MIAMI, Estados Unidos. – La santiaguera Darlenis Esber Franco, de 37 años, exige al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) que se le realicen los procedimientos quirúrgicos que necesita para retomar su vida con normalidad.
Hace varios años, a Esber Franco le fue extraído un tumor cercano al útero. Durante la cirugía, los médicos le perforaron el intestino y la vejiga. Desde entonces, ha pedido una nueva intervención quirúrgica para revertir los errores cometidos.
“Me dijeron que era una operación muy riesgosa y que diera gracias que estaba viva; me dieron a entender que me tenía que conformar. ¿Por qué me tengo que conformar? Yo quisiera operarme y salir de esta situación tan penosa”, aseguró la mujer a la agencia Palenque Visión.
Esber Franco también aludió a las dificultades que sufre para encontrar los culeros y bolsas que necesita. “Yo no siempre tengo el dinero para comprarme un paquete de pampers de 1.500 a 3.000 pesos, que eso es lo que yo devengo por mi chequera. Me jubilaron porque yo no puedo hacer nada en el estado en el que estoy”, lamentó.
Asimismo, la mujer se quejó de la burocracia. “Es una cantidad de protocolos para hacer cualquier cosa que no te puedo explicar. Eso pasa porque somos nosotros los de a pie, porque si fuera un familiar de ellos [las autoridades] tuviese la ayuda, tuviese todo. Por poco no me dan la ayuda económica porque decían que mi mamá estaba aquí. No, mi mamá trabajó años y ella se merece su jubilación. Después de una larga batalla lo único que logré que me dieran fue un jabón cada tres, cuatro o cinco meses cuando viene. Yo no resuelve ningún problema con eso”, contó.
“He intentado hasta quitarme la vida. Porque es tanta la miseria en este país y el hambre que una no sabe ni qué va a ser. He sido abandonada por el Ministerio de Salud Pública de este país, y por el Gobierno”, aseguró.
En otro momento de su entrevista, apuntó que ha aprendido a convivir con el cáncer siendo “una mujer positiva”. “He pensado que si estoy aquí no me puedo dejar amedrentar. En medio de esta situación que está atravesando el país (…) lo poco que puedo adquirir desde aquí [la casa] es para los niños porque en varias ocasiones me he tenido que acostar sin comer”, lamentó.
“No tengo gas, he tratado de hacer la gestión por mi proceso [caso social] para que me den el gas, [pero me dicen] que no hay balitas, que no hay contratos, que no hay nada; sin embargo, cualquiera llega, va allí con un dinero, paga y se la dan”.
Esber Franco asegura que ha tenido que sobrevivir. “Soy una mujer que tengo 37 años, joven, que tengo energía y puedo hacer un montón de cosas. Me siento atada de manos y pies porque no tengo las condiciones que necesito para poder echar adelante con mis hijos. Por eso es que pido una visa humanitaria para poder operarme ya sea en Estados Unidos o en cualquier país del mundo y poder restaurarme, seguir mi vida y llevar a mis hijos adelante”, concluyó.