LA HABANA, Cuba, 30 de agosto de 2013, www.cubanet.org -La Resolución No. 32, del 7 de octubre de 2010, emitida por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, flexibilizó la actividad privada con la aprobación de 181 actividades.
De acuerdo con la información brindada, el pasado 17 de agosto, por el diario Juventud Rebelde, al cierre de julio tenían licencias otorgadas por la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) 436 342 personas.
En un año y medio hubo un incremento de 110 395 cubanos que establecieron sus pequeñas microempresas privadas o se contrataron como trabajadores de estos pequeños negocios. El gobierno ha orientado a los dirigentes, a la prensa oficial y a las organizaciones satélites, como los sindicatos, llamar cuentapropismo a lo que realmente es la actividad privada, en la que hay dueños y empleados.
Al cierre de julio, los negocios privados con mayor expansión fueron las cafeterías y restaurantes, los autos y camiones destinados al traslado de personas y mercancías, y el arrendamiento de habitaciones y casas. Estos negocios significan 29% del total.
Asalariados de dueños privados
Cuba ya tiene un incipiente sector de microempresas privadas. Del total de licencias otorgadas por ONAT, 18% correspondió a trabajadores contratados. De ellos, 68% no tenía anteriormente vínculo laboral con el Estado. Ahora laboran como asalariados de dueños de negocios particulares.
El mayor número de personas con licencia para trabajar por cuenta propia se concentra en las provincias de La Habana, Matanzas, Villa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba, que acaparan el 65% del total de licencias otorgadas en el país.
En el caso de la capital, a fines de julio ejercían la actividad privada 110 000 personas. Los municipios que registran la mayor cantidad de licencias son Centro Habana, con 10 479; Playa, con 9 915; Plaza, que registra 9 724, y Rancho Boyeros, que reporta 9 514.
Materiales en el mercado negro
El gobierno no ha garantizado la apertura de mercados mayoristas para que los propietarios de los pequeños negocios y microempresas puedan adquirir los insumos y hacer menos onerosa su actividad. Para poder mantener sus negocios abiertos y cumplir con las excesivas obligaciones tributarias, los cuentapropistas no tienen otra salida que adquirir esos recursos en el mercado negro. Eso hace que los precios de venta de sus productos y servicios no estén al alcance de la mayoría de los cubanos, cuyo salario no sobrepasa los 20 dólares mensuales.
Un elemento que ha contribuido a la capitalización, expansión y sostenimiento de la actividad privada en Cuba, ha sido el envío de remesas de familiares desde el exterior. En gran parte de los casos, les ha posibilitado costear la adaptación de los locales que han destinado a sus negocios, la compra de los insumos por la izquierda, o en las Tiendas de Recaudación de Divisas (TRD), a precios con una tasa de supera el 250% de su valor real.
Si bien el gobierno no lo ha informado, al cierre del pasado año las remesas enviadas por los cubanos radicados en el extranjero, principalmente los que viven en los Estados Unidos, tuvieron un monto de 2 605 millones de dólares.
Si a esa cantidad se le suman los ingresos por concepto de envíos de alimento, medicinas, electrodomésticos, confecciones textiles, calzado y bisuterías de todo tipo, la cifra debe haberse elevado a 5 105 millones de dólares.
Las remesas por encima del turismo
El pasado año, la entrada de remesas a Cuba superó ampliamente lo recaudado por el turismo (2 613, 30 millones de dólares), el níquel (1413 millones) y las ventas de medicamentos (500 millones). Realmente, de conocerse los costos de cada rubro, quedaría al descubierto una diferencia notablemente mayor
Los gobernantes cubanos, aunque lo callen, saben que la flexibilización de la actividad privada ha incentivado de manera exponencial el envío de remesas. Ese dinero contribuye al financiamiento y la consolidación de la microempresa privada en Cuba, que aun con sus limitaciones, y a pesar de todas las trabas que le impone el Estado, constituye hoy el único acierto medianamente útil de las reformas.