Venezuela no
será otra Cuba
Tania Díaz Castro
LA HABANA, marzo (www.cubanet.org) - Después de dos años del
triunfo político de Hugo Chávez en Venezuela, aún no ha
logrado -como sí pudo Fidel Castro- tener bajo control a todos los medios
de difusión masiva, adueñarse de éstos. Las sociedades
democráticas se hacen más sólidas con la prensa libre, y
los nuevos caudillos tienen que andar con pies de plomo.
Como aseveró el escritor cristiano Michael Novak, "la sumisión
a la tiranía es la condición más frecuente de la especie
humana".
Sin embargo, en Venezuela son muchos los que despiertan del sopor que
produce el exceso de entusiasmo y optimismo político, y han salido a las
calles a protestar o simplemente observan y median.
Según recientes encuestas, Chávez tiene cada día menos
partidarios, los que no se han visto obligados a marcharse masivamente del país
como ocurrió y ocurre en Cuba, poseedora de un exilio a sólo
noventa millas, uno de los exilios más prósperos y más
poblados de la Historia.
En realidad, Chávez ha podido hacer muy poco para consolidar su poder
con perspectivas a largo plazo. La fuerza de una sociedad civil y moderna,
fuerte y poderosa, es el peor obstáculo de Chávez, y con ella
choca a diario. Venezuela no sufrirá jamás como Cuba de
intervenciones a comercios e industrias para que luego permanezcan inactivos
durante años. Venezuela no sufrirá jamás como Cuba la
angustia de ver partir a sus hijos hacia guerras ajenas, de donde muchos no
regresaron.
Venezuela no tendrá pelotones de fusilamientos tronchando vidas de
hombres ni sepultará en una zanja, casi vivos, a 71 jóvenes recién
incorporados al ejército enemigo, como ocurrió en el reparto San
Juan, de Santiago de Cuba, un 12 de enero de 1959. Venezuela no será
convertida en otra Cuba. El sufrimiento sólo es nuestro y no se lo
deseamos a nadie más.
Pero cuidado, porque los Círculos Patrióticos Bolivarianos,
creados para dividir a los venezolanos, tal como ocurrió en Cuba a través
de los Comités de Defensa de la Revolución, pueden engendrar las
Brigadas de Respuesta Rápida, cuya función estriba en insultar y
golpear a los opositores pacíficos, a todo aquél que disienta del
régimen.
Las estrategias de Chávez son diferentes a las que se usaron en Cuba
durante los albores de la revolución de Fidel Castro. En Cuba, no se
dialogó con la iglesia, la que también observó "una
grave interrogante acerca de la vigencia y hasta de la existencia real de un
Estado de derecho democrático en ese país", de acuerdo a la
concentración del poder del presidente, tal y como han declarado los
obispos venezolanos ante la situación actual.
Pero mucho de lo que ocurre en la actualidad coincide. En Cuba se celebra
con fiestas la masacre del asalto al cuartel Moncada, ocurrida en Santiago de
Cuba en 1953. En Venezuela el frustrado golpe de Estado que en febrero de 1992
dirigió Chávez. Aún así, el tercer país
exportador mundial de petróleo jamás será otra Cuba. De sus
24 millones de habitantes sólo una pequeña parte es la que muestra
sumisión e ingenuidad. No olvidemos que Chávez obtuvo la
presidencia sólo con un treinta por ciento de los votos, y que la última
encuesta no fue nada favorable para él.
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