Nicolás Maduro asumió este viernes la presidencia de Venezuela en sustitución del fallecido líder Hugo Chávez, en medio de una grave crisis política por el cuestionamiento de los resultados electorales.
Junto a él estaban los gobernantes Raúl Castro (Cuba), Dilma Rousseff (Brasil) y Cristina Kirchner (Argentina), así como el gobernante iraní, Mahmud Ahmadinejad.
Según las cifras del Consejo Nacional Electoral (CNE), Maduro ganó las elecciones del domingo por unos ajustados 265.000 votos de diferencia frente al candidato opositor Henrique Capriles, quien apeló el resultado desatando una crisis política en el país con las mayores reservas de petróleo del
mundo.
El tira y afloja entre el oficialismo y la oposición tras el reñido resultado generó enfrentamientos que dejaron ocho muertos, según los reportes oficiales, y la acusación de Maduro a sus rivales de intentar un golpe de Estado.
Cerca de la medianoche del jueves, el CNE reveló que ampliará la auditoría al 100 por ciento de los votos electrónicos, desde el 54 por ciento habitual, tras la impugnación de la oposición por el resultado a favor de Maduro, que fue proclamado ganador el lunes.
El presidente electo, de 50 años, llegó en la madrugada a Caracas desde Lima, donde poco antes recibió un espaldarazo en la cumbre de presidentes de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), convocada de urgencia para analizar la situación de Venezuela.
La Unasur saludó la elección de Maduro e instó a los participantes en los comicios “a respetar los resultados oficiales” y canalizar todo reclamo o cuestionamiento “dentro del ordenamiento jurídico vigente y la voluntad democrática de las partes”, según una declaración consensuada por los mandatarios.
Pese a los cuestionamientos de la oposición, toda Latinoamérica, excepto Paraguay, avaló la victoria de Maduro, en tanto que, sin reconocer el resultado de la elección, Estados Unidos apoya un recuento de votos, aunque el jueves abogó por que no se “cierren las puertas” entre ambos países, con una deteriorada relación diplomática.
En el momento del anuncio del CNE, Maduro se encontraba en Perú, donde consiguió el reconocimiento de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
En Lima, Maduro siguió lanzando amenazas y acusando a la oposición de intentar darle un golpe de Estado.
“En Venezuela no tenemos una oposición (…) lo que existe es una conspiración permanente, aupada desde los Estados Unidos”, dijo.
Antes de partir, había advertido que será un presidente de “mano dura”.
“Yo no voy a ser un presidente débil”, aseguró. “Yo voy a ser un presidente de mano dura con el golpismo, con lo mal hecho, con la ineficiencia, con la corrupción, con los golpistas”.
- Noticias Martí