LA HABANA, Cuba.- Vecinos de un edificio multifamiliar son presa del pánico ante un “inminente” contagio por tuberculosis, informan los propios residentes del inmueble, situado en la calle Agua Dulce número 111, entre San Indalecio y San Benigno, en el capitalino municipio del Cerro.
Un grupo de 30 personas, que incluye niños pequeños, constituyen el grupo primario de riesgo. Un paciente SIDA vive entre ellos.
El portador de la enfermedad es un inquilino que vive “de forma ilegal” en la planta baja del edificio, describen los residentes.
Varias familias afectadas, entrevistadas por CubaNet, que por razones de seguridad solicitaron el anonimato, han manifestado su desasosiego por la posibilidad de enfermar y la complicidad de las autoridades de la Dirección Municipal de la Vivienda y la Dirección Municipal de Planificación Física, un verdadero “Triángulo de las Bermudas”.
Lester Leony González Fernández, médico con registro profesional 188275 que de manera temporal ejerce en el consultorio número 26, aseguró a este reportero que el caso “se conoce a todos los niveles. Eso incluye a (el Departamento de) Higiene y Epidemiología del Policlínico (Girón) e Higiene y Epidemiología de la Dirección Municipal de Salud, aunque no puedo asegurar que se conozca en niveles superiores”.
El doctor Gonzáles Fernández aseguró además que “el policlínico conoce que son ilegales, que hay un caso positivo de tuberculosis y que además son 30 contactos que incluyen niños pequeños como grupo de riesgo de contagio; porque los demás convivientes del edificio, al entrar por otra área, no corren riesgo”.
Aseguró el galeno: “Desconocer el hecho de que Armando, el portador de la enfermedad, reside en un contenedor justo encima de una de las cisternas del edificio, echa por tierra la teoría de las autoridades de salud municipal acerca de la imposibilidad de contagio de los demás convivientes del edificio”
El galeno declaró igualmente que “en el día de hoy, trasladarán un minilaboratorio destinado a examinar al grupo de contacto del portador en aras de descartar otros posibles contaminados”.
Armando (se desconoce su apellido) posee una vivienda en un solar yermo conocido como “La Perrera”. Vivienda que, se sabe, mantiene alquilada mientras vive de manera ilegal en la planta baja del citado edificio.
“No sé qué va a ser de nosotros, ahora sí que estamos perdidos” aseguró a este reportero la mamá de una menor de cinco años residente en el edificio, y sentenció: “¿Te imaginas si le da por escupir en la cisterna?”
Los denunciantes aseguraron a este reportero que “las autoridades del gobierno están cruzados de brazos, mientras que los ilegales que han plagado cada lugar vacío del edificio campean por su respeto”.