LA HABANA, Cuba. – “No he almorzado”, lamenta la holguinera Zenaida Ruiz Leyva, quien a sus 80 años solo recibe 1.303 pesos mensuales por concepto de seguridad social, una cifra insuficiente para afrontar el alto costo de la vida en la Isla.
“Todo está muy caro. No se puede comer, todo vale”, dice la anciana, quien suele ir a las cafeterías estatales donde los productos son más baratos. Pero, estos lugares frecuentemente están sin oferta o cerrados.
En medio de un escenario de escasez e inflación, Zenaida se dedica a recoger latas vacías de cerveza o refresco para después venderlas a la Empresa de Materias Primas.
El día que nos acercamos a ella, solo había recogido cuatro latas. Tras una larga caminata, descansaba sentada en un escalón que da entrada a una vivienda. Con hambre y dolores en las piernas, la anciana tiene que seguir andando por la ciudad: cuatro latas son insuficientes en un día de trabajo.
En su casa no puede cocinar: a la escasez de alimentos se suma que sus dos cocinas eléctricas están rotas y no tiene dinero para arreglarlas o comprar una nueva. Aun si funcionaran, podría usarlas muy poco debido a los constantes apagones.
En ocasiones los alimentos los recibe de manos solidarias. “Los vecinos, cuando pueden, me dan almuerzo. Ellos quisieran darme comida todos los días, pero me dicen que la situación está muy difícil, que todo está muy caro”, cuenta la anciana.
Zenaida recuerda que no puede estar con el estómago vacío debido a la diabetes que padece. Debido a su mala alimentación ya ha sufrido varios desmayos. “Un día fui a arreglar la olla de presión eléctrica. Estaba sin desayunar y sin almorzar y en el trayecto me dio una hipoglucemia. Caí al suelo y la olla se hizo leña [se rompió]. Varias personas me ayudaron a pararme, me dieron agua con azúcar y poco a poco me recuperé”, rememora.
Zenaida, al igual que millones de cubanos, tiene que vérselas a diario con la escasez de alimentos y el hambre. Recientemente, la mitad de los cubanos encuestados por el proyecto Cubadata aseguró que había dejado de comer al menos un día en el segundo trimestre del año por la grave escasez de alimentos en la Isla.
Los datos recabados por ese medio, indican que el 47,2% de los cubanos entrevistados no pudo alimentarse al menos un día porque la comida en su hogar no alcanzaba para todos.