Tía
Tata cuenta cuentos (I)
Héctor Maseda, Grupo de Trabajo Decoro
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - En Cuba, la independencia laboral de
los trabajadores por cuenta propia es un mito. Así lo demuestran el
aumento progresivo de los impuestos estatales aplicados al sector, los
requisitos que están obligados a cumplir y las supervisiones periódicas
a que son sometidos por las autoridades.
Esta categoría laboral surgió en nuestro país a
principio de los años 90, a raíz de la desaparición de la
Unión Soviética y el bloque socialista y su consecuencia
inmediata: el cese de los espléndidos subsidios económicos y
prebendas financieras que disfrutaba la Isla.
El gobierno cubano, privado de estos privilegios, y con su economía
al borde del desastre, incapaz -por otro lado- de encontrar una solución
a corto plazo, y temerosa de las explosiones sociales internas, esgrimió
la nueva teoría de que Cuba estaba bloqueada por los dos imperialismos
(el norteamericano y el ruso), al tiempo que decretó el llamado Período
Especial, y permitía la apertura de ciertos mercados internos a la economía
privada. Con ello pretendía ganar tiempo, nuevos mercados
internacionales, y financiamiento exterior para sobrevivir unos años.
En un principio, alrededor de 400 mil trabajadores cubanos se adhirieron a
esta modalidad laboral, confiados en la buena voluntad del régimen. Grave
error. Con el paso del tiempo, la elevación sistemática de los
impuestos, y las crecientes exigencias administrativas, obligaron a que poco más
de 300 mil trabajadores privados renunciaran a esta forma de ganarse la vida.
Es justo reconocer que el estado no suspende groseramente las licencias de
los trabajadores por cuenta propia, pero sí los obliga a que renuncien a
ellas debido al cúmulo de obstáculos que les coloca en su camino
por las diferentes vías del poder absoluto.
Luis, un cuentapropista del municipio habanero Plaza, señaló
que "el gobierno cubano aprieta el dogal cada vez más con más
fuerza. De modo que estrangula la iniciativa privada. Ya no necesita de nosotros
como hace diez años. Ahora nos da una patada en el trasero. Son muchas
las dificultades a enfrentar: tenemos que comprar los ingredientes en divisas y
los pagamos a precios superiores (minoristas). Vendemos en moneda nacional.
Hacer lo contrario te impone un tributo adicional en dólares que resulta
exageradamente oneroso. Los impuestos que pagamos es sobre el total de las
ganancias brutas, no referente a las utilidades netas. Adicionalmente pagamos
tributos por el nombre del comercio, los carteles y toldos que coloquemos y por
tener ayudantes, a pesar de que solamente nos permiten contratar a esposa e
hijos o personas que pertenezcan al núcleo familiar".
Armando, otro cuentapropista del municipio capitalino Playa, se refiere a
los requisitos que exigen los órganos competentes para solicit5ar las
licencias en esta esfera laboral, y los controles que realizan los inspectores
del gobierno.
"Entre los requisitos que te exigen esos funcionarios está el
lugar donde te establecerás, si requieres o no modificar la vivienda, la
utilización de carteles y anuncios lumínicos o escritos. De usar áreas
adicionales a la vivienda, te presionan para que optimices las condiciones higiénico-sanitarias.
Te prohiben asociarte a otro cubano y de este modo, procurar capital fresco para
la inversión. En estos trámites intervienen varias dependencias
estatales o vinculadas a éstas: las direcciones municipales del trabajo y
la vivienda, el delegado de tu área del poder popular, el presidente del
Comité de Defensa de la Revolución y el Consejo Popular del
Territorio. Ellos son los que deciden si otorgan la licencia o no. Uno solo en
contra te descalifica. Por otro lado, si te mantienes 30 o más días
sin abrir el negocio, pierdes el permiso. De esta obligación están
exentos los movilizados en actividades productivas o militares. Si te enfermas,
debes presentar un certificado médico, avalado por el hospital
correspondiente".
Informaciones relacionadas
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
Internet. CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza
la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como
fuente.
|