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LA HABANA, Cuba.- A 111 años del asesinato del General cubano Quintín Banderas, el artista Luis Manuel Otero Alcántara le rinde tributo. El gesto ocurrió cerca de las 8:30 de la mañana del día 23 de agosto, cuando ante el monumento de este líder mambí, que se ubica en el parque Trillo de Centro Habana, Luis Manuel colocó una ofrenda floral en señal de respeto.
“En nombre del pueblo cubano”, se podía leer en la cinta. Y cualquiera se podría preguntar: ¿al pueblo le interesa, ahora mismo, algo relacionado con sus patriotas? Quizás a un segmento muy reducido.
Y esto se constató en ese mismo momento durante el acto conmemorativo oficial, realizado aproximadamente 40 minutos después del de Alcántara. Los asistentes, un exiguo grupo de excombatientes, funcionarios y familiares del General, como promedio superaban los 60 años.
Mientras, los más jóvenes levantados a esa hora de la mañana, sentados en los bancos aledaños, se conectaban en la wifi; y otro público más heterogéneo en edad, que podía verse por allí, realizaba sus actividades cotidianas, comprar el pan, vender pasteles, trasladarse al trabajo, o hacer las pruebas de conducción, que normalmente se desarrollan en la manzana, donde se extiende el parque.
Las notas del Himno Nacional, como usualmente ocurre, iniciaron el homenaje, y solo los ancianos involucrados en él, mostraron algún interés. No hubo siquiera curiosos, solo tres niños que ante el despliegue de canciones de Silvio Rodríguez, Amaury Pérez y Pablo Milanés, se acercaron para ver qué los despertaba en ese día vacacional.
Luego, el mismo grupo se dirigió al Palacio de los Torcedores, que se halla a unas cuadras del monumento, en donde el historiador Abelardo H. Padrón, quien escribiera la biografía Quintín Bandera. General de Tres Guerras, publicada en 1991, -ahora mismo agotada -, conversaría un poco sobre la vida de Quintín y también presentaría una nueva edición de su libro Mambisadas.
Sin embargo, nada se pudo saber en aquel “coloquio”, sobre qué representaba para la Cuba contemporánea, la historia de un negro pobre nacido liberto, en el barrio oriental de Los Hoyos. Nada de debate sobre discriminación racial. Asunto álgido que tanto afectó a Bandera en aquella etapa colonial y primera República y que tanto sigue afectando al país en la actualidad.
La mayoría de los actos conmemorativos oficiales tienen este patético sabor. Y de algún modo, lo que pretendía Luis Manuel, con su acción era preguntarse, cómo volver a los héroes, cómo identificarse con sus luchas, cómo revertir a través de ellos, el vacío político existente, cómo darles cuerpo en momentos donde sus muertes, cada día valen menos.