideró la antítesis de José Martí. Al respecto escribió: “Si Martí encarna entre nosotros las nupcias del espíritu con la realidad, con la naturaleza y con la tierra misma, Julián del Casal significa todo lo contrario. Su incapacidad radical para asumir la realidad, que unas veces interpreta como signo de idealismo, de pureza y anhelo irreconciliables con lo mezquino de la circunstancia, y otras, las más, como fatal impotencia de su ser, se resuelve en un estado de ánimo dominante: el hastío”.
El arte fue para Casal –sobre todo en la última década finisecular que terminó marcando su muerte– un refugio, una especie de urdimbre espiritual inevitable capaz de alejarlo de la cruda realidad.
Sin embargo, esa inclinación hacia la perfección formal que marcó toda su obra y algunos le critican por estar aparejada a la evasión de la realidad, no impidió que en determinado momento Casal escribiera un artículo sobre el Capitán General Sabás Marín y su familia, que provocó su despido como escribiente en la Intendencia General de Hacienda.
¿Qué habría hecho Casal de haber estado vivo cuando estalló la guerra necesaria el 24 de febrero de 1895? ¿Habría continuado practicando su habitual alejamiento de la realidad o le hubiera plantado cara, como hizo Carlos Pío Uhrbach?
Responder esas preguntas sin que exista el riesgo de la equivocación es imposible, porque siempre existirá la duda, siempre tendremos ante nosotros las cartas de la imaginación muy lejos de la certeza y cerca de la elucubración.
Pero de esas especulaciones sí escapa la obra de Casal, quien en solo 30 años logró vincularse por siempre a la historia cultural de la nación cubana.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Buscando a Casal, un filme sobre las limitaciones a la libertad artística
written by Luis Cino | lunes, 7 de noviembre, 2022 11:45 am
Yasmany Guerrero en el papel protagónico (foto Facebook)
LA HABANA, Cuba. – Buscando a Casal, un filme del director Jorge Luis Sánchez sobre el poeta del siglo XIX Julián del Casal, es una de las dos películas que representarán a Cuba y competirán por el Premio Coral este año en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano.
Es la segunda vez que Jorge Luis Sánchez incursiona en el género biográfico. Su primera película, El Benny, del año 2006, trató sobre la vida de Benny Moré. En esta ocasión, es más complicado el asunto, porque el biografiado, Julián del Casal es mucho menos conocido que el Bárbaro del Ritmo y más lejano en el tiempo.
Julián del Casal (1863-1893), poeta y periodista, es uno de los principales exponentes del modernismo en la poesía iberoamericana. Fue amigo de Rubén Darío, el iniciador del movimiento. Publicó su primer libro de poemas, Hojas al viento, en 1890. Por sus crónicas en La Habana Elegante se puede considerar un precursor del periodismo literario. Murió la noche del 21 de octubre de 1893, cuando durante una cena con unos amigos, un ataque de risa le provocó la rotura de un aneurisma y una hemorragia incontenible.
En Buscando a Casal, el director se centra en un episodio poco documentado de la vida del poeta: las represalias que sufrió por parte de las autoridades coloniales españolas debido a un artículo periodístico que publicó en La Habana Elegante y que el Capitán General consideró ofensivo por su tono irónico.
Se lo haya propuesto o no, Jorge Luis Sánchez se mete en aguas profundas con esta película que hace reflexionar sobre las limitaciones a la libertad artística, en momentos que el régimen intenta aherrojar aún más a los artistas con el decreto 349.
El encontronazo de Julián del Casal con las autoridades coloniales, del que apenas se había hablado hasta ahora, refuta a los que le cuestionan su supuesto apoliticismo.
Ese apoliticismo, su afrancesamiento y los prejuicios por su homosexualidad, han hecho, que, pese a su importancia en la literatura, no solo cubana, sino latinoamericana, Julián del Casal haya sido relegado a un segundo plano y no le concedan la importancia que merece.
Siempre se tiende a comparar a Casal con José Martí, su contemporáneo y también modernista. Y en esa comparación, Casal siempre lleva las de perder. Aunque algunos consideren que su poesía, comparable a la de Rubén Darío, era superior a la de Martí, a Casal le reprochan irremediablemente no haberse involucrado en la lucha por la independencia. Patriotas y machistas que somos, ¡cómo va a competir con el héroe nacional un poeta afeminado, frívolo, con ínfulas parisinas y que, para colmo, en vez de morir en el campo de batalla, murió de risa!
Ojalá esta película sirva para que Julián del Casal tenga en la cultura nacional el reconocimiento que merece.
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Julián del Casal frente al olvido
written by Roberto Jesús Quiñones Haces | lunes, 7 de noviembre, 2022 11:45 am
Julián del Casal
GUANTÁNAMO, Cuba.- La poesía y sus cauces hacia la perdurabilidad están asentados en inextricables misterios. Un ejemplo de ello reside en la obra de Julián del Casal, de cuya muerte se cumplieron este 21 de octubre 125 años.
Junto con nuestro Apóstol José Martí conformó el binomio poético más significativo para la cultura nacional en el cierre decimonónico.
Casal nació en La Habana el 7 de noviembre de 1863, ciudad donde cursó sus estudios. Desde muy joven expresó inclinación hacia las letras al fundar con otros compañeros de escuela el periódico manuscrito y clandestino El Estudio, donde publicó sus primeros versos, aunque fue en El Ensayo, publicación semanal sobre ciencias, artes y literatura donde apareció su primera obra conocida en un medio de prensa.
Fue amigo de Nicolás Azcárate, un cubano que jugó un rol importante en los medios jurídicos y culturales habaneros y en cuyo bufete José Martí trabajó como pasante. Gracias a esa amistad Julián del Casal se vinculó con otros importantes intelectuales de ese momento como el novelista Ramón Meza.
En 1888 Casal viajó a España pero tuvo que regresar casi de inmediato a La Habana debido a su situación económica. Para ganarse la vida hizo periodismo en La discusión y La Habana Elegante. Fue en ese medio donde publicó un artículo sobre el Capitán General Sabás Marín y su familia, que le costó su puesto de trabajo en la Intendencia General de Hacienda.
Otros medios que publicaron sus trabajos periodísticos y poemas fueron El Fígaro, La Habana Literaria, El hogar, El país y La Caricatura, entre otros.
Casal, el poeta del hastío
Hay seres que se acostumbran a la cotidianidad y someten todo a la satisfacción de los deseos más primitivos. Otros dedican más atención a su alma y la ejercitan de forma tal que pareciera que nada mundano les interesa. A este último grupo perteneció Casal, pues su vida fue una constante negación de la materialidad y una búsqueda permanente de la pureza poética que potenciaba lo idílico por encima de las circunstancias. De esa forma lo entienden algunos de los estudiosos de su vida y obra, advirtiendo que Casal buscó refugio en el arte y lo convirtió en el único espacio donde valía la pena vivir.
Ese hastío por la vida lo hizo una persona desinteresada por la política y los problemas del país, aunque esta fue una postura asumida por la mayoría de los poetas del modernismo, movimiento literario del cual Casal es iniciador junto con nuestro Apóstol, y los poetas Manuel Gutiérrez Nájera, de México y José Asunción Silva, de Colombia.
Estudiosos como Salvador Bueno aseguran que su obra poética evolucionó desde el romanticismo presente en sus primeros poemas de “Hojas al viento” hasta el parnasianismo y simbolismo de los poemarios “Nieve” y “Bustos y rimas”, en los que ya se aprecia la presencia modernista. Si en “Hojas al viento” es apreciable la influencia de clásicos españoles como Zorrilla, Campoamor, Núñez de Arce y Gustavo Adolfo Bécquer, en sus libros posteriores la influencia fundamental que recibió Casal procedió de los poetas franceses Baudelaire, Gautier, Leconte de Lisle, Verlaine y Moreas.
Al producirse su muerte, y un año y siete meses después la de José Martí, la poesía cubana recibió un golpe demoledor, al extremo de que después de la muerte del Apóstol y hasta 1913, cuando Regino E. Boti publicó su famoso poemario “Arabescos mentales”, el período ha sido considerado por algunos especialistas como sombrío para la poesía cubana.
Al conocer la muerte de Casal, José Martí publicó en el periódico Patria un hermoso artículo, en cuyo primer párrafo escribió: “Aquel nombre tan bello que al pie de los versos tristes y joyantes parecía invención romántica más que realidad, no es ya el nombre de un vivo. Aquel fino espíritu, aquel cariño medroso y tierno, aquella ideal peregrinación, aquel melancólico amor a la hermosura ausente de su tierra nativa, porque las letras solo pueden ser enlutadas o hetairas en un país sin libertad, ya no son hoy más que un puñado de versos, impresos en papel infeliz, como dicen que fue la vida del poeta”.
Adorado por las mujeres y la sociedad elegante de La Habana finisecular de entonces, conocido en toda América, periodista brillante y excelso poeta, Julián del Casal es hoy otro gran poeta desconocido para la mayoría de los cubanos, aunque su obra jamás podrá ser relegada al olvido.
Bibliografía utilizada:
-Diccionario de Literatura Cubana, Tomo I, Instituto Cubano de Literatura y Lingüística, Editorial de Letras Cubanas, 1980.
-Lo cubano en la poesía, de Cintio Vitier, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1970.
-Historia de la Literatura Cubana, Salvador Bueno, Editorial Pueblo y Educación, Cuarta Edición, 1972.