AREQUIPA, Perú.- Los cubanos recuerdan todavía el jabón Candado, una de las marcas más populares del pasado siglo en la Isla. Si eras una persona con suerte, el producto te permitía lavar bien la ropa y ¡hasta ganar una casa!
Como parte de una de las campañas publicitarias más astutas del jabón Candado, la compañía Crusellas (propietaria de la marca) ocultó al azar en el interior del producto una cápsula que servía como comprobante para reclamar una vivienda de premio. El sorteo benefició a muchos cubanos por apenas el precio de un jabón, que en aquel entonces (1920-1930) costaba centavos.
Las casas del premio eran del estilo Renacimiento Colonial Español, un movimiento arquitectónico surgido a principios del siglo XX que se extendió por los Estados Unidos. Se vendían como un ‘kit’ de casa ordenado por correo a través de un catálogo de empresas como Sears Roebuck & Co.
La lotería de casas se realizó en Cuba por unos 20 años y, durante ese período, al construir la vivienda se colocaba a relieve en la fachada la etiqueta “Villa Jabón Candado”, una frase que hasta el día de hoy se conserva en muchos inmuebles de la Isla.
Asimismo, las Villas Jabón Candado fueron las primeras casas en América en utilizar la energía solar como método para calentar agua. El proceso se lograba a través de un complejo sistema de tuberías que formaban una especie de encrucijada en los techos. El agua potable subía a la intrincada red donde era calentada por el fuerte sol de Cuba y luego volvía a descender a la casa con una temperatura más confortable.
A diferencia de breves comerciales televisivos o la publicidad en papel, las Villas Jabón Candado eran marketing de hormigón pensado para estar a la vista de todos en tanto la edificación permaneciera. La empresa construyó casas alrededor de casi toda la Isla.
Otras marcas comerciales de renombre también sortearon casas a cubanos con buena fortuna, como el café Pilón, que construyó residencias todavía intactas en el habanero municipio de La Lisa.
En el 1863 los hermanos catalanes Juan y José Crusellas formaron la compañía Crusellas, pero no fue hasta 1827 que la empresa presentó el Jabón Candado.
En Cuba el producto gozó de gran popularidad hasta 1960, fecha en que Fidel Castro y su modelo económico “socialista” pusieron fin al progreso en el país.
En medio de su época de esplendor, los responsables de jabón Candado llegaron a asociarse con el gigante norteamericano Colgate-Palmolive, incursionando también en la distribución de pasta dental, nuevos artículos de tocador y detergentes.
La fábrica de la empresa se ubicó en la Calzada de Buenos Aires, en La Habana, y empleó a cerca de 850 trabajadores.