MIAMI, Estados Unidos. — El 26 de octubre de 1949 llegó a La Habana la legendaria actriz mexicana María de los Ángeles Félix Güereña, María Félix, también conocida como La Doña y María Bonita.
María Félix arribó a la capital cubana tras posponer su viaje en varias ocasiones. “Yo tenía referencias de cómo me querían en La Habana, pero lo de esta tarde ha sido más de lo que esperaba”, dijo la actriz, encandilada con el recibimiento de los cubanos.
En su recorrido del aeropuerto al Hotel Nacional de Cuba, la estrella mexicana debió ser custodiada por la policía debido al desconcierto de sus admiradores en la isla.
Tras haber hecho suspirar a generaciones dentro y fuera de México durante la primera mitad del siglo XX, no era de extrañar que su presencia en La Habana fuera todo un acontecimiento.
Reseñas de la época indican que María Félix decidió no asistir a las citas sociales con las que quisieron agasajarla en La Habana. Sin embargo, sí aceptó ir al cabaret Tropicana, donde fue recibida con estruendosos aplausos, según contara en una crónica el propio Nicolás Guillén, quien relató que la actriz fue amable y explícita al ser abordada por la prensa.
En el verano de 1955 María Félix regresó a La Habana ya convertida en una estrella de fama mundial. En esta ocasión actuó en la pista del cabaret Montmartre y en el escenario de Radiocentro.
En el verano de 1955 regresó a La Habana convertida en una estrella de fama mundial. En esta ocasión actuó en la pista del cabaret Montmartre y en el escenario de Radiocentro.
El crítico de teatro y cine Mario Rodríguez Alemán aseguró en su momento que si podía hablarse de la existencia de un star system en el cine mexicano, María Félix sería una de sus máximas figuras.
Para Rodríguez, María Félix, desde su debut, fue devorada por la maquinaria comercial que la transformó en un símbolo sexual.
María Félix falleció en la madrugada del 8 de abril de 2002 en Ciudad de México.