HARRISONBURG, Estados Unidos. — El pasado 30 de marzo el portal digital Cubadebate publicó una información firmada por Claudia Fonseca e Ismael Francisco con el título ¡Cuba ganó!: Prevaleció el voto por todos los candidatos, que dio a conocer el resultado final de las votaciones del pasado domingo 26 de marzo para conformar la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP).
La información está acompañada de un video que muestra la conferencia de prensa que ofreció Alina Balseiro Gutiérrez, presidenta del Colegio Electoral Nacional (CEN), en el Centro de Prensa Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
Luego de ofrecer los resultados finales del proceso, la señora Balseiro tuvo el atrevimiento de afirmar sin ningún pudor que los miembros de la nueva ANPP representan a todos los sectores de la sociedad cubana. Para tratar de sostener ese desatino, la señora Balseiro ofreció cifras porcentuales que reflejan la procedencia del 72.14% de los 470 legisladores.
Según esos datos, el 25,11% procede del Poder Popular y del Gobierno, el 10,85% del sistema nacional de educación, el 10,65 % del sector agrícola y el 8,94 de la industria médico-farmacéutica. El 6,17% de los legisladores son dirigentes políticos, el 4,25% procede de los organismos represivos y la Asociación de Combatientes de la Revolución, el 2,98 pertenece a las organizaciones sociales y de masas, el 1,91 al sector jurídico y el 1,28 al sector estudiantil. Este es el grueso de la composición de la nueva ANPP.
Como se aprecia en esas cifras, la suma de los dirigentes del Poder Popular, el Gobierno y la de los dirigentes políticos alcanza el 31,28% de los legisladores, para un aproximado de 147 diputados. Es decir, en la nueva ANPP habrá 147 legisladores que, además de formar parte del poder ejecutivo —no olvidemos que el Partido Comunista (PCC) es el núcleo de ese poder—, también ocuparán un escaño en la institución, algo que constituye una evidente distorsión a la democracia, según esta es entendida en gran parte del mundo.
Se pretende crear la imagen de que al estar presentes en la ANPP varios diputados que proceden del sector agrícola, estos van a representar los intereses de los productores, y que lo mismo va a ocurrir con los diputados procedentes del sector estudiantil. El papel de esta nueva legislatura, como lo ha sido el de todas las anteriores, es tratar de ofrecer la imagen de que el pueblo cubano participa en el ejercicio del poder e influye en la toma de decisiones, cuando se trata, en realidad, de un mero ejercicio formal, porque previamente a la realización de cada período de sesiones de esa asamblea se efectúa un pleno del Comité Central del Partido Comunista donde se analiza la situación del país y se deciden las medidas que van a adoptarse. Es allí donde se le da el visto bueno a las leyes que ha de aprobar el que formalmente es el máximo órgano de poder del Estado cubano.
Todo el que forme parte de esa ANPP está ahí porque ha dado muestras más que fehacientes de su servilismo hacia la dictadura, precisamente por eso fueron escogidos por las comisiones de candidatura que trabajan bajo las orientaciones directas del Partido Comunista.
Sin embargo, no es esta palmaria distorsión de lo que debe ser una asamblea verdaderamente democrática la que más desmiente las declaraciones de la señora Balseiro.
En su acción tendente a tratar de controlarlo todo, incluso el pensamiento de la opinión pública, la dictadura cubana utiliza un lenguaje mendaz donde lo aparente trata de ser presentado como real. A ese objetivo obedece la increíble afirmación de la señora Balseiro acerca de que en esta nueva legislatura están representados todos los sectores de la sociedad cubana.
Debería ser así si nos atenemos a que el artículo 1 de la Constitución castrista afirma que “Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad, la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva”.
Teniendo en cuenta tal afirmación, habría que preguntarle a la señora Balseiro por qué en esa ANPP no hay un solo cubano miembro de la oposición.
Según los datos ofrecidos por ella misma ese día, no acudieron a votar 1 957 196 ciudadanos. De los que acudieron a votar, el 9,72% anuló las boletas o las depositó en blanco. Es decir, un total de 2 666 421 ciudadanos expresaron su desconfianza hacia esos nuevos legisladores y, consecuentemente, su rechazo a la dictadura. ¿Quién representa ese rechazo y ese descontento en la nueva ANPP? ¿Quién representa a los más de doscientos cincuenta mil cubanos que el año pasado salieron huyendo del país que los vio nacer? ¿Quién representa en el máximo órgano de poder cubano los intereses de los más de dos millones de compatriotas que residen en el extranjero?
Es una lástima que ninguno de los periodistas que asistieron a esa conferencia de prensa hiciera tal pregunta a la señora Balseiro.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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