De nuevo el
dilema Zanjón-Baraguá
Reinaldo Cosano Alén
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Los generales Antonio Maceo y Arsenio
Martínez de Campos se dieron cita bajo la fronda de los mangos de Baraguá
el 15 de marzo de 1875. Un grupo de patriotas cubanos distinguidos por la valentía,
lealtad, constancia e intransigencia independentista acompañó a
Maceo. Tras el amable y respetuoso saludo, Martínez de Campos dijo: "Basta
de sacrificios y sangre: bastante han hecho ustedes asombrando al mundo con su
tenacidad y decisión aferrados a su idea. Ha llegado el momento de que
nuestras diferencias tengan su término y que, unísonos, , cubanos
y españoles, propendamos a levantar este país de la postración
en que diez años de cruda guerra lo han sumido".
Nuestro Titán de Bronce, Maceo, en respuesta advirtió lo que
ha pasado a la historia con el nombre de Protesta de Baraguá, que los
orientales no estaban de acuerdo con la capitulación pactada en la finca
camagüeyana el Zanjón porque aquel concierto con España no
incluía la abolición total de la esclavitud ni el reconocimiento
de la independencia de Cuba.
El general español insistió en vano para que Maceo y sus
bravos mambises depusieran las armas y claudicaran aceptando una paz y garantías
basadas en concesiones vejaminosas que, de hecho, anularían los increíbles
sacrificios y la sangre vertida por la libertad e independencia de Cuba. Allí
quedó convenida la fecha del 23 de marzo, ocho días después,
para el reinicio de las hostilidades.
Exactamente 127 años después del gesto heroico de Maceo, el
pueblo cubano se enfrenta al dilema Zanjón-Baraguá: la nación
está conturbada por el suplicio de otra tiranía que rebasa las
cuatro décadas, siempre a merced de un nuevo Capitán General con
poderes omnímodos, tanto o más que los de centurias pasadas.
Otra vez hoy los claudicantes presentan fórmulas y proyectos
amparados en irreales resquicios de la Constitución de la República,
a hechura como se sabe del gobierno de fuerza, al que sirve como barniz legal y
democrático que en nada efectivo ayuda a derrumbar al desgobierno, sino
que, por el contrario, desarma y desmoraliza a las fuerzas opositoras, porque
insufla oxígeno al régimen con falsas expectativas de que es
posible "cambiar la ley desde la ley". ¡Falso! El pueblo cubano
está urgido del bisturí social, no de curitas de mercurocromo.
Está demostrado que con el gobierno de Castro no puede haber diálogo
fructífero, que no va a ceder, que no va a cambiar sus entrañas de
intolerancia a ultranza. Que ignora soberbiamente y se burla de los opositores y
hasta de la visita pastoral del Papa Juan Pablo II, quien pidió al
gobernante Castro que Cuba se abra al mundo, que a pocos días de la cita
de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU ha desatado una nueva ola
represiva en La Habana y Ciego de Avila con la detención y maltratos a 26
opositores pacíficos y periodistas independientes, amenazados de ser
encausados.
Consideramos muy acertadas y esclarecedoras estas palabras de la ex
prisionera de conciencia Martha Beatriz Roque Cabello: "A los senadores
tuve que aclararles que no creía ni en la actual constitución ni
en las leyes vigentes. Porque si además de oír lo que el gobierno
les dice, los que nos oponemos al sistema les trasmitimos la idea de que aquí
todo funciona tan bien que podemos hacer un referéndum para cambiar el país,
entonces dirán: ¿de qué se quejan?"
Se necesita de fórmulas de activismo político, de resistencia
cívica y de promoción de la sociedad civil en Cuba frente al
atrincheramiento político del castrismo, que un sector más radical
de la oposición está promoviendo como La Plataforma de Resistencia
Cívica de la Oposición y la Asamblea para Promover la Sociedad
Civil en Cuba; como también la Iniciativa por la Patria de Todos, en la
cual, como señalan sus propugnadores procurarán, partiendo de las
leyes existentes, "empezar a desbloquear la crítica situación
nacional y para aliviar las penurias que confronta hoy el cubano de a pie";
y el recientemente inaugurado Centro para la Enseñanza de la Informática
a la Disidencia Cubana, como muestra de la puja civil para arrebatar espacios
siempre negados. Propuestas todas muy interesantes, que en buena manera más
bien se complementan que se excluyen, y que no son las únicas.
Este 15 de marzo protestamos por las detenciones arbitrarias de 25
compatriotas, arrestados por acciones cívicas, no violentas, contra el régimen
de Castro, y pedimos la inmediata excarcelación, sin que ocurran procesos
judiciales contra estos defensores de los derechos humanos y las libertades
ciudadanas.
De espalda a la realidad del castrismo es absurdo pretender reformas del
sistema, ¡hay que arrancarle el poder!
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