LA HABANA, Cuba.- Uno de los elementos a considerar en el hecho de que la agricultura no acabe de dar el despegue que añoran las reformas raulistas lo constituye, sin dudas, lo mal que anda el movimiento cooperativo. Y quizás no haya dato más fidedigno para confirmar semejante planteamiento que la disminución de esas entidades durante el quinquenio 2012-2016.
Comencemos por las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC). De acuerdo con el resumen “Organización Institucional. Principales Entidades”, emitido recientemente por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la cantidad de UBPC ha caído en picada de un año a otro. Al cierre de 2106 había 415 UBPC menos que en el 2012.
Al parecer, las 17 medidas que el Gobierno implementó en 2012 para revitalizar estas entidades no han surtido el efecto deseado, lo que ha provocado la disolución de muchas de ellas a causa de su ineficiencia. Durante el último balance anual del Ministerio de la Agricultura se informó que solo en el 2016 fueron disueltas 82 UBPC.
Pero si las tribulaciones de las UBPC serían algo así como la crónica de un fracaso anunciado, tal vez algo inesperado para algunos analistas serían ciertos datos acerca de las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y las Cooperativas de Crédito y Servicio (CCS).
Según el referido informe de la ONEI, al cierre de 2016 había 115 CPA menos que en el 2012. En lo concerniente a las CCS, el año 2016 cerró con 149 entidades menos que lo reportado al inicio del quinquenio.
Otras cifras reveladoras de la decadencia de las CPA y CCS están contenidas en el resumen “Ventas de Productos Agropecuarios. Indicadores Seleccionados”, también emitido por la ONEI, y que muestra las ventas en los mercados agropecuarios arrendados durante el período enero-diciembre de 2016. Este tipo de mercados han sido arrendados por el Gobierno para que las CPA y CCS oferten directamente sus productos a la población.
De los siete grupos de productos seleccionados, en seis de ellos (viandas y hortalizas, arroz, maíz, cítricos, frutas no cítricas y cerdo en piezas) las ventas cayeron en el 2016 con respecto al 2015. Solo fueron superiores en el acápite de los granos.
No podemos dejar de mencionar los resultados adversos obtenidos por las UBPC, CPA Y CCS en lo referido a la cría de ganado vacuno. El periódico Granma, en su edición del 24 de marzo, ha debido admitir las calamidades afrontadas por esas entidades.
Por ejemplo, y solo en la provincia de Pinar del Río —tendencia que podría extenderse al resto del país—, el año 2016 cerró con mil 360 cabezas de ganado vacuno menos que en el 2015, que a su vez había reportado más muertes que en los años precedentes.
¿La razón de la merma del ganado vacuno? Pues las reses se mueren de hambre por la falta de alimentación. Una situación que, por demás, compromete la presencia de carne, leche y otros productos lácteos en los mercados nacionales.
A la hora de encontrar las causas del fracaso de las cooperativas afloran, entre otros problemas, lo difícil que les resulta adquirir sus insumos, así como la poca autonomía con que cuentan. Resulta contraproducente que, principalmente en el caso de las UBPC, las cooperativas se formen por una orientación gubernamental, y no por iniciativa de sus asociados.
Hace falta que los sesudos de la nomenclatura acaben de entender que una cooperativa no es una empresa estatal.