LA HABANA, Cuba.- El 15 de marzo de 1897, mientras la invasión a Occidente llevaba la guerra independentista a todo el país, fue fundada por Manuel Valle, presidente del Centro Asturiano de La Habana, la Quinta Covadonga, en una parcela de 120 hectáreas ubicada en la Calzada del Cerro. La nueva Casa de Salud, que llegaría a convertirse en uno de los mejores hospitales de América Latina, había sido pensada por su benefactor como un centro de atención médica para la comunidad asturiana, que había crecido mucho en la segunda mitad del siglo XIX, como resultado de la inmigración.
En 1917 fueron terminadas la capilla y la sala de autopsias con cámara frigorífica. La construcción de los cuarenta pabellones culminó en 1921, y ese mismo año La Covadonga fue uno de los dos primeros hospitales, junto a la Quinta de Los Dependientes (hoy Hospital “La Dependiente”), que tuvieron un electrocardiógrafo.
La Covadonga inició sus servicios como un hospital exclusivamente para hombres, hasta que en 1932 se aceptó el ingreso de la mujer como asociada, tras un acuerdo mayoritario de la Junta Directiva del Centro Asturiano.
En 1927 quedó inaugurada la farmacia del hospital con su propio laboratorio para la fabricación de medicamentos, y para 1944 se creó el servicio de pediatría.
El desarrollo alcanzado por la institución pronto la convirtió en un centro médico de referencia, catalogado como “el sanatorio de América”, además de deslumbrar a los visitantes con su imponente arquitectura, en la que pabellones y parques se intercalan en un rejuego de verdes, espacio y luminosidad que invitan al descanso.
Con la llegada de Fidel Castro al poder, el hospital fue nombrado “Salvador Allende”. Sin embargo, el voluntarismo político no pudo con la fuerza del hábito. Los cubanos siguen utilizando el nombre de toda la vida para el gran hospital del Cerro, que cuenta con servicios de referencia para tratar el cáncer de mama y el cáncer de pulmón, además de tener, entre sus dependencia más distinguidas, los institutos de Angiología y Neumología.