LA HABANA, Cuba, 5 de junio de 2013, Frank Correa/ 173.203.82.38.- En el mes de enero, un artículo publicado por Cubanet con el titulo Error a la vista, ponía al descubierto el desliz cometido por un equipo de ingenieros, que intentó el replanteo de terreno en un antiguo basurero de la calle Tercera, entre 230 y 232, en Jaimanitas, destinado para una obra social y alertaba sobre las nefastas consecuencias que arrastraría.
El error citado fue que, a la hora de realizar la nivelación del terreno, los ingenieros no tuvieron en cuenta el llamado punto cero, (centro de la calle), parámetro de referencia por encima del cual se deben erigir veinte centímetros en todas las construcciones urbanas. Los buldózer que trabajaron en el área, dejaron el nivel a la inversa, veinte centímetros menos de este punto, es decir cuarenta centímetros por debajo de lo estipulado.
Con las recientes lluvias de finales de mayo, surgieron los primeros efectos: Inundación de la zona y daños materiales en las viviendas construidas en el área.
Los damnificados perdieron colchones, almohadas, electrodomésticos. Y sufren hoy el malestar de verse inundados e indefensos ante los partes meteorológicos, que anuncian lluvias intensas para los próximos días. Además de la proximidad a la temporada ciclónica. Dieron un conato de protesta al delegado del Poder Popular de la circunscripción, que reclamó la presencia del grupo ingeniero que trabajó en el sitio, para buscar una solución.
Luego de reunirse en una de las habitaciones inundadas, subidos sobre cajas, y acosados por los vecinos que no cesaban de criticarlos por el mal trabajo, los ingenieros llegaron a la misma conclusión alertada desde enero por Cubanet: no existía disponibilidad de bombas para extracción de agua.
Por el momento –hasta que se pueda levantar el nivel con camiones de tierra, y por supuesto, subir también el piso de los apartamentos –, lo único posible es solicitar un camión barreno para abrir un pozo que aliviara el agua.
Un par de horas después, llegó el camión y comenzó la perforación del suelo. Por la cercanía del mar, el manto freático estaba saturado y fue muy poco el líquido que se pudo achicar. El cielo estaba nublado. Comenzó a lloviznar. Luego a llover. La situación empeoró en la medida que la lluvia arreció. Los vecinos subieron sus pertenencias a lugares altos y rezaron a San Pedro.
La prensa independiente ha alertado en múltiples ocasiones sobre problemas de mala planificación y ejecución constructiva, administrativa, legal, laboral, social… pero las autoridades hacen oídos sordos. Prefieren acusarnos de mercenarios. De responder a intereses de una potencia extranjera. Mientras tanto, las consecuencias las sufren ciudadanos indefensos. Como estos inundados de la calle Tercera.