LA HABANA, Cuba. — Desde el centro penitenciario de máximo rigor Kilo 5 ½, ubicado en la provincia Pinar del Río, el prisionero Hiosbel Román Ramos denuncia que una doctora de esa instalación se ha negado a brindarle atención médica en cinco ocasiones.
A través de una conversación vía con CubaNet, Román Ramos, quien es miembro de la Unión Patriótica Cubana (UNPACU), denunció a la doctora Darennis Caridad Barrios Pedroso, médico de consulta del destacamento 4. El recluso afirma que ha acudido a su consulta en cinco ocasiones y en cada una de ellas esta mujer le ha negado la atención de salud con el pretexto de que no hay medicamentos.
En este sentido, Román Ramos detalló que desde hace más de tres años se ve aquejado de una tos persistente y pronunciada acompañada de expectoración, a lo cual la profesional se ha limitado a señalar que “no sabe lo que tiene”. El activista subraya que la funcionaria acompaña sus evasivas con maltrato y además acostumbra repetir que “al que no le guste, que se vaya de la prisión” y que “a ella no le interesa, que la acusen dondequiera”.
Las infrahumanas condiciones de vida que identifican a este y otros centros carcelarios cubanos, marcados por el hacinamiento, la dieta deficiente y mal estado de los alimentos, el frío, la humedad, las goteras y filtraciones de instalaciones sanitarias y albañales, la falta de higiene, la proliferación de vectores y el estrés, por solo mencionar algunas de ellas, inciden de manera determinante en el debilitamiento del sistema inmunológico a la vez que favorecen la proliferación entre la población penal de enfermedades contagiosas como la tuberculosis y otras dolencias respiratorias, o afecciones dermatológicas como la sarna o distintos tipos de hongos.
Hiosbel Román Ramos agregó que el pasado sábado 5 de noviembre fue conducido ya tarde en la noche al puesto médico después de haber pasado todo el día aquejado de un fuerte dolor en la zona cervical, pero esta doctora, en lugar de atender la urgencia médica, como es su obligación profesional, alegó que “las 10 de la noche no es hora para inyectar”.
Antes de finalizar su comunicación telefónica, el activista de la UNPACU recalcó igualmente que esta funcionaria acostumbra negarle la asistencia médica a la población penal.
La información fue corroborada también por otro recluso, quien, bajo condición de anonimato por temor a represalias, denunció en llamada telefónica desde la prisión que esta doctora es “antipresos”, pues la ha visto maltratar a los reclusos y enfatizó que él mismo ha sido maltratado por ella en ocasiones anteriores, en las que se ha negado a examinarlo con el mismo pretexto de que no hay medicinas.
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