MADRID, España.- Un estudio reciente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) que no encontró evidencia de daño cerebral en pacientes con el Síndrome de La Habana está siendo investigado internamente tras las quejas de los participantes y las preguntas del Congreso sobre nueva información que sugiere la posible participación de Rusia, informó este miércoles El Nuevo Herlad.
El estudio, realizado entre junio de 2018 y noviembre de 2022, examinó a funcionarios estadounidenses en activo y retirados que habían sufrido los misteriosos incidentes en todo el mundo asociados con el Síndrome de La Habana. Anteriormente, se sospechaba que Rusia era la responsable, pero en marzo de 2023, la comunidad de inteligencia estadounidense publicó una evaluación concluyendo que era poco probable que un adversario extranjero estuviera detrás de una campaña global de ataques contra Estados Unidos.
Estudios previos realizados por equipos médicos que trataron a algunos de estos pacientes poco después de que comenzaran a sentirse enfermos encontraron lesiones cerebrales y daños en el oído interno. Sin embargo, los investigadores de los NIH no pudieron encontrar evidencia de daño cerebral después de analizar las resonancias magnéticas y las muestras de sangre de los pacientes, resultados que publicaron en dos artículos en el Journal of the American Medical Association en marzo.
Estos resultados, destaca El Nuevo Herald, no resolvieron el debate sobre los “incidentes de salud anómalos”, como el gobierno denomina al Síndrome de La Habana. Científicos involucrados en otras investigaciones sobre el síndrome cuestionaron de inmediato los resultados del nuevo estudio, señalando fallas en la metodología y en la selección de pacientes.
Las quejas de los participantes y la nueva información que sugiere la implicación rusa han llevado a una revisión interna del estudio por parte de la Junta de Revisión Institucional de los NIH. La revisión investigará las acusaciones de parcialidad, tergiversación de datos y uso indebido de información médica confidencial.
A pesar de la revisión en curso, el gobierno de Estados Unidos mantiene su postura de que los incidentes no son ataques de un adversario extranjero. Sin embargo, los senadores estadounidenses han pedido una nueva evaluación de la inteligencia a la luz de la nueva información.
La pasada semana, luego de que se revelaran evidencias que apuntan a una posible responsabilidad rusa tras los ataques, un grupo de senadores estadounidenses enviaron una carta al presidente Biden donde pidieron una “evaluación renovada por parte del gobierno de Estados Unidos” de los “incidentes de salud anómalos” asociados al Síndrome.
La misiva consideró que la nueva investigación “presentó pruebas convincentes que merecen una mayor revisión”. “No hay mayor prioridad que la salud y la seguridad de los empleados del Gobierno estadounidense y de sus familiares que comprometen sus vidas para promover los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. Debemos hacer todo lo posible para protegerlos”, argumentaron.
El Síndrome de La Habana es una afección nombrada así por haberse detectado en la capital cubana los primeros casos, que se remontan a 2016. El personal estadounidense adujo haber experimentado síntomas como mareos, dolores de cabeza, dificultad para concentrarse y un sonido intenso y doloroso en los oídos.
Se han registrado más de 1.000 informes sobre esta misteriosa dolencia, y decenas de casos todavía se consideran inexplicables.
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