LA HABANA, Cuba. — Me dirigí hace unos días en busca de una Biblia hacia un lugar ideal para su adquisición: el Centro de Evangelización San Pablo, situado en Compostela N° 12, al lado de la Iglesia del Santo Ángel, frente a la plazuela del mismo nombre en La Habana Vieja.
Además de imágenes religiosas, textos catequísticos, libros de formación para la familia, devocionarios, estampas, discos, afiches, allí ofertan Biblias, pero muy caras. Me asombró ver los altos precios en que hoy se vende la Biblia que antes regalaban en los templos.
En el Centro de Evangelización San Pablo encontré un estante con Biblias ilustradas, comentadas, con encuadernación en rústica o pegamoide, algunas más lujosas, con letra grande, para facilitar su lectura. Las de bolsillo costaban 160 pesos. Las restantes, 600.
Buscando adquirir una Biblia que costara menos recorrí varias iglesias y solamente encontré una grande, por 300 pesos, en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la calle Reina.
Es cierto que si hacemos la conversión a divisa, aun al cambio oficial, costarían menos de seis dólares las más caras, pero, ¿cuántos cubanos pueden gastar estas cantidades en una Biblia si el dinero que ganan no les alcanza para cubrir sus necesidades materiales más básicas?
Trabajé varios años como vendedor de libros y teníamos prohibido poner un precio mayor a 10 pesos a una Biblia, pues había un acuerdo con las iglesias para hacer asequible la Biblia a la mayoría de las personas. Ahora, en el comercio de libros de uso, tanto estatal como particular, las Biblias siempre se venden caras.
Antes de la revolución, al lado de la antes mencionada Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en la calle Reina Reina, estaba La Bon Marché, un establecimiento donde se ofertaban objetos religiosos de todo tipo, incluso para las religiones afrocubanas. Allí, o en cualquiera de las librerías existentes, se podía comprar una Biblia a precios módicos.
Aunque en nuestro país nunca se ha impreso la Biblia, hasta 1959 se podían adquirir sin dificultad y eran baratas. Pero luego de la instauración del socialismo se hizo más difícil conseguir una, porque el régimen consideraba que la doctrina cristiana era incompatible con el materialismo marxista-leninista. No fue hasta la década de 1990, particularmente después de la visita del papa Juan Pablo II, en 1998, que la Biblia empezó a circular más en Cuba debido a las donaciones de iglesias extranjeras.
El libro más vendido del mundo
La Biblia, que se considera “la Palabra de Dios”, es una de las principales obras maestras de la literatura universal. Traducido a 2454 idiomas, es el libro más vendido en el mundo, además de ser el más consultado y citado por creyentes o no.
El texto hoy conocido fue aprobado en el año 382 bajo el pontificado de Dámaso I. Escrito por diferentes autores en arameo y griego y traducido al latín en distintas etapas históricas, está compuesto por dos grandes partes: el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Hebreos y cristianos católicos o protestantes difieren en alguna de sus partes.
Existe una anécdota que refleja la enorme importancia que tiene esta obra, incluso para los ateos. El intelectual comunista cubano Juan Marinello, en cierta ocasión, al preguntarle un periodista en una entrevista cuál libro de su biblioteca salvaría ante una gran catástrofe, respondió sin titubear: “La Biblia”.
Hace varios días, al finalizar una reunión del Consejo Bíblico cubano, las iglesias cristianas enviaron de regalo ejemplares de lujosas Biblias de estudios teológicos al gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al primer ministro Manuel Marrero Cruz, y al presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández. ¿Pretenderán las iglesias convertir al cristianismo a los principales representantes del estado socialista? Dudo que lo consigan. Sería mejor que hagan que la Biblia sea asequible a todos los cubanos.
No es comprensible que si las iglesias quieren sumar adeptos el libro más trascendente de la religión cristiana se comercialice a altos precios.
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