LA HABANA, Cuba, 3 de enero (Leonel Alberto Pérez Belette, 173.203.82.38 ) -En el corazón de La Habana Vieja, en el edificio que hasta hace poco albergara al Seminario San Carlos y San Ambrosio, trasladado en funciones al nuevo recinto edificado en la periferia de la ciudad, fructifica el Centro Cultural Padre Félix Varela, una opción de reflexión y diálogo.
Recientemente quedó inaugurada allí una exposición artística que intenta abordar desde la tradición, metáfora y actualidad, lo que representa la Virgen de La Caridad para los cubanos.
En la exposición hay obras de artistas consagrados como Roberto Fabelo, que nos presenta a la Virgen emergiendo de un caldero vacio y tiznado.
Otra obra muestra vidrios rotos, colgados como sonajeros al viento, con una imagen teñida con pigmento similar a la sangre, una tarja evocadora del servicio militar obligatorio, mezcla de lenguaje oficial y religioso.
El público se detiene y ríe con complicidad ante una obra que muestra un pasaporte cubano extendido a la Patrona de Cuba, junto al correspondiente Permiso de Residencia en el Exterior, en clara referencia al drama migratorio nacional; o una virgen conformada a partir del archiconocido diseño de la botella del Vodka Absolut.
La muestra recoge, en retrospectiva, diapositivas del famoso fotógrafo Alberto Korda, autor de la icónica foto del Che Guevara, así como estampas devocionales captadas por Orlando Márquez. También incluye obras concebidas por decenas de jóvenes creadores, a partir de variadas técnicas y formatos, incluido el audiovisual.
A pesar de la escasa promoción que ha tenido, la exposición recibe un gran número de visitantes, cubanos y extranjeros, sobre todo jóvenes, debido en parte a la ubicación del Centro, que está justamente al lado de La Catedral de La Habana, en el Casco Histórico de la ciudad. El Centro Cultural Padre Félix Varela es dirigido por el carismático párroco Yosvany Carvajal y en él trabaja como coordinador Gustavo Andújar. La curadora de la muestra es Sussette Martínez.
En la ceremonia de inauguración de la exposición cantó la soprano Johanna Simone, acompañada al piano por la maestra Pura Ortiz