LAS TUNAS, Cuba.- El primer vicepresidente del Consejo de Estado Miguel Díaz-Canel Bermúdez visitó Las Tunas este martes. En su recorrido hacia la costa norte llegó a la Escuela Pedagógica Rigoberto Batista Chapman, en el municipio Puerto Padre, donde se interesó por el “comportamiento del curso lectivo”, reportaron medios locales.
En el laboratorio de Inglés del citado centro docente, Díaz-Canel dijo que los estudiantes debían usar ese idioma “como parte de su vida”, no viéndolo asociado sólo a las clases, pues en la escuela primaria se impartía Inglés desde tercero hasta sexto grado, y luego en la secundaria (de séptimo a noveno grado), y en el preuniversitario (desde décimo hasta duodécimo grado), más tres años en las carreras universitarias, pero que los estudiantes se graduaban “sin poder comunicarse”.
“No tiene sentido que durante más de diez años estén impartiendo una asignatura (Inglés) y no logren comunicarse”, dijo Díaz-Canel.
Acerca de lo dicho por el vicepresidente, preguntado un profesor de inglés ya jubilado dijo: “Es cierto lo que él ahora dice. Pero no debemos olvidar que en Cuba, y por política de Estado, fue precisamente en la sociedad, en sus casas, donde los estudiantes no tuvieron la oportunidad de intercambiar con sus padres y amigos en este idioma, que lejos de tener incentivo para su estudio, durante muchos años hasta las canciones en inglés fueron consideradas subversivas, por no decir que todo lo ‘Made in USA’ fue tachado de contrarrevolucionario”.
En su recorrido por Puerto Padre, Díaz-Canel también visitó el parque fotovoltaico en construcción en la localidad rural de Parada, que debe generar 2,2 mega watt cuando entre en servicio el próximo junio.
“Estamos asistiendo al momento fundacional de las fuentes renovables de energía en Las Tunas”, dijo Díaz-Canel en alusión a otros proyectos de ese tipo en la provincia que deben reportar el ahorro de unas 871 toneladas de combustible.
Por pura coincidencia histórica o ironías del destino, el parque fotovoltaico visitado este martes por el vicepresidente Díaz-Canel está situado entre dos vaquerías que fueran de ordeño mecanizado, dotada con silos para forrajes y otros adelantos técnicos, por indicaciones del entonces primer ministro Fidel Castro en los años 60 del pasado siglo.
Ahora una de las vaquerías permanece improductiva, abandonada, mientras la otra, operada por vaqueros que ganan diez dólares al mes, funciona cual establo de la época feudal.
Acaso a 500 metros donde el vicepresidente Díaz-Canel puso sus pies este martes, junto al Río Parada, el Comandante también tuvo “su casa”, el bungaló de tabloncillos de pino y tejas francesas donde durmió la noche del 14 de julio de 1969, cuando luego de cortar cañas en el cercano “campo de Fidel” dio inicio a la “Zafra de los Diez Millones”.
“Hace falta que este invento (el parque fotovoltaico) no termine (en ruinas) como las vaquerías, la casa y el campo de Fidel”, dijo un vaquero de los que ganan 250 pesos al mes (diez dólares) cuando supo que por las cercanías se encontraba un “vicepresidente de Cuba”.
Según medios oficiales, también este martes Díaz-Canel visitó el litoral de Puerto Padre, “elogió el área del malecón e instó a su explotación turística”. Paradojas del destino, también, el día anterior la radio local había entrevistado a la doctora Vivian Santana González, directora del centro municipal de Higiene y Epidemiología, experta que había corroborado una pregunta de la periodista diciendo: “Como usted dice, Puerto Padre es un municipio considerado por las autoridades sanitarias en el país de alto riesgo ambiental”.
Especificando la experta en Epidemiología entre otros riesgos, el obsoleto sistema de alcantarillado de Puerto Padre, con numerosos salideros, cuyas aguas negras, precisamente, son vertidas en la bahía que lame el malecón de Puerto Padre.
De salida ya, brevemente Díaz-Canel visitó el Central Azucarero Antonio Guiteras, que fuera el mayor productor de azúcar de caña de Cuba y del mundo, ahora dotado con nuevas centrífugas chinas, expresándole a trabajadores y directivos que esta es “una zafra sumamente importante y para lograrla es necesario mantener un esfuerzo conjunto”.
Pero quizás sea más factible para los trabajadores del Central Guiteras recuperar los 20 días de atraso en la molienda y hacer una cosecha eficiente que hacer de Puerto Padre una ciudad medianamente “turística”, dotándola con calles transitables, hoteles confortables, sistemas de acueductos y alcantarillados fiables y sobre todo, conseguir ciudadanos que más que chapurrear inglés, sepan expresarse con civismo. Demasiados descalabros en el pasado muestran un futuro sombrío.