MIAMI, Florida. — Los talibanes de la web oficialista cubana Reflejos, profundamente ofendidos por la presencia de un sitio independiente en su plataforma, deben estar de plácemes: finalmente, tras una semana de soportar tan peligrosa vecindad, las autoridades dieron su bendición a la censura, en virtud de la cual 14ymedio ha sido “suspendido o archivado” –porque en esta era de las tecnologías y las comunicaciones también los eufemismos se actualizan– y ya no se le podrá ver en la que se autodefine como una plataforma “inclusiva”.
Así, mientras el periódico digital 14ymedio, hecho desde Cuba y en el que participan o colaboran varios periodistas independientes de la Isla, ha demostrado su capacidad para aprovechar cualquier posible apertura que favorezca el acceso a sus páginas por parte de los cubanos desde dentro de Cuba; las autoridades han demostrado su incapacidad para superar la prueba de la libertad de prensa y de la opinión diferente, en particular cuando quienes la ejercen cuentan con la autoridad moral de vivir cada día en carne propia las realidades que narran, reportan o comentan.
Hay que reconocer, no obstante, que los muchachos de “Reflejos” demostraron, además de su “intransigencia revolucionaria” y su capacidad combativa –habida cuenta que ellos son soldados y se la pasan librando simbólicas batallas–, una disciplina ejemplar para seguir obedientemente la cadena de mando, lo que pone de relieve, también su peculiar concepto de autonomía y poder de decisión para administrar su propia web. Y todavía se dicen “libres”.
¿Mercenarios al servicio de la dictadura?
No necesariamente. O no todos ellos, que nunca faltan tontos útiles. Es sabido que la piñata de las prebendas oficiales tiene sus gradaciones, es limitada y sumamente veleidosa: ahora te dan bola, mañana no; como corresponde a un sistema que ha basado su existencia (que no éxito, como sostienen algunos) en la estandarización de la mediocridad. Por esa causa en Cuba la fidelidad suele sustituir al talento, y pensar no solo constituye una carga pesada, sino un pasatiempo peligroso.
Así, pues, no seamos demasiado duros con los talibancitos. Quizás los animadores de “Reflejos” sean solo los miembros de una secta en declive, adoradores de un régimen que en breve les va a dejar con dos palmos de narices.
Por el momento, podemos imaginar las reuniones que hubieron de suscitarse a todos los niveles y con “todos los factores” para analizar que medida se iba a tomar contra los intrusos contrarrevolucionarios hasta tanto los ungidos “de arriba” dieron la orden de censura… O sea, de “suspensión”. Lo cierto es que quienes controlan el dominio ni siquiera podrían tomar la decisión por ellos mismos, de ahí que 14ymedio sobreviviera por toda una semana en el portal oficialista. Es axiomático que la ausencia de libertades resulta tan arraigada en la Isla que cuanto mas fiel se es al poder, tanto más ese poder esclaviza.
Pero la censura no solo se aplica contra 14ymedio, sino también contra la libertad de acceso a los propios privilegiados miembros de la secta que tienen la posibilidad de abrir un blog y cierto nivel de acceso a algunas webs toleradas por el gobierno. Quién sabe si a estas alturas algunos de los esclavos novicios más inquietos, o los lectores menos biliosos se estarán preguntando si no sería mas efectivo destruir la contrarrevolución interna dejando que los cubanos puedan acceder a nuestras páginas, para que descubran por sí mismos las patrañas con las que los viles “mercenarios” al servicio de una potencia extranjera –que inexplicablemente continúan ejerciendo el periodismo–, pretenden engatusarlos, probablemente con la aviesa intención de entregar el país al imperialismo; es decir, ni más ni menos que para hacer el trabajo en el que está inmerso con todas sus fuerzas el gobierno del General-Presidente.