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Los ataques sónicos como método de tortura en el presidio político cubano

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MIAMI, Estados Unidos.- Mucho se ha hablado en los días actuales sobre el daño ocasionado a causa de la despiadada utilización de ondas sónicas, aplicadas por la tiranía comunista de Cuba a funcionarios del gobierno estadounidense que prestaban servicios en la Embajada norteamericana que abrió sus puertas en La Habana, por mandato irracional del presidente Barack H. Obama. Aún no ha quedado esclarecido desde cuándo comenzó esta práctica antihumana en nuestro país, y es esa la razón que me mueve a ofrecer testimonio a través de estas líneas.

Corría el año 1977. Me encontraba entre algunos de los prisioneros políticos cubanos que habían sido enviados a los calabozos de castigo de la recién inaugurada prisión Combinado del Este, por voluntad caprichosa o puramente represiva del oficial a cargo de los presos políticos plantados, el teniente Mauricio Nodarse. Estuve en confinamiento solitario en el calabozo No. 62.

La situación era tensa en extremo. Recuerdo que el supuesto camastro donde debíamos pasar las noches y, debido a lo reducido del espacio, una parte considerable del día, era de un rústico concreto, tan áspero que algunas partes del cuerpo, como las caderas y la piel que cubría los huesos de los tobillos, me sangraban. Era verano, y a pesar de que sólo vestíamos un harapiento calzoncillo, el exceso de calor nos asfixiaba.

No había agua para asearnos, ni siquiera para calmar la sed, porque la tenían limitada en extremo, al antojo o grado de maldad de los carceleros. Poco a poco, ante nuestra negativa a cumplir las órdenes que intentaban imponernos con fines humillantes, las medidas represivas se fueron recrudeciendo. Fue entonces que surgieron las primeras torturas sónicas, a través de potentes altavoces instalados en las claraboyas de las celdas, mediante los cuales transmitían estridentes ruidos, de muy alta frecuencia, en sesiones que se prolongaban desde las 4:30 o 5:00 de la madrugada hasta pasada ya la media noche.

Ya en la cárcel de Boniato, a donde a mediados de 1979 fuimos trasladados un centenar de prisioneros, entre muchos que habitualmente nos manteníamos en estado de rebeldía, se reactivaron las aplicaciones de torturas sónicas, nuevamente a través de potentes altavoces instalados a la entrada del estrecho corredor de las celdas tapiadas, dónde habíamos sido encerrados a modo de castigo permanente por nuestra disposición a no ceder en nuestros principios, ni acatar órdenes autoritarias, humillantes muchas de ellas, con marcada intensión de quebrantar nuestro espíritu de lucha.

Fue cuando nadie escuchaba. La época vergonzosa para la comunidad internacional. Para los que negligentemente, por no utilizar un adjetivo más acorde a su insensibilidad o actitud cómplice con la tiranía, no escucharon. Nadie prestaba atención al sufrimiento generalizado, ni admiraba el sacrificio de los prisioneros políticos cubanos ni las agonías impuestas por maldad e incompetencia gubernamental a nuestro pueblo infeliz.

En mi libro testimonial, Rehenes de Castro (Capítulo XV), escrito clandestinamente en el transcurso de los años 1983 y 1984 en los calabozos de tortura de Boniato gracias a las habilidades y las artimañas que aprendimos con la experiencia acumulada y la voluntad para idear fórmulas ingeniosas que nos permitieran burlar la vigilancia carcelaria, pude dejar como constancia una reseña sobre la utilización de los servicios de experimentación diabólica de la tiranía castrista, de las torturas sónicas utilizadas con el fin de quebrantar seriamente la salud de quienes la jerarquía gobernante en nuestro país consideraba enemigos potenciales de la revolución impuesta por los Castro, y sostenida por la guadaña aniquiladora del terror y la trampa.

Fue necesario que pasaran muchos años. Que las víctimas en esta ocasión fueran ciudadanos canadienses, o miembros del cuerpo diplomático norteamericano que servían a sus respectivos gobiernos, y a una parte de los familiares que los acompañaban en su destinada misión, para que se alzaran voces condenatorias contra la tiranía comunista de Cuba. Censurando la “posibilidad”, sería más acertado señalar, de que el régimen castrista sea el responsable directo de las afectaciones de salud sufridas por sus representantes oficiales, a través de la aplicación de ataques sónicos contra los funcionarios del cuerpo diplomático que cumplían servicios en la isla de Cuba.

Estas son realidades que destacan la insensibilidad, la desafortunada carencia de ética y la falta de solidaridad de la comunidad internacional, incluyendo los medios de prensa y quienes, desestimando los esenciales valores de que somos merecedores como parte de ese mundo civilizado en que habitamos, dentro de la honradez de la conciencia que nos diferencia de las piedras y de los árboles, bien como persona individual, bien como entidad de amplitud nacional, anteponen sus diversos intereses. Y duele, de la misma manera, que gobiernos representativos de la libertad, la honradez y el derecho inexplicablemente se olviden de su responsabilidad en tomar medidas efectivas contra el crimen, los atropellos y la inadmisible práctica de violencia gubernamental que durante más de seis décadas ininterrumpidas ha venido cometiendo la tiranía comunista de Cuba contra la indefensa población.

Como seres humanos nos sentimos solidarios con el sufrimiento de los ciudadanos canadienses y de los Estados Unidos que han sufrido afectaciones de salud a consecuencia de los ataques sónicos de que han sido víctimas por parte de tiranía comunista de Cuba. Considero que el momento es oportuno para hacer un llamado de recordación a la comunidad internacional. Ha llegado el momento de la solidaridad con el pueblo cubano. Es de suma importancia el velar por la preservación de la paz y porque también en nuestro país, por encima de toda conveniencia ideológica, política o de cualquier otra índole, sean cumplidos los sagrados preceptos de la libertad y el respeto absoluto a los derechos humanos.

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Ataques sónicos a diplomáticos fueron mediante “energía de radiofrecuencia”

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Embajada de Estados Unidos en La Habana (foto: EFE)

WASHINGTON, Estados Unidos. – Los síntomas experimentados por diplomáticos y personal estadounidense en Cuba y China pueden estar relacionados con “energía de radiofrecuencia”, según un informe de un comité de la Academia Nacional de Ciencias.

La investigación, recogida este domingo por medios locales, se centró en los síntomas experimentados por diplomáticos estadounidenses en La Habana, lo que llevó a EE.UU. a ordenar en septiembre de 2017 la retirada de la mayoría de su personal en la isla, pedir a los estadounidenses que no viajen allí y suspender la emisión de visados desde su embajada en Cuba.

Hasta 26 funcionarios y diplomáticos de EE.UU. y 14 de Canadá destinados en La Habana presentaron síntomas como lesiones cerebrales, mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración por motivos que aún se desconocen.

Los supuestos ataques ocurrieron entre noviembre de 2016 y agosto de 2017.

En 2018, se conocieron al menos dos casos en China que fueron relacionados con los síntomas atribuidos a posibles “ataques sónicos” en el personal diplomático estadounidense en Cuba.

“El comité consideró que muchos de los signos, síntomas y observaciones distintivos y agudos informados por los empleados son consistentes con los efectos de la energía de radiofrecuencia (RF) pulsada y dirigida”, indicó el informe, difundido por la publicación The Hill.

El documento, sin embargo, no confirma que la energía fue dirigida intencionalmente, aunque tampoco descarta la posibilidad de que se haya emitido a través de un arma, agregó la versión periodística.

“Los estudios publicados en la literatura abierta hace más de medio siglo y durante las décadas posteriores por fuentes occidentales y soviéticas proporcionan un apoyo circunstancial para este posible mecanismo”, agregó el documento.

Para el estudio se examinaron cuatro posibles causantes de los síntomas: infección, sustancias químicas, factores psicológicos y energía de microondas.

“En general, la energía de radiofrecuencia pulsada dirigida parece ser el mecanismo más plausible para explicar estos casos entre los que el comité consideró”, puntualizó el estudio.

No obstante, el grupo de expertos admitió que “no puede descartar otros posibles mecanismos” y consideró “probable que una multiplicidad de factores explique algunos casos y las diferencias entre otros”.

(EFE)

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EE.UU. sigue investigando “ataques sónicos” de La Habana, asegura Pompeo

Mike Pompeo; Cuba; Venezuela; China; Censura

MIAMI, Estados Unidos. – Tres años después de que saliera a la luz pública el caso de los “ataques sónicos” a diplomáticos estadounidenses en La Habana, el gobierno de Estados Unidos continúa intentando aclarar los hechos.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró este miércoles que las investigaciones en torno al llamado “síndrome de La Habana” siguen aportar información concluyente sobre la causa que provocó daños a la salud del personal estadounidense en la capital cubana.

“Estoy siguiendo estos incidentes. Los hemos seguido de cerca. Hemos trabajado mucho para intentar identificar cómo sucedió todo esto. Y continuamos tratando de determinar con precisión la causa de esto mientras hacemos nuestro mejor esfuerzo para asegurarnos de que nos ocupamos de la salud y la seguridad de estas personas…”, señaló el canciller estadounidense en rueda de prensa.

Pompeo admitió que, aunque existen múltiples teorías, “todavía no hay ningún análisis completo del gobierno de los EE. UU. que definitivamente diga con precisión” como ocurrieron los ataques contra los funcionarios.

“Hay importantes recursos del gobierno de los Estados Unidos ahora, más de tres años después, dedicados a llegar al fondo de esto y luego responsabilizar a los responsables si determinamos que eso es necesario”, sostuvo Pompeo.

El alto funcionario indicó además que el compromiso gobierno de EE.UU. con la salud de diplomáticos y empleados de agencias federales alrededor del mundo es total, y que no escatimará en esfuerzos para protegerlos.

“He estado trabajando en este problema planteado, personalmente, durante mucho tiempo. Nosotros, todos los días, todos los días, trabajamos para asegurarnos de que nuestros diplomáticos, dondequiera que estén destinados, estén seguros, sanos y protegidos. Y cuando les sucede algo, nos ocupamos de sus necesidades médicas y trabajamos para eliminar el riesgo e imponer costos a quienes bien pudieron haber tomado medidas para crearlo”.

Los diplomáticos estadounidenses que sufrieron problemas de salud en Cuba experimentaron pérdida de audición, zumbidos en los oídos, vértigo, migrañas y fatiga, entre otros síntomas que mostraban un patrón coincidente con una lesión cerebral traumática leve.

Algunas hipótesis sobre el tema desarrolladas por investigadores coincidieron en que las afectaciones a la salud de los diplomáticos fueron causadas ​​por dispositivos acústicos avanzados, que en algunos casos podían ser confundidos con el zumbido de un grillo.

El caso obligó a la administración de Donald Trump a retirar de la Isla a más de la mitad de su personal diplomático en Cuba, suspendiendo además sus actividades consulares en La Habana.

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Salen a la luz documentos sobre el Reino Unido y los “ataques sónicos” en Cuba

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Embajada de Estados Unidos en La Habana (Foto EFE)

LONDRES. – Varios correos electrónicos y cables diplomáticos sensibles revelan por primera vez las dificultades del Gobierno británico para comprender los supuestos “ataques sónicos” contra diplomáticos estadounidenses que enfermaron en circunstancias misteriosas en Cuba, informa este jueves “The Guardian”.

Entre 2016 y 2018, docenas de funcionarios estadounidenses y canadienses resultaron afectados de una enfermedad indeterminada que les provocaba síntomas como vértigos, problemas de concentración, dolores o mareos en La Habana y que, según un estudio reciente de científicos canadienses, pudo estar relacionada con insecticidas rociados para combatir el virus del Zika.

El Gobierno de EE.UU. expresó entonces su preocupación por el hecho de que sus funcionarios hubieran sufrido “ataques sónicos” causados por dispositivos sónicos, si bien nunca se hallaron evidencias.

El periódico británico “The Guardian” revela hoy, tras acceder a correspondencia entre funcionarios de este país en Londres y su personal en Cuba, cómo el gobierno estadounidense ordenó a todos sus empleados considerados “no esenciales” de su embajada en La Habana que regresaran a sus país.

Esos acontecimientos provocaron el deterioro en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba menos de dos años después de que el expresidente norteamericano Barack Obama buscara restablecer los lazos diplomáticos entre ambos países.

Los documentos divulgados por el diario británico arrojan luz sobre cómo la embajada británica en La Habana y empleados del ministerio de Exteriores en Londres trataron desesperadamente de encontrar sentido a lo que estaba ocurriendo.

Esos ficheros hasta ahora confidenciales desvelan cómo indagaron en informes de prensa y otras comunicaciones en su intento por entender una situación que fue descrita en agosto de 2017 como “una extraña confrontación al estilo de la guerra fría”.

De esos documentos se desprende que la prensa creyó al Gobierno cubano, que negó tener ninguna implicación en los supuestos ataques sónicos, y que luego se preguntaba: “si no fueron los cubanos, ¿quién?”.

Otro telegrama diplomático enviado desde La Habana a Londres describía la expulsión de casi todos los funcionarios cubanos de EE.UU. y la salida de unos dos tercios de diplomáticos estadounidenses de Cuba.

“Tanto la embajada de EE.UU. como la cubana estarán ahora castradas, apenas dos años después de reabrirse”, según ese fichero, en el que también se describía al ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, de “combativo en el tono”, en alusión a su comparecencia en una rueda de prensa celebrada al poco de anunciarse la expulsión de los funcionarios cubanos de EE.UU.

Otro intercambio de correspondencia entre funcionares británicos en Londres y Cuba desvela que el Ejecutivo británico no obtuvo nuevas pistas sobre lo ocurrido, pues se especuló con otros posibles motivos para los síntomas de los diplomáticos, como condiciones estresantes de trabajo.

Más de dos años después de que se detectara la rara enfermedad, los médicos aún no tienen del todo claro qué es lo que la provocó.

El estudio más reciente sobre los “ataques sónicos”, realizado por expertos canadienses, apunta más bien a un exceso de fumigación con pesticidas para mantener bajo control a los mosquitos causantes del virus del Zika.

(EFE)

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Diplomáticos en La Habana sufrieron “trauma emocional”, según investigación

Embajada de Estados Unidos en La Habana
Embajada de Estados Unidos en La Habana (Foto EFE)

MIAMI, Estados Unidos. – Nuevas investigaciones llevadas a cabo por científicos del Reino Unido descartan la participación del régimen cubano en los ataques sufridos por diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana, señaló el diario británico Independent.

Un informe publicado en el Journal of the Royal Society of Medicine, escrito por un destacado sociólogo y experto en enfermedades neurodegenerativas, sugiere que los síntomas similares a una conmoción cerebral, que se conocieron como “Síndrome de La Habana”, fueron causados por “trauma emocional y miedo”.

El autor principal del trabajo de investigación, el Dr. Robert Bartholomew, escribe que el “Síndrome de La Habana” es más parecido al shock de conchas, con los síntomas paralelos a los asociados con el trauma de guerra.

“Un rasgo característico de los síndromes de combate durante el siglo pasado es la aparición de una serie de quejas neurológicas de un sistema nervioso sobreestimulado que comúnmente se diagnostican erróneamente como conmociones cerebrales y daño cerebral”, dijo.

“Una característica distintiva del shock de la concha fueron los síntomas de conmoción cerebral. Como hoy, su aparición inicialmente desconcertó a los médicos hasta que una revisión más cuidadosa de los datos determinó que lo que estaban viendo era una epidemia de enfermedad psicógena. De hecho, algunas de las descripciones de hace 100 años son prácticamente idénticas, hasta el uso de la frase “síntomas similares a una conmoción cerebral”, agrega el informe.

Los autores de la investigación describen a los diplomáticos que se enfermaron como participantes en “una continuación de la Guerra Fría, viviendo en un país extranjero hostil donde estaban bajo vigilancia constante”.

Los llamados ataques fueron reportados por primera vez por el personal a fines de 2016 y afectaron a decenas de diplomáticos de las misiones de Estados Unidos y Canadá. Entonces, la especulación se centró en el uso de un arma sónica desconocida.

A raíz de los hechos, el Departamento de Estado de EE.UU. indicó que los problemas de salud fueron el resultado de un ataque o la exposición a un dispositivo aún desconocido.

Como resultados la administración Trump retiró a todo el personal no esencial de la embajada de EE.UU. en La Habana y sugirió a los ciudadanos de ese país no viajar a Cuba.

“Es un ataque muy inusual, como saben. Pero sí creo que Cuba es responsable”, declaró Donald Trump en octubre de 2017.

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Fumigación contra mosquitos pudo causar enfermedad de diplomáticos en Cuba

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Embajada de EEUU en La Habana (Foto Reuters)

LA HABANA, Cuba. – La fumigación contra mosquitos, y no “ataques sónicos”, puede haber causado la enfermedad de unos 40 diplomáticos de Estados Unidos y Canadá y sus familiares en La Habana, según un nuevo estudio encargado por Ottawa.

Los incidentes de salud, que tuvieron lugar desde fines de 2016 hasta 2018, provocaron que el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, considerara que los diplomáticos pudieron ser atacados por algún tipo de arma secreta. Canadá, por su parte, se ha abstenido de opinar.

En 2017, Estados Unidos recortó al mínimo su personal en la embajada en Cuba, mientras Canadá siguió sus pasos más recientemente, al citar los incidentes y el peligro que representa para su personal por el denominado “Síndrome de La Habana”.

Varios estudios científicos aún no han identificado la causa de los incidentes, que van desde mareos y dolores de cabeza hasta pérdida de memoria y dificultad para concentrarse.

El estudio fue realizado por un equipo de investigadores afiliados al Brain Repair Center de la Universidad Dalhousie y la Nova Scotia Health Authority, que estudiaron a las víctimas canadienses. Además estudiaron el cerebro de un perro tras su fallecimiento en Canadá.

Los investigadores dijeron que habían detectado diferentes niveles de daño cerebral en un área que causa síntomas como los reportados por diplomáticos y que es susceptible a las neurotoxinas. Luego concluyeron que la colinesterasa, una enzima clave para el funcionamiento del sistema nervioso, estaba siendo bloqueada.

Entre 2016 y 2018, cuando los diplomáticos se enfermaron, la fumigación normal en Cuba se intensificó debido a la epidemia de Zika en el Caribe.

“Reportamos la evidencia clínica, de imagen y bioquímica consistente con la hipótesis de la sobreexposición a los inhibidores de la colinesterasa como causa de la lesión cerebral”, dijo el profesor Alon Friedman en un correo electrónico a Reuters, en el que agregó que su equipo planea un estudio adicional sobre el asunto junto a científicos cubanos.

(Reuters)

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Régimen cubano refuta estudio que alega daños cerebrales en diplomáticos de EEUU

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Carlos Fernández de Cossío (izq.), director general para EEUU del ministerio de Relaciones Exteriores, y el doctor Mitchel Valdés-Sosa, director general del Centro de Neurociencia de Cuba, participan en una conferencia de prensa sobre los supuestos ataques acústicos a diplomáticos estadounidenses y de Canadá (EFE)

MIAMI, Estados Unidos. – Científicos del régimen cubano calificaron este martes como poco riguroso y no concluyente el estudio publicado horas antes por la Universidad de Pensilvania (Penn), que aprecia una supuesta pérdida de materia blanca cerebral en diplomáticos de EE.UU. afectados por misteriosos problemas de salud en La Habana.

“Los propios autores del trabajo reconocen que el estudio no es concluyente y no tienen explicación para sus hallazgos”, explicó en rueda de prensa el director del Centro de Neurociencias de Cuba, Mitchell Valdés.

El doctor, que pertenece a un grupo de científicos que, se dice, estudia estos incidentes desde que se reportaran por primera vez en febrero de 2017, reconoció que no es usual comentar tan rápido una publicación científica, pero lo han hecho “debido a su repercusión mediática” y para “prevenir interpretaciones erróneas”.

Hasta 26 funcionarios y diplomáticos de EE.UU. y 14 de Canadá destinados en La Habana han presentado desde principios de 2017 síntomas como lesiones cerebrales, mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración por motivos que aún se desconocen.

Ambas embajadas redujeron al mínimo su personal por este motivo y, en el caso de EE.UU., algunas de sus autoridades calificaron los incidentes como “ataques” acústicos o sónicos, lo que ha causado fuertes tensiones diplomáticas bilaterales.

El estudio de la Universidad de Pensilvania publicado hoy concluye que los cerebros de los afectados presentan menos materia blanca y menos conectividad en las áreas de la visión y la audición en comparación a los de personas sanas, si bien desconocen si esto está relacionado con los citados síntomas o con su estancia en Cuba.

Los científicos cubanos también argumentaron en su réplica que los cambios descritos por el estudio de la Penn son pequeños, difusos y no se corresponden a un cuadro coherente, opinión que coincide con las primeras impresiones de otros expertos en neuroimágenes de varios países.

Los cubanos también alegan que las variaciones en la materia blanca en las muestras puedan presentar errores de medición o que haya influido el estado psicológico de los pacientes, por lo que concluye que no es posible llegar a conclusiones claras y finales a partir del citado estudio.

Por su parte, la subdirectora para Estados Unidos del Ministerio de Exteriores cubano, Johana Tablada, aprovechó para criticar las decisiones tomadas por EE.UU. en los últimos dos años a causa de los incidentes de salud, como cerrar los servicios consulares, expulsar a diplomáticos cubanos o emitir alertas de viaje a Cuba por supuesta peligrosidad.

“De lo que sí hay evidencia es que Cuba es un país seguro para diplomáticos estadounidenses y de cualquier país”, afirmó Tablada.

(Con información de EFE)

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Régimen cubano protesta por decisión de Canadá de reducir personal diplomático

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Josefina Vidal (AP)

LA HABANA, Cuba. – La embajadora cubana en Canadá, Josefina Vidal, protestó este miércoles la decisión del Gobierno canadiense de reducir su personal diplomático en La Habana tras el anuncio que otro canadiense está afectado por unas misteriosas lesiones cerebrales.

En un comunicado, Vidal declaró que aunque el régimen entiende la necesidad de Ottawa de proteger a su personal diplomático, “considera que la decisión de Canadá hecha pública hoy es incomprensible”.

Las autoridades canadienses anunciaron este miércoles que tras el descubrimiento de un nuevo caso de lesiones cerebrales entre su personal diplomático en La Habana, recortará el número de empleados de 16 a 8.

Vidal dijo que el recorte del personal diplomático canadiense “no ayudará a encontrar respuestas a los síntomas de los diplomáticos canadienses y tendrá un impacto en las relaciones”.

“Este comportamiento favorece a los que en Estados Unidos utilizan este asunto para atacar y denigrar a Cuba”, añadió la diplomática cubana.

La embajadora cubana también señaló que el régimen está colaborando totalmente con el Gobierno canadiense y “ha proporcionado toda las pruebas disponibles” a la vez que ha puesto a su disposición los “mejores expertos cubanos en los campos más diversos”.

Pero Vidal también señaló que “pese a la decisión del Gobierno canadiense, Cuba sigue comprometida a mantener el buen estado de las relaciones bilaterales y fortalecer los vínculos con un país con el que mantenemos fuertes lazos de amistad y cooperación”.

Hoy, los altos funcionarios canadienses que informaron de la reducción del personal diplomático en La Habana dijeron que Ottawa está “muy satisfecha” con el nivel de cooperación de las autoridades cubanas en la investigación de las lesiones.

A preguntas de Efe, los funcionarios canadienses indicaron que “los funcionarios cubanos están tan frustrados como nosotros de no poder determinar la causa” y que la cooperación cubana había sido absoluta.

Canadá ha señalado que un total de 14 canadienses, entre diplomáticos y familiares que se encontraban en La Habana, sufren síntomas consistentes con lesiones cerebrales y cuyo origen es desconocido.

Varios decenas de diplomáticos y familiares estadounidenses en La Habana también sufren lesiones similares.

Ni Canadá ni Cuba ni Estados Unidos han podido determinar hasta ahora la causa de las lesiones.

El año pasado, Estados Unidos ya decidió reducir su personal diplomático en La Habana tras detectar lo que en un principio calificó de ataque con armas sónicas aunque los investigadores de los tres países no han explicado las causas de las lesiones.

(EFE)




Canadá reduce personal en Cuba tras nuevo incidente de lesiones cerebrales

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Embajada canadiense en La Habana (univision.com)

TORONTO, Canadá. -El Gobierno canadiense decidió este miércoles reducir su presencia diplomática en Cuba tras confirmar que un nuevo empleado de su embajada en La Habana sufre lesiones cerebrales como las que afectan a decenas de diplomáticos estadounidenses y canadienses.

Altos funcionarios canadienses informaron que el personal de la embajada de Canadá en La Habana quedará reducido de dieciséis a ocho y que tras este nuevo incidente un total de catorce canadienses se han visto afectados por la misteriosa dolencia.

El nuevo caso se detectó inicialmente el 29 diciembre pasado pero los resultados de laboratorio que han confirmado que el individuo sufre la misma dolencia no han estado disponibles hasta ahora.
La persona había sido destinada a la misión diplomática canadiense en La Habana en el verano de 2018.

Durante una conferencia telefónica, altos funcionarios canadienses señalaron a Efe que las autoridades cubanas están “tan frustradas” con la situación como lo están las canadienses.

“Los funcionarios cubanos están tan frustrados como nosotros de no poder determinar la causa”, señaló a Efe un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá.

El mismo funcionario añadió que Canadá está “muy satisfecha” con el nivel de cooperación que las autoridades cubanas está proporcionando a la Policía Montada en su investigación.

“Tenemos una relación muy positiva con Cuba”, afirmó.

Otro alto funcionario canadiense también indicó a Efe que la Policía Montada y la Policía Nacional de Cuba están realizando “una investigación conjunta” de la situación “bajo los protocolos de cooperación policial internacional habituales”.

“También hemos estado en constante contacto con el Gobierno cubano en término de discusiones sobre la situación de nuestro personal allí y posibles respuestas”, añadió.

La misteriosa dolencia está identificada con síntomas de lesiones cerebrales, como mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración.

Estos síntomas han sido detectados desde 2017 en decenas de diplomáticos y familiares de Estados Unidos y Canadá destinados en La Habana.

En abril de 2018, tras meses de investigaciones que no han arrojado ningún resultado para determinar la causa de las lesiones, Canadá anunció la retirada de todos los familiares de diplomáticos canadienses destinados en Cuba.

Canadá dijo que la causa de las lesiones “sigue siendo desconocida pero podría ser de origen humano” y que los resultados de las investigaciones realizadas por especialistas médicos tanto canadienses como estadounidenses indican que las personas afectadas sufren “un nuevo tipo de una posible lesión cerebral adquirida”.

Las autoridades estadounidenses, que fueron las que descubrieron las misteriosas dolencias, inicialmente señalaron que los diplomáticos parecían haber sufrido algún tipo de ataque sónico y responsabilizó a las autoridades cubanas del bienestar de sus ciudadanos.

EE.UU. también decidió reducir el personal de su embajada en la capital cubana.

Cuba, por su parte, ha negado cualquier conexión con las lesiones sufridas por los estadounidenses y canadienses.

(EFE)




Ataques en La Habana: entre el suspense y la ciencia ficción

Embajada de EEUU en La Habana (foto de Internet)

LA HABANA, Cuba.- Como dicta el sentido común, no hay efecto sin causa, sin embargo, el origen de la múltiple afectación neurológica sufrida hace dos años por diplomáticos canadienses y norteamericanos, en La Habana, aún sigue envuelto en un manto de sombras

Y es que el cruce de teorías sobre el incidente, elaboradas por prestigiosos centros de investigación de los respectivos países, no acaba de cuajar. Son no más que hipótesis que, lejos de aclarar el problema, contribuyen a ampliar el margen de las suposiciones y las interrogantes.

Nadie se atribuye la autoría de lo que presupone un ataque, para algunos sónico, para otros con microondas. Lo cierto es que no existe información plausible sobre las características del arma con la cual se perpetró la agresión.

En fin, que salvo los detalles de las enfermedades que afectan a los funcionarios, la situación apunta a un refuerzo del enigma a lo Alfred Hitchcock combinado esta vez con los misterios extra planetarios recreados por George Lucas en Star Wars.

No se trata de ironizar gratuitamente sobre un asunto tan complejo y donde se documentan secuelas para un grupo de personas que cumplían con sus funciones en Cuba, sino que resulta inconcebible que se haya tardado tanto tiempo en descubrir a los culpables o el tipo de artefacto empleado, a pesar del significativo gasto de recursos financieros y tecnológicos.

Si realmente la implicación del gobierno cubano está descartada, según confirman una y otra vez sus voceros, entonces, ¿qué pasó?, ¿hay otro país que uso el territorio nacional como plataforma para revivir los aires de la guerra fría?, ¿fue una conspiración ejecutada con la idea de debilitar las fuerzas que apuestan por el acercamiento de ambas naciones, fundamentalmente desde Estados Unidos?

Conjeturas aparte, la realidad es que no se vislumbran soluciones a corto plazo.

Un colega, hace unos días, me comunicaba su percepción de que el esclarecimiento del suceso llegaría en un futuro lejano cuando se desclasificaran los archivos.

Para justificar su tesis, alegaba que la sofisticación del ataque, a todas luces con un artilugio no convencional, impedía una evaluación, con pelos y señales, de lo que asombrosamente no derivó en el cierre de embajadas y en el caso estadounidense de un reforzamiento del embargo, más allá de la habitual retórica.

En vistas de la prolongación del impase y atentos a nuevas rondas de opiniones vacilantes de políticos, médicos e investigadores, es obvio pensar que las fuerzas que apuestan por mantener en alto el nivel de conflictividad tanto en Washington como en La Habana, han sacado un tramo de ventaja.

Con tal escollo y con un presidente republicano que ha subido el límite de la beligerancia, aunque nunca como lo prometió en campaña o lo expresa periódicamente en las tribunas, las relaciones bilaterales continuarán bajo mínimos por un buen tiempo.

No faltarán los reclamos y los deseos de radicalización a causa de la afrenta, pero ni pensar en, por ejemplo, la implementación del controversial capítulo 3 de la Helms-Burton o en la improbabilísima orden de poner frente a las costas de la Isla los buques de la séptima flota.

Los tejemanejes de la política suelen ser tan misteriosos como los hechos ocurridos en la zona residencial donde se encuentran las casas donde vivían los diplomáticos afectados.

Basta echar una ojeada por la historia para comprender que los intereses pesan más que los desenlaces como los acontecidos en la capital cubana en los que, por fortuna, no hubo muertes.

Como se ha visto, el gobierno canadiense ha tomado las cosas con aplomo y sin asomos de atizar una escalada.

Trump, por su parte, ha mantenido cierto nivel de ecuanimidad en comparación con sus acostumbradas posturas incendiarias.

¿Estará operativa alguna variante de la diplomacia encubierta para atenuar los pormenores de una crisis que apunta a no ser la última en el largo y extenuante diferendo?

No es descartable la autenticidad de ese escenario. A fin de cuentas, en mayor o menor medida, todas las administraciones estadounidenses, desde Eisenhower hasta Obama, han utilizado estos mecanismos para tratar temas álgidos surgidos al calor de la confrontación.

Es oportuno recordar que el magnate neoyorquino es solo una pieza dentro de un gran engranaje, y sin temor a equivocaciones, no es la más importante.

La última palabra la tiene el establishment.