LA HABANA, Cuba, 26 de mayo de 2013, Calixto Ramón Martínez Arias/ 173.203.82.38.- El estatal Ministerio de Comercio Interior (MINCIN) cubano distribuyó, este jueves 23 de mayo, jamonada en mal estado a los pobladores de los repartos García y El Trébol, del municipio Boyeros, en La Habana.
La jamonada, una especie de fiambre parecido a la mortadella y que se elabora con carne de cerdo, soja y harina, llegó sobre las tres de la tarde a la carnicería, ubicada en la calle Soto, donde compran los pobladores de ambos repartos.
El dependiente pidió a los presentes que regaran la voz para que los demás clientes se apresuraran a comprar el producto, que el estado vende a la población a precio “subsidiado”, antes que terminara de corromperse.
¡Mami…! ¡Dice el carnicero que saques la jamonada hoy, porque vino echada a perder y para mañana no sirve!, le gritó Mercedes a su mamá, Niurka Ortega Cruz, que reside en Calle Primera, número11811 del reparto García.
Varios de los consumidores argumentaron que aunque a la jamonada ya se le sentía “alguito” de mal olor, cuando se freía se podía comer, pues mejoraba el sabor.
“Imagínate, con el hambre que hay en Cuba la gente se come cualquier cosa. Porque eso, estando en buen estado no se puede comer, por la cantidad de harina y soja que tiene”, manifestó Ortega Cruz.
El dependiente explicó, que tanto el transporte, como la falta de condiciones en la carnicería para conservar los alimentos, es lo que conlleva a que se echen a perder los productos.
“Los productos salen en buen estado del Cárnico, pero como el carro en que los traen no tiene las condiciones requeridas para su transporte y el tiempo que se demora en llegar, así como la falta de un refrigerador o una nevera aquí, es lo que hace que se echen a perder”, alegó el carnicero.
Debido a esta situación, consumidores que compran en este establecimiento han perdido los alimentos en reiteradas ocasiones.
“El mes pasado yo perdí el picadillo, porque entró y cuando fui a sacarlo al otro día, ya estaba verde”, dijo Marisa.
La jamonada se distribuye a la población a razón de media libra por consumidor con un valor de 1,50 pesos moneda nacional, y junto a una libra de pollo, 7 libras de arroz, 3 libras de azúcar refina y 1 cruda, media libra de aceite, 10 onza de granos, y 10 huevos, componen la canasta básica familiar que el estado vende mensualmente a la población.