Proyecto Varela
Oswaldo Payá
expone sus puntos de vista
Juan Carlos Linares, Cuba-Verdad
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Oswaldo Payá Sardiñas es
el presidente del Movimiento Cristiano Liberación. Creó el
Proyecto Varela, con el cual, mediante un recurso de la Constitución
vigente, pretende que se realice en Cuba un referendo nacional que logre la
democratización.
A la pregunta de cuáles son, en términos constitucionales, los
derechos humanos más violados por el gobierno de Fidel Castro, Paya
contestó: "La actual Constitución cubana está llena de
sombras y frases rebuscadas que son en sí mismas un atentado contra la lógica
y que sólo persiguen como objetivo el de poner un lazo en el cuello de
los cubanos, bien difícil de zafar.
"Precisamente, lo que pretendemos con el Proyecto Varela es cambiar
todo un sistema establecido por la fuerza del miedo y llevar al pueblo desde la
posición de sometido en que se encuentra, a una posición de
libertad, y una vez así poder elaborar entre todos una nueva Constitución.
"La Constitución vigente en Cuba, a pesar de su imperfección,
contiene algunos derechos que sirven como vías para iniciar un proceso
pacífico que restituya los derechos humanos de los cubanos. Y esos pequeños
derechos que nos brinda esta Constitución son los que utilizamos".
Respecto a si el gobierno de Castro viola la Declaración Universal de
Derechos Humanos, Paya expresó: "Hay violaciones que son más
notorias, pero hay otras que son básicas, y es que éste es un
Estado de no derechos. Esas violaciones se respiran en cada detalle de la vida
en Cuba.
"Hablamos de un régimen que se quiere apropiar por la fuerza de
toda la vida social y hasta individual. A los cubanos les han creado una
conciencia clara de no tener derechos, y que el poder político de un
hombre y un partido está por encima de todo, creando con esto un total
desorden social".
Al referirse a la situación actual del Proyecto Varela y qué
falta para concretarlo, Payá dijo: "El Proyecto Varela acaba de dar
su primer paso, y el más importante, con la recogida de firmas. Más
de diez mil cubanos acaban de firmarlo. Esto no tiene precedentes en la historia
del desaparecido mundo comunista de Europa del este".
Y a continuación agregó: "Yo siento que la campaña
del Proyecto Varela ya ha logrado cambios significativos en la sociedad. El
hecho de que esas personas hayan dicho 'queremos cambios en Cuba y ahí
están nuestros nombres, direcciones y números de identidad' es un
fenómeno liberador".
De acuerdo a Payá la segunda etapa del Proyecto Varela será
presentarlo en la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento): "Y se
equivoca o desconoce la esencia del proyecto quien diga o piense que con la
entrega de las firmas se culminará. No será así. Esto no es
una gestión, sino una movilización cívica. Estamos
determinados a lograr los cambios hacia la libertad y la democracia en Cuba
ahora, y lo haremos por esa vía".
Refiriéndose a la posible reacción del gobierno de Castro en
cuanto al Proyecto Varela, Paya explicó: "No quiero especular cuál
será la reacción del gobierno. Hasta este momento ha sido una
reacción de miedo: tiene miedo a mencionarlo públicamente y teme
hasta criticarlo. ¿Por qué? Porque el proyecto tiene dos componentes
fundamentales. El primero, que señala derechos para que los ciudadanos
tengan una participación activa en la vida económica, política
y cultural, aspectos vitales para que el pueblo cubano pueda renacer; y el
segundo componente es que no estamos pidiendo a la Asamblea Nacional ni a Fidel
Castro, estamos exigiendo y demandando que se haga una consulta popular".
No obstante, el presidente del Movimiento Cristiano Liberación admitió:
"Hasta ahora el régimen sólo ha respondido con represión,
intimidación, trampa, bajezas, de manera sistemática durante
meses, en contra de esta campaña popular. Lo que vayan a hacer, además
de lo que ya han hecho, que lo respondan ellos".
A la pregunta de si la Iglesia Católica ha colaborado con el Proyecto
Varela, Payá declaró: "Las jerarquías de la Iglesia
Católica y de las demás instituciones protestantes, fraternales,
no han colaborado formalmente, más bien han tenido una actitud reticente
y de silencio, no ya de defender el Proyecto Varela, ni siquiera a interceder
por los derechos de los cubanos y a que se les consulte".
Después, añadió: "Puedo decir que durante la
semana social católica, en la provincia Cienfuegos, donde estaban
reunidos laicos, religiosos, obispos extranjeros y visitantes, se aprobó
como una de las nueve líneas de acción principales apoyar el
derecho de los cubanos a que se les consulte en un referéndum sobre el
Proyecto Varela y otros proyectos que puedan surgir. Esto no fue muy divulgado,
más bien fue frenado por la jerarquía. Sin embargo, hay que
distinguir que sí hemos recibido mucha solidaridad y apoyo de los
miembros de las instituciones, y muy particularmente el apoyo moral de los guías
espirituales en el exilio".
Pasando al periodismo independiente, Oswaldo Payá Sardiñas
apuntó: "Tengo la mejor opinión del periodismo independiente,
porque realmente lo considero independiente, pero en honor a la verdad no ha
dado la mejor cobertura ni ha tenido una gran presencia con relación al
Proyecto Varela, exceptuando a algunos periodistas. La verdad es que la prensa
internacional nos ha dado más atención que la prensa independiente
cubana, que de por sí tiene muchos más elementos para opinar".
Y luego, agregó: "No pido un periodismo militante, pero sí
un periodismo comprometido con todo lo que acontece en el mundo de la disidencia
cubana y, sobre todo, con los intereses de nuestra sociedad".
Payá opinó respecto a la próxima sesión de la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU y a la resolución sobre el
caso cubano: "Sinceramente, no sé si será condenado o no (el
gobierno de Castro). Para mí, la importancia de que sea condenado va más
allá del orden político. Desgraciadamente, todo parece reducirse
al campo de la política cuando se habla de derechos humanos en Cuba. Lo
que se comenta casi siempre es si ganan los que fomentan esta resolución
de condena o el gobierno cubano y los que le secundan en el empeño de que
no se condene".
Y concluyó Payá: "En Cuba hay una situación grave
de violaciones y no hay perspectivas de solución, precisamente, porque el
propio gobierno no reconoce el problema y se siente agredido por la simple mención
del tema. Nosotros somos las víctimas. Los que se tienen que definir en
cuanto a esta verdad son las instituciones internacionales competentes y el
resto del mundo".
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