LA HABANA, Cuba.- Incógnitas sobre los relevos de dirigentes y los documentos en el todopoderoso Partido. Pero el VII Congreso es uno de los acontecimientos más importantes en los últimos 57 años.
Durante 50 años Cuba tuvo un sistema político rutinario. Fidel Castro fue el gobernante absoluto desde 1 de enero de 1959 hasta el 31 de julio de 2006, cuando al borde de la muerte delegó temporalmente el poder a un grupo encabezado por Raúl Castro. Pero el más joven hermano recibió un país destruido económicamente, y con inevitable demanda de relevar a los ancianos dirigentes. Ante la imposibilidad de recuperar su vitalidad, el Comandante en Jefe le cedió todas las funciones como presidente el 24 de febrero de 2008 (reelecto en 2013), y como primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) el 19 de abril de 2011 en el VI Congreso, al cual el líder histórico no asistió. Allí, el General de Ejército consolidó su entorno militar en el Buró Político, tras ocupar todos los sectores claves de la vida civil, y se aprobaron los Lineamientos de la Política Económica y Social, que debía iniciar la recuperación productiva e incentivar el desarrollo mediante la recapitalización y la gran inversión extranjera.
El mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos era esencial para lograrlo y existían óptimas condiciones. En 2009, el presidente Obama comenzó una política proactiva que ha mejorado las precarias condiciones de vida de los cubanos y ha facilitado los intercambios pueblo a pueblo, al tiempo que eliminó los pretextos del gobierno cubano para justificar los desaciertos, caprichos y represión: la confrontación con Estados Unidos y el embargo-bloqueo. En ese derrotero ha tenido el apoyo de estadounidenses y cubanoamericanos de todos los sectores.
La rutinaria política colapsó el 17 de diciembre de 2014, cuando los mandatarios de ambos lados del Estrecho de la Florida sorprendieron con el inicio de la relación entre sus gobiernos, inimaginable apenas el día antes. Obama recorrió La Habana del 20 al 22 de marzo de 2016, y habló al expectante y entusiasta pueblo cubano en vivo por la televisión nacional casi un mes antes del VII Congreso del PCC. El presidente dejó huellas indelebles, a pesar de que desde su salida los anfitriones pretendieron contrarrestarlas con interpretaciones de los periodistas, intelectuales y políticos locales, y el inmenso concierto de los Rolling Stones del día 25.
El partido, “martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”, según el Artículo 5 de la Constitución de la Republica.
El VII Congreso se realiza el del 16 al 19 de abril. Sin embargo, parece un congreso clandestino. No fue hasta el 29 de febrero que Granma, diario oficial del PCC, anunció el proceso de elección de los delegados y sus rápidas reuniones de consulta sobre los documentos en todas las provincias. Se trata de los Informes sobre el desempeño de la economía entre 2011-2015 y la implementación de los Lineamientos, la Actualización de los Lineamientos para 2016-2021, la conceptualización del Modelo Económico-Social Cubano de Desarrollo Socialista, el Programa de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, y el Cumplimiento de los Objetivos de Trabajo aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido en enero de 2012.
Las consignas, vallas y posters no se desplegaron profusamente. La gran cantidad de comentarios sobre la no divulgación de los documentos ocasionó el artículo “A menos de un mes del Congreso del Partido”, en Granma el 28 de marzo, pretendiendo argumentar lo inexplicable. La semiparálisis se percibió durante la sesión de la Asamblea Nacional de julio de 2015, cuando el vicepresidente Marino Murillo informó la postergación del cumplimiento de los Lineamientos hasta el congreso del PCC. En diciembre, el responsable económico del gobierno anunció que los lineamientos se habían cumplido en 21%, estaban en proceso del 77% y no se ejecutó el 2% por diversas causas, lo cual fue repetido por la información de Granma mencionada.
Más importante aún resultan las incógnitas sobre los retiros y promociones en el Buro Político, el Secretariado, el Comité Central y los primeros secretarios de provincias. Imposible predecir con alguna seguridad, aunque quizás consejeros locales procuran asesorar a personalidades extranjeras esgrimiendo tener buenas fuentes. Mientras tanto, los isleños no se distraen de sus complicadas vidas cotidianas en asuntos que no pueden decidir.
Al parecer se ha atravesado un período de confrontaciones y acomodo de las principales fuerzas que debieran prevalecer en el congreso, y donde se han decidido también quienes serán los máximos dirigentes del estado y el gobierno en febrero de 2018. Muy probablemente Raúl Castro será confirmado como primer secretario del PCC, para iniciar su segundo mandato de cinco años, con lo cual continuaría como dirigente máximo del país y conductor del relevo generacional. Por tanto, se retiraría en 2021, con 90 años de edad, la misma que cumplirá Fidel Castro el 13 de agosto próximo. El presidente ha reiterado que dejará sus cargos en los consejos de estado y de ministros en 2018, sin referirse al Partido.
Tampoco resulta descartable que se cree un Cuerpo Político del PCC con facultades superiores para garantizar lo determinado en el Congreso, integrado por Raúl Castro y los dirigentes históricos, con las citas de pensamientos de Fidel. Entonces habría que definir quién será el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.