written by CubaNet | sábado, 11 de febrero, 2023 11:10 am
MIAMI, Estados Unidos. – El Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso (GTH), sede del Ballet Nacional de Cuba, se encuentra cerrado debido al comején que afecta tanto la carpintería del techo como los accesorios de madera de la sala García Lorca, dijo a CubadebateEnmanuel George, subdirector del GTH.
“Las principales dificultades que tiene el teatro es por el comején en la carpintería y en los accesorios de madera en la sala García Lorca. Está afectado el falso techo, que es la ruta crítica de la instalación. Detrás de esa estructura hay una losa que tiene desprendimientos”, detalló el funcionario.
De acuerdo con los expertos a los que aludió por Cubadebate, el falso techo de la instalación no se puede reparar sin un trabajo previo en la losa. “Entre ella y el falso techo hay unos 30 o 40 centímetros, por eso es imposible llegar desde el exterior y hay que desmontarlo. Eso implica un proceso delicado porque existen elementos artísticos, molduras de yeso y un lienzo específico que deben ser conservados. En el caso de la pintura hay que conseguir réplicas o una memoria digital de cómo son para conservar su valor patrimonial”, explicó George.
Por otro lado, el directivo especificó que el tabloncillo de la sala García Lorca no tiene problemas. “Hay comején en otros niveles, pero el techo es lo que compromete el inicio de las funciones”, insistió.
Comején en el Gran Teatro de La Habana (Foto: Cubadebate)
Lillitsy Hernández Oliva, presidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas (CNAE), dijo a Cubadebate que las autoridades competentes firmaron un contrato con el Centro de Investigaciones Agroforestal del Ministerio de la Agricultura para identificar las especies de termitas que afectan a la institución cultural y combatirlas.
“Se hizo una importación de líquidos a través de PALCO porque muchos de esos químicos no existen en Cuba”, apuntó.
De acuerdo con la presidenta del CNAE, no se ha determinado la manera en la que llegó el comején al Gran Teatro de La Habana. “Es un insecto invasivo, y la madera tiene una vida útil y limitada en ese sentido. Es propenso que ocurra, más en un lugar donde confluyen diferentes tipos y accesorios de este material. Un solo pedazo de madera contaminado es capaz de comprometer al resto”, dijo.
Como si fuera poco, la infraestructura, sobre todo del tercer piso, empezó a sufrir una fragmentación y ha deteriorado parte del techo por filtraciones en el sistema del aire acondicionado. “Los desprendimientos en la losa pueden ser a causa de la humedad o las vibraciones sonoras típicas de los teatros”, infirió la funcionaria.
“Cualquiera de las soluciones que los expertos e ingenieros sugieren, es costosa y serán realizadas en 2023, año que habrá mayor capacidad desde el monto de la inversión que se está asegurando para continuar recuperando el teatro”, aseguró Hernández Oliva.
Con un estilo neobarroco, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, emplazado en el antiguo Teatro Tacón, se sometió a una reparación capital entre 2013 y 2015 y abrió sus puertas en 2016.
En ese proceso inversionista fueron restauradas las fachadas, vestíbulos, palcos, cubiertas y tabloncillos; se dotó al teatro con un nuevo mobiliario, telones, sistema de climatización, acústica, mecánica escénica, salones de ensayos para los bailarines y la orquesta, un estudio de grabación y más de 20 camerinos. Los problemas vigentes no se relacionan con esa restauración, aseguró Cubadebate.
Seguridad del Estado investiga incendio en el Gran Teatro de La Habana
written by Alberto Lima | sábado, 11 de febrero, 2023 11:10 am
Momentos del incendio en el Gran Teatro (cibercuba.com)
LA HABANA, Cuba.- Después del incendio de pequeñas proporciones del pasado jueves 29 en la sala García Lorca del Gran Teatro Alicia Alonso, varios miembros de la Seguridad del Estado permanecen en el lugar. Es una ocupación más bien disimulada, pero incluso así a muchos les parece una reacción paranoica y hasta equivocada.
La pesquisa para averiguar lo sucedido es conducida por oficiales de civil, no por instructores de la Policía Nacional Revolucionaria, y, según informa a CubaNet, bajo anonimato, un trabajador que ha estado en contacto con la situación, algunos de los involucrados en la investigación comentan que los oficiales de la Seguridad parecen preocupados solo por buscar a un “autor”.
Más que averiguar quién podría ser el responsable de alguna negligencia que propiciara el inicio del fuego, y cómo sucedieron en detalle los hechos, solo preguntan “quién tú crees que pudiera hacer ‘eso’”, “cómo son tus relaciones con los otros trabajadores”, si hay alguna rencilla entre empleados. Por otra parte, se da por sentado que ya todos fueron “verificados políticamente”.
Unos dicen que tal paranoia se debe a que Raúl Castro se encontraba en el Capitolio, en la Asamblea Nacional, el día del incendio, pero otros dudan que haya algo funcionando de veras en la nueva sede del llamado Parlamento cubano. También se comenta que ha habido diversos siniestros de menor categoría en la zona, como fuegos en latones de basura, etc. Nadie sabe qué es “bola” y qué es cierto.
Un incidente así es notable por tratarse de una edificación emblemática, pero está además que la prensa oficial había informado ya de cuatro incendios significativos en los tres primeros meses de 2018. Los dos últimos, en menos de una semana, fueron en las provincias de Pinar del Río y Matanzas. Antes hubo uno en la Base Naval de Guantánamo y otro en la Feria Internacional del Libro en La Habana.
En febrero, también los bomberos debieron movilizarse por una falsa alarma de incendio en el hotel Habana Libre. Y están los accidentes con fuegos artificiales en parrandas de varias ciudades del interior. Pero algunos consideran que el mayor detonante de la paranoia “segurosa” es la cercanía, pues hay menor distancia entre la puerta del teatro y la acera del Capitolio que entre esta y el propio Capitolio.
No permanece nadie detenido, pero parece que a los agentes más visibles —se comenta en la institución— los tendrán allí hasta que se cansen y “ya se van convirtiendo en parte del mobiliario del teatro”. Los trabajadores bromean sobre el fuego: “no traigo fosforera” o “no hables de «eso», cuidado con las cámaras, que ahora seguro que sí las miran”, en referencia a que lo sucedido cuando se descubrió el incendio quedó registrado por una cámara.
Nadie duda allí de que fue un simple accidente, quizás a causa de la negligencia, el descuido, el desinterés de este o de aquella. En definitiva, la actitud más o menos generalizada en el país, aun en lugares como el Gran Teatro. La prensa oficial, aunque con parquedad, reportó que “el origen del incidente se debió presuntamente a una falla eléctrica”.
Y es difícil encontrar pistas. Los bomberos llegaron sin demora, pero ya los aspersores habían ahogado el fuego, y entonces, como ocurre a veces, para erradicar el peligro, dejaron la escena muy cambiada, impidiendo la posterior explicación de la primera chispa. Se encontraron dos bombillas de alto voltaje quemadas y se supone que pudieran haber sido el inicio del fuego. En la parte trasera del escenario, quedaba todavía el domingo un poco de peste a quemado.
Los más viejos aseguran que allí —donde antes estuvo el célebre Teatro Tacón— nunca antes había ocurrido un fuego, ni siquiera relativamente pequeño como este, aunque hace un tiempo hubo un apagón por una avería eléctrica, lo que obligó a suspender una función de la compañía Acosta Danza.
Para las funciones de fin de semana, que fueron solo sábado y domingo, se consiguieron algunos elementos y materiales, incluso en otros teatros, y se recuperó parte de la vieja escenografía del segundo acto de El lago de los cisnes.
Incendio en el Teatro Alicia Alonso destruye escenografía para El lago de los cisnes
written by Alberto Lima | sábado, 11 de febrero, 2023 11:10 am
Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso” (foto tomada de Internet)
LA HABANA, Cuba.- El jueves 29, en horas de la mañana, se detectó un incendio en la sala García Lorca del Teatro Alicia Alonso, según informaron empleados del Ballet Nacional de Cuba (BNC) que no quisieron dar sus nombres por temor a represalias. Los bomberos tuvieron que acudir, pero el fuego no realizó excesivos estragos. La primera secretaria del Partido Comunista de Cuba y vicepresidenta del Consejo de Estado, Lázara Mercedes López Acea, se presentó en el lugar.
Cuando llegaron los vestuaristas, sobre las 10 de la mañana, informaron que sentían “peste a quemado”, pero el jefe de escena dijo no sentir nada. Los vestuaristas subieron entonces a los camerinos, indagando, pero allí no encontraron nada. No obstante, cuando abrieron la puerta que da al escenario encontraron grandes llamaradas y mucha humareda negra.
Por suerte, los aspersores de la edificación funcionaron correctamente y apagaron las llamas. Cuando se evaluaron los daños, se vio que el escenario había quedado muy afectado y que se había quemado toda la nueva escenografía para El lago de los cisnes, el ciclorama y varios de los telones, además de que las “patas” del escenario quedaron muy chamuscadas. Por otra parte, al encenderse los aspersores, el agua había penetrado por todas partes, como en el foso de la orquesta, causando otros perjuicios.
Se supo que, en el ensayo general del miércoles, los bailarines se habían quejado de que había “un montón de cables pelados detrás del telón negro del escenario y que tenían miedo de pasar por allí”. El jefe de escena había asegurado que aquello no era responsabilidad suya.
Desde hacía un tiempo había un cartel escrito a lápiz en las “patas” del escenario que decía “Peligro: Alto Voltaje”. De acuerdo con las normas de seguridad del teatro, no debía haber cables de alto voltaje sin protección en una zona por donde pasan constantemente personas y hay telas y otros materiales altamente inflamables. Algunos cables habían sido cubiertos precariamente con una cinta inadecuada, no aislante.
Hay varios técnicos de la institución detenidos por la policía para investigar los hechos. Hasta el momento, no se ha descubierto cuál fue la causa precisa ni cómo comenzó el incendio, pero López Acea, después de permanecer en el lugar alrededor de una hora evaluando la situación, informó a los trabajadores que posiblemente las funciones del fin de semana, cuyas entradas ya estaban vendidas, podrían tener lugar.
Hace un tiempo, en el propio Teatro Alicia Alonso, antiguo Teatro García Lorca, que había sido reparado totalmente, hubo un apagón a causa de un accidente eléctrico, durante una actuación de Acosta Danza, la compañía de Carlos Acosta, que obligó a que al día siguiente hubiera que efectuar una doble función.
Si por fin los daños del incendio no lo impidieran, el programa de este fin de semana incluiría el segundo acto de El lago de los cisnes, Prólogo para una tragedia —coreografía basada en Otelo de Shakespeare, de Brian McDonald, obra cuyo 40 aniversario es uno de los motivos de estas funciones— y Celeste, una pieza de la colombiano-belga Annabelle López Ochoa.
Luego de estas funciones, el BNC se preparará para emprender una gira por varias ciudades de Estados Unidos durante mayo y junio, con los ballets clásicos de su repertorio, Giselle y Don Quijote. La gira comenzará por Chicago, los días 18, 19 y 20 de mayo. Luego, del 29 de mayo al 3 de junio, la compañía actuará en el John F. Kennedy Center for the Performing Arts, en la capital, Washington.
Este programa en el país norteño coincidirá con el mes que el Kennedy Center le dedicará a la cultura cubana. Para ese evento, el Ministerio de Cultura ha anunciado que enviará a más de 200 artistas de distintas manifestaciones. Si Alicia Alonso, a pesar de su frágil salud y su avanzada edad, acude a la gira, coincidiría con el casi 80 aniversario de su debut como solista en el American Ballet Theatre, compañía de ballet más importante de Estados Unidos, radicada en Nueva York, en cuya historia la Alonso ha sido una de las figuras más importantes.
Nike cubana: del olivo al mocho
written by Yoandy Cabrera | sábado, 11 de febrero, 2023 11:10 am
(nombrarcosas.wordpress.com)
TEXAS, Estados Unidos.- Las torres del Gran Teatro de La Habana están coronadas por dos diosas aladas de la victoria, que llevan en la mano un ramo de olivo para coronar al vencedor del certamen escénico de turno. Dicha diosa es conocida como “Nike” en la cultura griega y de ella proviene el nombre de la marca de ropa deportiva estadounidense Nike, creada por la diseñadora Carolyn Davidson a partir de una de las alas de la escultura griega tradicional. Después del paso del huracán Irma, una de estas Nikes del Gran Teatro quedó movida de su posición vertical a casi horizontal, a punto de desplomarse.
Durante y después del paso del huracán Irma por las islas del Caribe y Florida, han circulado muchas fotos que reflejan a algunos cubanos en medio de sus casas y sus calles inundadas. Entre esas fotos llamaron mi atención algunas que presentan posturas aparentemente cotidianas en que los personajes enfocados siguen haciendo muchas de las actividades diarias en medio del agua, las inundaciones y la basura, donde parecen olvidar momentáneamente las circunstancias excepcionales y adversas en las que se encuentran. En ellas puede vislumbrarse la señal de un abandono, síntoma de aplatanamiento, de una resignación fraguada durante décadas. Una especie de adaptación al medio como lo hubiera hecho cualquier tipo de animal, de ser vivo no pensante. La capacidad de evasión y enajenación del cubano ha llegado a límites insospechados. Y no se trata de divertirse, es más bien el acto mecánico de nadar, chapotear, ejercitarse en el agua (esta vez metafórica y literal) que sacude, subyuga y envenena.
Pero hay otra imagen que me parece incluso más llamativa, porque desdeña el abandono o parece orientarse a otra forma de abandono más allá de la indolencia y el folklore circundante, sin dejar de ser parte del paisaje en ruinas. Me refiero a una mujer afrocubana que está en medio de la calle inundada con un haragán en la mano y mirando, entre sospechosa y vigilante, el entorno. Lleva una camiseta gris con la marca Nike en el pecho. La pieza de ropa dice exactamente “Nike SB” (abreviatura de Skate Boarding), algo que puede sonar, dada la situación cubana, al menos irónico. Es precisamente el símbolo Nike en la camiseta junto a su pose y al haragán que sostiene, lo que (ciclón mediante) permite establecer un paralelo entre la Nike del Gran Teatro, La Giraldilla y la mujer habanera de la foto.
La Giraldilla, además de ser una imagen representativa de La Habana, es también una cristianización de la Nike griega. En estas tres imágenes están en juego las tradiciones fundamentales de occidente y de la isla: la griega o europea en general (Nike del Gran Teatro), la tradición cristiana española (La Giraldilla) y la afrocubana y popular (mujer habanera de la foto con la camiseta Nike).
A diferencia de la Giraldilla (que cayó de la torre del Castillo de la Real Fuerza a causa del ciclón de 1926), la Nike de bronce (después del paso del huracán Irma) permanece en la imagen como una amenaza, sin llegar a caer, pero en su desequilibrio advierte del peligro, la caída, la maldición sostenida. No es el derrumbe sino su extensión y posibilidad prolongada indefinidamente.
En su cristianización de la Nike griega, La Giraldilla porta la cruz de Calatrava que encarna la pasión de Jesús y es, en manos de la mujer habanera, un haragán, típico trapeador utilizado en Cuba para la limpieza. Es satírico y a la vez utópico que, con el agua casi a la cintura, ella sostenga precisamente un haragán. A su vez, esta mujer proviene del espacio doméstico: pareciera que, en pleno desastre, ha detenido sus labores de gineceo y se ha lanzado a la calle con su instrumento de trabajo diario. Es posible ver en esta nueva cruz una apropiación práctica y desacralizada del legado católico y colonial. La Nike mulata ha cambiado la cruz por el haragán, el vuelo etéreo por la limpieza y el baldeo. Toda la tradición clásica y cristiana en ella se vuelve una mezcla de necesidad, absurdo y sentido práctico.
Según Manuel Pérez Beato La Giraldilla “representa la Victoria, portando en su brazo derecho una palma, de la que solo conserva el tronco”. Esa palma ausente, símbolo nacional truncado, aparece conjugada con la cruz en el haragán de la cubana: su única insignia nacional y espiritual parece ser el mocho, la sobrevida. Se ve decidida a limpiar y baldear la isla, pulir las calles, quitar el churre. Con su pose y su instrumento rescata aquel parlamento, paródico y serio a la vez, de Virgilio Piñera en Electra Garrigó: se trata de una simple cuestión de higiene.
Esta mujer negra con su camiseta y su símbolo norteamericano reflejan una serie de tensiones vigentes en la isla por décadas: las oposiciones entre el gobierno cubano y el estadounidense, la pobreza del negro en Cuba, además del contraste de la miseria circundante y el tipo de ropa que se lleva.
Ambas imágenes de la Nike, la griega o europea y la norteamericana, encarnan una serie de valores. En la norteamericana el sentido de victoria se asocia a la solvencia económica, aunque el sentido inicial está asociado al deporte. Sin embargo, la mujer negra con la camiseta Nike pone en crisis esos conceptos de victoria, desajusta dichos valores culturales y económicos, los cuestiona, los desequilibra. La habanera, además, es la encarnación de una sociedad derrotada, arruinada que ha pasado décadas declarando hipotéticas victorias.
El proceso iniciado en 1959 hizo de la palabra “victoria” un referente fundamental de su imaginario: “hasta la victoria siempre” y “convertir los reveses en victoria” son algunas frases que pueden rastrearse desde los primeros discursos de Fidel Castro y que perviven en la retórica política insular. Ante el estancamiento mismo de ese lenguaje, la potencial caída de la Nike del Gran Teatro puede leerse como ademán disidente, contestatario; como si el crudo golpe de la naturaleza dejara al descubierto el descuido institucional, el abandono de las conquistas y necesidades de la sociedad.
La nueva Nike insular lleva su única ala (el símbolo Nike de la camiseta) cruzándole el pecho y convierte el gesto estético minimalista y abocetado de la diseñadora norteamericana en encarnación de la escasez general de los habitantes la isla. Pero esta nueva Nike cubana que, como Yemayá, camina por las aguas con nuevo tridente doméstico, emergente diosa del mar con mirada segura, esta “reina del mocho” con su agudeza visual, parece, por su firmeza, ser capaz de abrir las aguas con su haragán. A pesar del desposeimiento, la casa en ruinas e inundada por el ciclón, luce lista. Observa incrédula y horadante el entorno, no hay ni rastro de miedo o extrañeza en sus ademanes o sus ojos. Se mueve entre el agua y la basura con sospecha y desenfado.
Más que de dos, pareciese que ambas imágenes representan momentos distintos de una misma diosa, de la Nike cubana en sus diversas etapas. Es la Nike colonial caída hace tiempo desde las altas torres del Castillo de la Real Fuerza o el Gran Teatro que ha aprendido, por siglos, a abrirse paso con su remo, su haragán, entre las aguas más adversas; que ha transitado de lo europeo a lo afrocubano, del aire al agua, de la luz al fango, del éter al basurero, del bronce a la piel negra, de lo culto a lo popular, del peplo ondeante a la camiseta importada, del olivo a la fregona. Es la Nike colonial que ha encontrado en la caída, si no la victoria, al menos otros tensísimos modos de la sobrevida y la pertenencia. Un muy raro sentido de pertenencia que se confunde con la muerte.
La habanera de la foto, callejera y curiosa como el famoso personaje de Cirilo Villaverde, luce lista para decir, en cualquier instante, los parlamentos de Santa Cecilia de Abilio Estévez: “Mi lugar es bueno porque es mi lugar. Será el infierno pero es mío. De aquí no hay quien me mueva. Tendrá que secarse el mar para que abandone este sepulcro que me pertenece. Y ahora, ¡váyanse, Furias, si quieren!”
Concierto de Plácido Domingo en Cuba será exclusivo y por invitación
written by CubaNet | sábado, 11 de febrero, 2023 11:10 am
(Fox News Latino)
MIAMI, Estados Unidos.- El diario oficialista Granma ha informado a través de una nota de prensa publicada este martes que el concierto que dará el reconocido tenor español Plácido Domingo en La Habana el próximo 26 de noviembre no estará abierto al público en general, sino que consistirá en un evento exclusivo adonde se podrá entrar solamente con invitación.
“Las invitaciones se entregarán a través de la Central de Trabajadores de Cuba, las organizaciones estudiantiles, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y la Asociación Hermanos Saíz”, informa Granma.
Plácido Domingo, considerado uno de los “supertenores” junto a José Carreras y el fallecido Luciano Pavarotti, dará este concierto único en Cuba, un país que lo recibe por primera vez.
La información divulgada por el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso detalla que “el equipo de realización del Maestro Plácido Domingo ha solicitado 533 capacidades del teatro para seguidores internacionales que viajarán exclusivamente a nuestro país para este concierto”.
La sala García Lorca del Gran Teatro posee capacidad para unas 1 500 personas.
“Adicionalmente se colocarán pantallas en las afueras del teatro y 2000 sillas a las que la población podrá acceder libremente. El concierto será filmado para transmitirse en fecha posterior y de manera íntegra por la televisión cubana”, añade la nota.
Hasta ahora, los organizadores del evento no han aclarado quiénes podrán ocupar los asientos que se dispondrán afuera de la instalación.