LA HABANA, Cuba. -Miles de personas, devotas o no, van entre el 16 y el 17 de diciembre al conocido como Rincón de San Lázaro. El sitio está ubicado 30 kilómetros al suroeste de La Habana. La iglesia pertenece al pequeño poblado de El Rincón. Allí se encuentra también el antiguo sanatorio para leprosos.
En el sincretismo religioso católico-afrocubano, mayoritario en la isla, el santo es denominado Babalú Ayé. Se le atribuyen toda clase de milagros
Cada año la asistencia de público, supera los 15 000 personas. Esto ocasiona el cierre oficial al tráfico automotor en las carreteras de acceso al poblado El Rincón.
La caminata es de cinco kilómetros, desde el pueblo de Santiago de las Vegas hasta el Santuario. Muchos la cumplen vestidos con tejidos de yute o ropa de color morado. Decenas de fieles se martirizan durante el camino y llegan extenuados, arrastrándose o de rodillas.
Una feria bordea las calles y aceras. Se venden artículos religiosos, flores y estatuas de yeso. También hay gran cantidad de quioscos, estatales y privados, vendiendo comida.
Hablan los devotos
En Santiago de las Vegas, Cubanet dialogó con Dany Plasencia: “Vengo caminando desde Alamar. Hago una promesa a San Lázaro por mi hija que está por nacer y la salud de mi mujer.”
La pareja de Carmen Muñoz y Francisco Rivero es de la zona capitalina conocida como Berroa: “Salimos a las 2.00 pm de allá. Caminamos para que San Lázaro le de salud a nuestro hijo que padece de leucemia.”
Ya en la comunidad del Rincón, Lázaro Jiménez aceptó dialogar con esta reportera. Este arrastraba una piedra desde Marianao: “Salí desde el 15 por el mediodía. Lo hago por la salud de mi madre que tiene cáncer. Confío en el milagroso para que ella se recupere.”
Otro peregrino, llamado Orlando Cabrera, llegó arrastrando un ladrillo desde La Lisa: “Estoy cumpliendo una promesa para salvar a mi esposa que esta postrada en cama. Solo mediante la fe se obran los milagros. El amor a Jesús y el sacrificio es lo que cuenta. Dios reconoce las buenas acciones y por eso estoy aquí.”
En la carretera hacia El Rincón, está ubicado el Sanatorio del VIH/SIDA. A la entrada de este, algunos enfermos rogaban con una estatuilla de San Lázaro. Estos pedían a los que se acercaban a escuchar sus historias, que pidieran clemencia por ellos cuando llegaran al Santuario.
En la iglesia del Rincón
Una procesión arribó, con sus velas moradas prendidas y con girasoles, como ofrenda. También varios pagadores de promesas y los que traían peticiones u ofrendas al santo.
Se salía por las puertas laterales, para evitar la congestión dentro del Templo. En el césped, centenares de peregrinos. Jóvenes, mujeres, niños, grupos de todo tipo. Muchos esperaban dormir allí hasta la mañana.
Casi eran las 12 AM del 17 de Diciembre. Minutos antes de la medianoche, el párroco pasó bendiciendo a los que aguardaban el inicio de la misa.
Comenzó la ceremonia y todos guardaron silencio.
Cuando se está a la deriva, en medio de un mar de incertidumbre, la fe en un milagro puede ser refugio o camino. Los cubanos rezan y esperan.