También
son madres
Fara Armenteros, UPECI
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Cuando María Caridad Navarro
supo que su hijo menor, Javier Jorge Navarro, de 20 años, se iría
de su lado porque se marchaba a Estados Unidos de América, el corazón
le dio un salto tan grande en el pecho que pensó que se le desprendía.
No encontró argumentos válidos para hacerlo renunciar al
anhelo de emigrar a tierras de libertad. Para que Javier no hiciera la travesía
con desconocidos, su padre decidió embarcarse con él. Esto ocurrió
en 1994.
Seis años después, Javier regresó a Cuba en una
embarcación para buscar a sus dos hermanos. Al no encontrarlos en el
punto convenido decidió regresar a territorio estadounidense, pero la
lancha se averió y fue capturado por la Marina de Guerra Cubana.
Junto a Javier apresaron a Santiago Benítez, quien también
quería recoger a su hija y llevársela a vivir con él a
Estados Unidos de América.
En la embarcación donde iban Javier y Santiago las autoridades
cubanas ocuparon latas de bebida y pescado fresco, según informó
la señora Navarro.
"Pero mi hijo fue acusado de tráfico ilegal de personas y
condenado a diez años de privación de libertad" -dijo la
mujer.
Después, añadió: "Apelamos esa condena y tuvimos
que tramitar la apelación en el Bufete Internacional a un costo de mil dólares.
El tribunal ratificó la pena. Todos los días lloro y rezo porque
se acabe esta pesadilla".
Sin poder contener el llanto, María Caridad Navarro expresa que su
hijo no puede comunicarse con el padre, que reside en Estados Unidos, porque no
se lo permiten las autoridades.
"Yo soy madre, puedo comprender el dolor de otras madres cubanas con el
mismo problema. Además, cuando visito a mi hijo en la prisión
Combinado del Este, hay que ver lo que tenemos que soportar quienes tenemos
hijos en las cárceles" -apuntó Navarro.
El llanto al fin corta las palabras de la mujer. Calló. Pienso que
hay miles de madres en Cuba con sus vidas laceradas porque sus hijos están
encarcelados por un gobierno que aplica las leyes que hizo, pero que no siempre
hace justicia.
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