MIAMI, Estados Unidos. — Javier Zalba es reconocido como uno de los más virtuosos intérpretes de la familia de saxofones, el clarinete y la flauta. Sus inicios estuvieron marcados por la música de cámara, para luego decantarse hacia el mundo del jazz. El 1978, con 23 años, formó parte de la prestigiosa Orquesta Cubana de Música Moderna. A lo largo de la década siguiente trabajó con los maestros Felipe Dulzaides y José María Vitier, hasta que en 1988 se incorporó a Irakere y poco después a Afrojazz, dirigido por Bobby Carcassés.
En los años noventa continuó sumando experiencia en diversas agrupaciones y proyectos que buscaban enriquecer el acervo musical cubano con arreglos provenientes de otros universos sonoros. Así, integró el Afro Cuban All Stars, con el cual mereció una nominación a los premios Grammy en 1998, y el Buena Vista Social Club, donde ganó el Grammy Latino en 2004.
Entre tantos proyectos compartidos y la formación del grupo Temperamento junto al pianista Roberto Fonseca, Javier Zalba grabó su ópera prima, titulada Homenaje (1995), con el sello español Serendib Classics. Doce años después vería la luz el álbum Bariton Cha, ganador del premio Cubadisco en su edición de 2008, un material muy elogiado por la crítica.
En dicho fonograma, Zalba propone un recorrido en clave de jazz por el son, el danzón, la contradanza, la habanera y demás ritmos criollos. El resultado fueron temas breves, alegres o melancólicos según el caso, capaces de conectar al oyente con lo mejor de la tradición musical de la Isla, enriquecida con pasajes de descargas e improvisación.
Javier Zalba está considerado como uno de los mejores jazzistas cubanos de la historia, y uno de los músicos más virtuosos, alternando su pasión por el jazz con colaboraciones sostenidas en el ámbito de la música de concierto. Con igual entusiasmo, el maestro ha tocado a Mozart o Bach, ha colaborado con la Camerata Romeu y rendido homenaje al pianista Emiliano Salvador.