LA HABANA, Cuba. – Los campesinos cubanos deberían celebrar su día y el aniversario 60 de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), el 17 de mayo, con elevadas producciones y retribuciones monetarias a sus esfuerzos e inversiones. Pero nada más ajeno a la realidad.
La cuantiosa batería de medidas para lograr “la soberanía alimentaria”, emitida por el Gobierno, recicla las prohibiciones con muchas condicionantes, sin otorgar la libertad mediante una reforma agraria indispensable. El funcionamiento del Ministerio de la Agricultura, el fortalecimiento de las empresas estatales, la depuración de las cooperativas y la relevancia del municipio conforman las modificaciones para cumplir los propósitos de Raúl Castro, anunciados al inicio de su presidencia en 2008.
Las profundas transformaciones estructurales, conceptuales y composicionales que se deben generar en el MINAG ―desde los cuadros de la cadena de dirección hasta los productores― están incluidas en el informe presentado por el primer ministro Manuel Marrero en una reunión con directivos, académicos y expertos, integrantes de siete grupos redactores de las propuestas de acciones para impulsar las 63 medidas aprobadas, a fin de potenciar la producción de alimentos, de acuerdo con una publicación del MINAG del 10 de mayo.
En el sistema empresarial se concentran las mayores debilidades en aras del cambio, por lo que se identificaron 54 medidas específicas, apuntó Marrero. Aunque el sistema empresarial solo gestiona el 27% de la tierra y genera el 22% de la producción, su peso radica fundamentalmente en la ejecución de la política agropecuaria del gobierno, y en la dependencia a la que somete a las cooperativas, las cuales tienen que suscribir los contratos para desarrollar su línea fundamental de producción, conciliar y acordar el programa de desarrollo, el plan de producción anual, los volúmenes, surtidos y destinos de las producciones para el encargo estatal u otros fines que tributen al plan de la economía. Asimismo, el sector empresarial controla el cumplimiento de las normas técnicas que rigen los procesos productivos, según el Decreto-Ley No. 365, del 24 de mayo de 2019.
“No vamos a seguir sosteniendo y mucho menos incrementar empresas estatales para que vivan de los productores, para eso trabajamos con los campesinos directamente (…). El perfeccionamiento tiene que ser de verdad, no puede ser simple escenografía, con algunos cambios, cada cambio tiene que ir dirigido a producir más alimentos (…). Que sean empresas prósperas, eficientes con trabajadores estimulados”, manifestó el primer ministro.
“Da pena que en los recorridos todavía se pare un campesino y nos diga que tiene producciones y nadie se las compra; seguimos con trabas y burocracia en los procesos de comercialización y hemos dado la disposición de ver qué cosa es ilegal, por qué una gente que quiere vender producciones no puede. En eso nos tiene que ayudar el Ministerio de la Agricultura, en ver qué cosa es ilegal, si alguien tiene una mata de aguacate por qué no puede vender sus aguacates al kiosquito más cercano que tiene allí y al final el pueblo esperando por nosotros”.
De esa forma, Marrero coincidió con cubanos carentes de alimentos y multados, requisados o encarcelados por vender los frutos de la tierra.
Por su parte, Ydael Pérez, nuevo ministro de la Agricultura, expresó que “son medidas sin precedentes en la agricultura cubana, cosas que nunca antes hemos hecho, hay que cambiar la manera de pensar, porque hace falta más, hay que crecer”. También se refirió a la necesidad de revisar la utilización de la tierra entregada en usufructo, que no esté siendo explotada.
Por su parte, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños ha festejado el 60 aniversario de su fundación con los usuales actos de entrega de los Sellos 60 Aniversario y Especial José Ramírez Cruz, a su primer presidente, a dirigentes y campesinos destacados.
La ANAP no define su papel como defensora de los intereses de los campesinos, sino que “a través de su labor política e ideológica, como organización de masas, tiene la responsabilidad de lograr una mayor influencia en los resultados que alcanzan las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), expresando su voluntad e inquebrantable decisión de defender las conquistas de la Revolución”. La organización ha sido partícipe del desastre originado en todas las entidades de la agricultura.
La amenaza de hambruna por la inoperancia de las consignas, la carencia de liquidez que imposibilita las elevadas importaciones de alimentos y el desestímulo a la producción incrementado por la carga financiera sobre los agricultores y agravado por la Tarea Ordenamiento han impelido al ejecutivo de continuidad a diseñar el desmontaje de la fallida política agropecuaria de Fidel Castro, para lo cual aducen tomar en cuenta las opiniones de los productores y la academia.
La campiña cubana se ha despoblado, y resultará muy difícil atraer la fuerza de trabajo para las arduas faenas. Las personas defenestradas por alertar y expresar recomendaciones durante décadas ahora han tenido que escuchar que se trata de ideas y análisis novedosos y osados, sin que se reconozcan las injusticias cometidas.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 316-2072, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.