MIAMI, Estados Unidos. — En la edición número 46 de la entrega de los premios Grammy, celebrada en el año 2004, el disco Regalo del Alma, de Celia Cruz, ganó el lauro en la categoría Mejor Álbum de Salsa y Merengue. El fonograma había sido publicado el 29 de julio de 2003, pocos días después de que la legendaria cantante cubana falleciera, a sus 77 años.
En una de las ceremonias más aclamadas de la primera década del siglo XXI, que contó con las actuaciones de Beyoncé Knowles, Christina Aguilera y Justin Timberlake, Celia Cruz figuró entre los vencedores de habla hispana, honor que compartió con Alejandro Sanz, el también cubano Ibrahim Ferrer y la banda mexicana de rock Café Tacvba.
Regalo del Alma había sido grabado entre febrero y marzo de 2003. Dos sencillos, Ríe y llora y Ella tiene fuego, se colaron en las listas de éxitos de Estados Unidos. El primero llegó al número doce del hit parade Billboard Latin Songs, al puesto diecinueve en la Billboard Latin Pop Songs y durante once semanas encabezó la lista de la Billboard Tropical Songs. El segundo también se colocó entre los puestos más altos de las famosas listas, suficiente para que el álbum vendiera 24.000 copias en su primera semana y figurara entre las grabaciones latinas más escuchadas.
Este último disco —el septuagésimo de la guarachera de Cuba— fue galardonado con el Grammy Latino en la categoría de Mejor Álbum de Salsa. Celia, inmensa, realizó las grabaciones pocas semanas después de que le hicieran una cirugía para extirpar parcialmente el tumor cerebral que le habían diagnosticado a finales de 2002.
Convencida de que podría morir en cualquier momento, hizo de aquel último encuentro con la música un proyecto muy personal, cargado de muchas emociones. Fue para ella una victoria rotunda que habría de irrumpir en el mercado con el sencillo Ríe y llora, escogido por ella misma al sentirse plenamente identificada con el mensaje de esa canción.
Celia Cruz se despidió de su público y su gente con una joya musical que mantuvo el tono exuberante, vigoroso y alegre que siempre la caracterizó.