LA HABANA, Cuba. — La cantante, pianista y compositora norteamericana Norah Jones ha cancelado sus conciertos en La Habana, en el Teatro Martí, que estaban programadas para los días 16 y 17 de febrero del próximo año.
Los amantes de la música de Norah Jones no debemos lamentamos: esos conciertos no iban a ser para los cubanos interesados en asistir, sino solo para turistas extranjeros y un puñadito de privilegiados de la elite con dinero suficiente para pagar los miles de dólares (entre 3 000 y 8 000 y más) que costaba el paquete en que venía incluida la actuación de Norah Jones, amén de cenas y el alojamiento en un lujoso hotel.
Esos conciertos, que ni siquiera íbamos a poder ver en la televisión, porque lo más probable es que no los trasmitieran, de tan exclusivos, no eran parte de un intercambio cultural, sino una trampa con cebo de los oligarcas de GAESA para atraer turistas y seguirse llenando de dólares los bolsillos.
Nada habría que objetar si hubieran sido conciertos abiertos al público como los de los Rolling Stones, Kool and The Gang, Rick Wakeman, Air Supply, Audioslave y Sepultura, o el concierto Paz sin Fronteras auspiciado por Juanes en 2009 en la Plaza de la Revolución.
Hoy, cuando es notorio el desprestigio de la dictadura y las condiciones miserables en que vivimos los cubanos, son cada vez menos los artistas que se respetan que vienen a actuar a Cuba.
No vayan a pensar, con esos nombres antes mencionados, que son frecuentes las presentaciones de artistas famosos en Cuba. Por el contrario, fueron muy raras excepciones y en otros tiempos, cuando parecía haber una apertura y que las cosas estaban empezando a cambiar en Cuba.
Dirán los voceros del régimen que eso se debe a “la campaña mediática y la guerra cultural contra la revolución”, las presiones a que se ven sometidos los artistas y otras paparruchas. Parece que creen que los artistas no piensan, que tienen que tragarse sus mentiras y arrostrar lo que sea, perjudicar sus carreras y enemistarse con gran parte de su público, con tal de venir a Cuba y pronunciarse a favor del castrismo, cual si su receta fuera la panacea de los problemas mundiales.
Muy atrás quedaron los tiempos en que la intelectualidad y los artistas de todo mundo se dejaban fascinar por la revolución de Fidel Castro y peregrinaban a reverenciarla a La Habana, cual si fuera la Meca del socialismo.
Fueron los tiempos en que vinieron a presentarse en los festivales de Varadero algunos de los más populares artistas del pop español (Massiel, Los Bravos, Los Ángeles, Los Mustangs); daban conciertos en La Habana cantautores de la talla de Joan Manuel Serrat, Pete Seeger, Sergio Endrigo, Alberto Cortés, Victor Manuel y Ana Belén y se desvivían por presentarse en Cuba los más destacados intérpretes de la nueva canción argentina (Mercedes Sosa, Fito Páez, León Gieco, Nacha Guevara) y lo que más valía y brillaba de la música brasileña (Chico Buarque, Caetano Veloso, Milton Nascimento, María Betania, Gal Costa, Simone, Gilberto Gil, Ivan Lins).
Muchos de esos artistas, como Serrat, Sabina, Mercedes Sosa y Fito Páez, a pesar de mantener posiciones políticas de izquierda, después de la ola represiva de la primavera de 2003, si no rompieron con el régimen castrista, han ido distanciándose.
Cuando a Cuba viene algún famoso (Madonna, Beyonce, Sting, Jimmy Page, Ozzy Osbourne, Bon Jovi, Katy Perry) lo hacen en plan de turistas, sin publicidad. Si acaso, algunos famosos que ya no lo son tanto, como Tom Jones y Boney M, se han presentado en los Festivales del Habano para un público exclusivísimo. Conciertos como los de Armando Manzanero y el salsero Gilberto Santa Rosa, hace tres años en el Malecón habanero, han sido excepciones.
A Cuba hoy solo vienen figurillas de poca monta, famosos de antaño venidos a menos, fantoches que se dejan utilizar por el régimen porque no tienen otras opciones.
Con tanta miseria, este es el medio ideal para payasadas como las de un pelandrujo como Tekashi.
La orfandad de artistas de calidad quedó evidenciada en esa mamarrachada que fue el plagio del Festival de San Remo, al que a última hora decidieron no venir Alex Ubago y el dúo Andy y Lucas; y en la estafa que fue el carísimo Santa María Music Fest.
Dicen que, siempre en busca de dólares, ya preparan otra edición de este último. Trabajo les costará hallar invitados que valgan la pena. Supongo que puedan contar al menos con Tekashi. Va y se conforman. Como los mandamases y sus propagandistas tienen tan mal gusto.
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