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¿Hasta dónde caerá el peso cubano?

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LA HABANA, Cuba. – Todo parece indicar que el valor del dólar estadounidense en el mercado informal cubano llegará a los 200 pesos (CUP) mucho antes de lo previsto, y de no variar las condiciones que han provocado el desplome de la moneda nacional (algo muy difícil), este diciembre ya habrá sobrepasado las predicciones, así como la dura realidad le dará en las narices a quienes auguraron que el billete verde retornaría al cambio de 1 x 24 con la reapertura de los vuelos a Cuba desde Estados Unidos a mediados de mayo de este año y con la eliminación de los límites a las remesas enviadas desde el país vecino.

Pues hoy la situación es más que preocupante, en tanto el precio del dólar ha mantenido casi por más de dos meses el mismo ritmo de crecimiento de entre 1 y 5 pesos por día, incluso por momentos superando o igualando el valor de la MLC —el invento del régimen cubano para acaparar buena parte de las remesas— y el euro, lo que repercute en el alza de precios de los productos en la calle, así como los salarios estatales se encaminan a la total inutilidad.

Todavía a inicios de julio de este año, cuando ya había superado ampliamente los 100 CUP por unidad, el valor del dólar se mantuvo entre 10 y 12 pesos por debajo del euro y la MLC pero ya a finales de este agosto, además de lo difícil que se hizo encontrarlo en el mercado informal debido a la alta demanda, llegó a cotizarse entre los 140 y 145 por unidad, mientras la MLC se colocaba dos o tres puntos por debajo, una tendencia que se ha mantenido hasta este momento, cuando para adquirir un dólar hay que desembolsar más de 180 CUP.

Porque no solo compran los que tienen en planes emigrar sino además aquellos que, viendo cómo a cada segundo que pasa se evaporan sus ahorros en pesos cubanos, han optado por cambiarlos a dólares para evitar continuar perdiendo dinero. Pero también lo están haciendo quienes intuyen que al régimen no le queda mucho tiempo y que “la cosa”, en breve, pudiera terminar aún más mal de lo que está cuando los últimos “fieles” se convenzan de que el árbol enfermo bajo el que se cobijan ya ni sombra les puede ofrecer.

Sabemos en números la magnitud de la decepción, del hartazgo, por lo bajo que ha caído el peso cubano pero también por los cientos de miles de emigrantes que vamos contando en menos de dos años. 

Sin embargo, desconocemos las cifras exactas de cuántos de ellos son funcionarios y cuadros del Partido Comunista que han huido, diplomáticos que han desertado o han enmascarado en cualquier pretexto su negativa a retornar, así como cuántos, aun sin escapar de Cuba, se han salido de las filas del Partido, han abandonado sus trabajos, han decidido cruzarse de brazos en sus casas porque así tienen más posibilidades de sobrevivir o, por el contrario, quedarse en sus puestos para obtener mediante el robo lo que no pueden con sus miserables salarios.

Sabemos que los decepcionados, arrepentidos y hartos son muchísimos más que esos que han logrado marcharse. Muchos más que los que todavía responden a la orden de gritar consignas a favor del Gobierno. Porque el poco entusiasmo “residual” que pudo haber quedado entre quienes esperaban una súbita solución magistral por parte del régimen ha sido desvanecido por la certeza de que, como dice la gente en la calle, “ya esto se terminó de joder”. 

Quienes de manera bien activa en las redes sociales expresaron su confianza en que la apertura a inicios de agosto de un tipo de mercado cambiario oficial, con nuevas tasas de canje, por parte del Banco Central revertiría la situación o al menos ofrecería algo de estabilidad en las transacciones, hoy al parecer, a juzgar por sus silencios, se han sumado al multitudinario ejército de “ingenuos decepcionados”, lo único que ha sabido producir por montones la llamada “continuidad”.

La euforia que muchos mostraron la víspera tanto del anuncio del inicio del mercado cambiario oficial como a raíz de las flexibilizaciones del presidente Biden al embargo, hoy se ha transformado en casi total convencimiento de que ya la crisis económica en la Isla no tiene solución, más cuando esos que debieron frenar la devaluación del peso cubano con medidas y leyes en favor de sus seguidores diezmados, pero aún “leales” y “confiados” —a pesar de los palos que les ha dado la vida—, se sumaron al carro de la especulación callejera con total felicidad, en un acto que muchos han visto como una nueva traición y que se suma a la ráfaga de puñaladas “traperas” que ha sido todo el “reordenamiento monetario”. 

No importa si es posible o no detener la hiperinflación, revertirla, en un país que no produce ni exporta absolutamente nada, o cuánto de conjuro mágico e intervención divina se necesiten para obrar lo que sin dudas sería un milagro para un país hundido en la miseria por la mediocridad y la doble moral de los jerarcas comunistas —más que por su empecinamiento ideológico—, pero en un sistema político donde se le ha inculcado a los ciudadanos que el Gobierno es un dios invencible, infalible, incuestionable e inmortal —algo sin dudas súper loco—, aún hay quienes esperan por que se abran los cielos (o al menos las aguas para que alguien de la otra orilla cruce con la billetera llena para rescatarlos).

De hecho la intervención televisiva del ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, a finales de agosto, en la que se anunció la tasa de canje sobre los 120 pesos cubanos, calcada de la del mercado informal, habría sido la estocada de remate, el tiro de gracia a los últimos ingenuos y leales, pero además el disparo de arrancada para quienes no se habían decidido a comenzar esa carrera a fondo que significa emigrar, porque quedarse es solo una opción para quien de verdad no tiene los recursos ni las energías para escapar.

El país ha quedado tan arruinado en todos los sentidos, incluso a nivel social, humano, mucho más en estos últimos 10 años que, aun cayendo la dictadura ahora mismo, a los gobiernos que vengan, sin importar las buenas o malas intenciones que traigan con ellos, se les hará bien difícil —casi imposible— revertir la situación y convertir a Cuba en un país confortable para sus habitantes, un lugar a donde la gente desee retornar y establecerse de manera definitiva.

Hoy, si algo ha llegado para quedarse, es el caos económico. Las evidencias de ese “sálvese quien pueda” no están solo en cómo el régimen ha ido ajustando siempre hacia arriba los precios al ritmo de la inflación, o en la desvergüenza con que dicen al pueblo que continuarán construyendo hoteles y celebrando festivales a pesar del hambre generalizada, sino además en cómo ha favorecido la emigración masiva a través de Nicaragua y México como su única solución a la imperiosa necesidad de financiar la cada vez más costosa permanencia en el poder.

Lo cierto es que, junto con los rumores de que en breve el Banco Central ajustará nuevamente la tasa de recanje, y venderá los dólares a 140 CUP, no hay señales de que algo cambiará la tendencia al caos en los próximos meses. 

Hasta la ministra de Trabajo y Seguridad recalcó que no subirán salarios ni pensiones aun cuando el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, hace apenas unos días mostraba su preocupación por el éxodo laboral y el ministro de Economía, en su último informe ante la Asamblea Nacional, cantaba loas al mercado cambiario y las tiendas en MLC.

Un coro como de trompetas del Juicio Final al que se suman los apagones por la obsolescencia tecnológica de las plantas generadoras, el dengue, la ausencia de turistas, la falta de pan, el colapso del transporte, los rayos que caen donde no debieran, las explosiones e incendios inexplicables y los ciclones aún por pasar.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
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El bolívar venezolano se devaluó frente al dólar un 10% en menos de 24 horas

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MIAMI, Estados Unidos.- La crisis en Venezuela se agudizó en las últimas 24 horas luego de que el bolívar, la moneda oficial de la nación sudamericana, se devaluara este miércoles un 10.4% frente al dólar respecto al día anterior, de acuerdo a un reporte ofrecido este martes por el Banco Central venezolano.

Según el informe, este miércoles el precio de la divisa superó los 7 bolívares, al ubicarse en 7,01. En la jornada del martes, por su parte, el dólar había cerrado en 6,28 bolívares en el mercado oficial.

Los datos revelan que en solo 24 horas la cotización de la moneda estadounidense, utilizada en la mayoría de las transacciones en Venezuela, se incrementó en un 11,6 %.

De acuerdo a una nota publicada este jueves en Infobae, el aumento de la cotización del dólar en Venezuela se ha registrado progresivamente durante los últimos días. El pasado jueves superó los seis bolívares (6,09). El número rompió la tendencia de los tres meses anteriores, en los que se cotizó entre los cinco y seis bolívares.

Por su parte, en el mercado paralelo el aumento fue incluso mayor. Este miércoles el dólar estadounidense superó los ocho bolívares y cerró en 8,70. Según la nota de Infobae, el valor del dólar en el mercado paralelo venezolano se disparó debido a, entre otros factores, “el pago de bonos a miles de empleados y maestros, que coincidió con la ausencia de ofertas de divisas del Banco Central”.

“La semana pasada, nueve de los bancos venezolanos que venden dólares según la tasa del Banco Central bloquearon sus ofertas en esos días y el mercado paralelo empezó a distorsionarse”, agrega la información.

Entretanto, un informe publicado por el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS) señaló que “en Venezuela se deben ganar 15,68 dólares diarios para pagar la canasta básica alimentaria de una familia de 5 personas que se ubicó, en el mes de julio, en 470,44 dólares, cuando el salario mínimo es de 126 bolívares, equivalentes a unos 20 dólares”.

Este aumento en el tipo de cambio impacta de manera directa los preciso en bolívares, dijo el medio de prensa, pues en el país sudamericano la mayoría de bienes y servicios están fijados por la divisa estadounidense.

Al respecto, algunos economistas prevén que durante el presente mes de agosto se acelere la inflación, que registró en junio y julio pasados tasas mensuales de 11,4% y 7,5%, respectivamente, los dos incrementos más altos en lo que va de año.

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La verdadera razón: Por qué el régimen va contra el dólar

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MADRID, España. – La Resolución 176/2021 del Banco Central de Cuba que establece la suspensión temporal, a partir del 21 de junio de 2021, de los depósitos bancarios en efectivo de dólares estadounidenses, es una medida errónea, injusta, que bloquea aún más, si cabe, al pueblo cubano y atenta de forma directa contra los intereses de los más desfavorecidos. 

Llega en un momento especial en que el régimen, por primera vez en años, percibe el rechazo y aislamiento internacional de las naciones democráticas de la Unión Europea, que en su Parlamento acaban de aprobar una resolución contra las violaciones de derechos humanos en la Isla. El régimen cubano, cuando se siente atacado por los que califica como “enemigos”, se revuelve y ataca con mayor dureza aún. Esta vez, ha preferido la estrategia del calamar, que con su tinta trata de parapetarse y pasar desapercibido. Pero la crítica europea ha hecho efecto.

De otro lado, la Resolución 176 del Banco Central llega en un momento en que las autoridades del régimen, lideradas por Cabrisas, han obtenido un sonoro y demoledor fracaso en las negociaciones de la deuda externa con el Club de París. Se acabaron al fin las contemplaciones y no hay más remedio que pagar o someterse a las medidas que sean necesarias. El abismo está tan cerca, que ni siquiera se han dado a conocer los términos de los eventuales acuerdos de Cabrisas. Hay que pagar, cuanto antes. El problema es ¿con qué?

Régimen cubano saca el dólar de circulación: no se aceptarán más depósitos bancarios en esa moneda

Los voceros del régimen atribuyen la responsabilidad última de esta medida al embargo o “bloqueo” de Estados Unidos y a lo que califican de “campaña de hostigamiento” contra Cuba. Un dosier que se está preparando para ser presentado a finales de este mes en Naciones Unidas y movilizar, una vez más, un voto contra Estados Unidos, que no es otra cosa que una táctica para esconder la grave crisis económica, política y social en que se encuentra Cuba.

El régimen dice que la norma se aplicará de forma “temporal” hasta que se supriman las condiciones que la han justificado. ¿De qué condiciones hablan? Pues de las mismas que vienen existiendo desde hace años, y que supuestamente tienen que ver con el “bloqueo” económico de Estados Unidos, el que impediría al sistema bancario nacional realizar depósitos en el exterior. 

Sin embargo, nadie quiere reconocer la incompetencia en la gestión de la economía, inmersa en una grave crisis durante 2020 que parece continuar este año 2021, sin que se observe el efecto rebote que ya se está produciendo en otros países. El objetivo es controlar y drenar las remesas en dólares que envían las familias, con gran esfuerzo, a fin de dirigirlas a atender las necesidades de las empresas del conglomerado militar GAESA, la Seguridad del Estado y el agujero del déficit fiscal que no para de crecer. 

Nueva resolución bancaria: más sombras que luces

Afirman que se trata de “una decisión indispensable, debido a que el sistema bancario cubano, en virtud de las limitaciones que impone el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, ha visto restringidas, desde hace más de un año, y hasta extremos inusitados, las posibilidades de depositar en bancos internacionales los billetes de dólares estadounidenses recaudados en el territorio nacional”. Pero esta es otra falsedad. La realidad es que las entidades de la economía cubana mantienen cuentas en todos los países del mundo, realizan todo tipo de transacciones que se necesitan y no existe límite alguno para ello, excepto en Estados Unidos.

En cuanto a los efectos de esta medida, no resulta difícil anticipar algunos que resultarán muy perjudiciales para los cubanos.

El primero y más importante es la incertidumbre y desconfianza generada en los agentes económicos por el trato desigual a las divisas. Muchos cubanos se preguntarán: ¿por qué en dólares no y en euros o rublos o pesos mexicanos sí? Es imposible “eurizar” la economía cubana porque la presencia de Estados Unidos es real, y en todo caso, los que tienen dólares y no los necesitan, saben que cambiarlos dentro de unos meses será más favorable que ahora mismo, cuando ya alcanzan los 70 pesos en el mercado informal. 

De modo que mientras el régimen se preocupa por las que define como “medidas coercitivas del bloqueo, especialmente en el ámbito financiero” no presta la debida atención al mercado informal de cambios que le está diciendo, de forma clara y explícita, que la “Tarea Ordenamiento” ha sido un rotundo fracaso. El argumento de que a Cuba le resulta cada vez más difícil encontrar instituciones bancarias o financieras internacionales dispuestas a recibir, convertir, tramitar o procesar el efectivo en moneda estadounidense, como resultado de los efectos extraterritoriales del “bloqueo” y de las medidas adicionales adoptadas por Estados Unidos, también es una falsedad y no esconde el hecho evidente de que la desconfianza de las entidades financieras tiene mucho que ver con los impagos de la deuda, que echan por tierra la credibilidad y la confianza de la economía.

El objetivo principal del “ordenamiento” ha sido un rotundo fracaso

Después viene otra cuestión no menos importante: ¿Quién en Cuba actualmente puede abrir depósitos en el exterior y realizar estas operaciones? ¿Cuánta gente, personas naturales o jurídicas? Pensemos y se encontrará la respuesta: como las operaciones de los magnates de verde olivo ―al frente de los negocios internacionales del régimen están siendo vigilados en sus operaciones en Estados Unidos, el Gobierno cierra la puerta a todo el mundo. Y para acabar cerrando puertas, todo el efectivo en dólares estadounidenses que se recaude en el país será congelado en el sistema bancario y financiero cubano, aun cuando el depósito de dólares estadounidenses en efectivo era la única vía de muchos cubanos para poder acceder a las tiendas en MLC. Ahora, esta gestión no se podrá realizar y, por ende, mucha gente no podrá comprar en las tiendas en MLC.

La situación obligará a ensayar fórmulas nuevas al margen de la legalidad, las cuales harán crecer el mercado informal. De hecho, la Resolución 176/2021 no prohíbe que las cuentas en dólares se sigan alimentando por medio de transferencias ni afecta a la operatoria de los depósitos en efectivo de otras divisas libremente convertibles aceptadas en Cuba, las que podrán continuar realizándose sin ninguna limitación. Se trata de una medida arbitraria, asimétrica, con efectos muy injustos sobre determinados sectores de la población.  

“Realmente vamos en decadencia”: Cubanos reaccionan a nueva prohibición del régimen

De igual modo, la resolución señala que los depósitos en dólares estadounidenses que poseen personas naturales y jurídicas no se afectarán en lo absoluto por esta medida, pero sí que están afectados: no se pueden extraer de los bancos, so pena de recibirlos exclusivamente en pesos cubanos o en un certificado de depósito de dudosa legalidad, una especie de corralito financiero que para muchos significa perderlo todo. 

El régimen declara su intención de luchar contra el incremento de los depósitos en dólares en los bancos cubanos y lo hace con una norma cuantitativa que no admite márgenes de holgura y que va a dejar a más de uno con el pie cambiado.

Distorsionar la realidad no lleva a ningún sitio. Es una grave decisión del régimen no pagar la deuda, y se advirtió. Las consecuencias se están viendo en una pérdida de confianza que alcanza niveles muy difíciles de asumir. Culpar al presunto embargo o “bloqueo” de Estados Unidos de estos resultados no deja de ser una infamia. Si Cuba pagase a sus acreedores en tiempo y forma, otro gallo cantaría. 

De modo que ante hechos que son muy complejos y que tienen que ver con la ejecutoria y la responsabilidad del gobierno comunista, a este solo se le ocurre suspender temporalmente la aceptación de depósitos en efectivo de dólares de Estados Unidos, moneda cuyo valor de uso se ha visto limitado en extremo. Y con ello, aunque se perjudique gravemente a la gente común, les da igual. La pregunta es: ¿el valor de uso de quién? Será del peso, porque en Cuba, por la torpeza de las autoridades cada día la gente necesita más dólares. Además, hay mucho de chantaje político al afirmar que la medida se mantendrá mientras no se eliminen las restricciones que impiden el normal funcionamiento de los procedimientos de exportación de la moneda estadounidense.

Esto plantea una pregunta más: ¿en qué queda el modelo Malmierca para la exportación de los emprendedores privados? ¿Cómo se van a gestionar los ingresos en divisas obtenidos por las operaciones económicas que se realicen al amparo de este programa? ¿Y qué va a ocurrir con las empresas que se lancen al comercio exterior aprovechando el cambio 1×24 de la “Tarea Ordenamiento”, que eliminó la paridad anterior?

Desconozco la respuesta. Estamos ante una decisión muy grave del régimen que no se corresponde con las necesidades reales de los cubanos. Lo que está claro que esta norma no hará bajar al dólar, no “eurizará” la economía cubana y no va a resolver la escasez de alimentos ni ninguno de los problemas de los cubanos. Más bien, los agravará todos.

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