Holanda: para
que los tulipanes también florezcan en Cuba
Miriam Leiva
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - Desde los Países Bajos se
esperaba a mediados de febrero al ministro de Agricultura al frente de una
delegación. Sin embargo, dejando a un lado los intereses económicos
, él canceló su visita a Cuba.
El motivo fue la negativa de las autoridades cubanas a concederle visado a
Doekle Terpstra y a Kees Van Kortenhot, presidente y miembro de la Central
Sindical Cristiana de Holanda (CNV), quienes integraban la delegación,
según fuentes de la CNV.
Las compuertas de los diques cubanos se cerraron por las relaciones que la
CNV sostiene con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC), organización
independiente prohibida por el gobierno cubano.
Holanda constituye uno de los países que con mayor celo cuida la
aplicación de su política hacia Cuba. La prioridad conferida al
respeto de los derechos humanos y el apoyo a la sociedad civil es monitoreada
desde el parlamento, además que los medios de difusión siguen su
curso.
Ejemplo de ello es la visita a finales de 1999 del ministro de Exportación,
señor Ybema, a quien acompañó una amplia delegación
integrada por el señor Terpstra y otros. Si entonces se cuestionó
en Holanda la conveniencia del intercambio con el gobierno cubano y la
perspectiva de ampliar los nexos económicos, también fue bien
acogida por los holandeses la posibilidad de contactar a miembros de la sociedad
civil reprimidos por las autoridades de la isla por el sólo hecho de
expresar pacíficamente sus opiniones.
En esa ocasión, se desarrolló un fructífero intercambio
entre el ministro, sus acompañantes y un nutrido grupo de disidentes y
familiares de presos políticos. Incluso, el señor Ybema los invitó
a conversar con los periodistas holandeses que lo acompañaban. El mismo
los presentó y ofreció una breve valoración de la reunión
sostenida en la residencia de la embajadora, de donde los opositores habían
sido trasladados en los autos de la embajada al céntrico Hotel Parque
Central, administrado por la empresa Golden Tulip de Holanda, en el cual se
encontraban los reporteros.
Con posterioridad, la Central Sindical Cristiana Holandesa continuó
estrechando sus vínculos con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos,
por lo que el señor Terpstra solicitó permiso de entrada a Cuba en
el 2000 para participar en el primer congreso de la organización sindical
isleña, permiso que le fue negado. Se recordará que el gobierno
cubano prohibió esta reunión y el secretario general del CUTC,
Pedro Pablo Alvarez Ramos, permaneció encarcelado varios meses sin que
luego se presentaran cargos en su contra.
Otras organizaciones no gubernamentales de los Países Bajos, como es
el caso de Pax Christi, mantienen contactos con homólogas cubanas, lo que
constituye un apreciable apoyo moral a los activistas por los derechos humanos y
al desarrollo de la sociedad civil en Cuba.
Al mantener tal proceder, los holandeses atestiguan las tradiciones democráticas
acendradas desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando mediante
su Constitución se reconoció en ese país la igualdad de
derechos civiles y políticos así como las libertades de prensa y
de reunión, entre otras.
Por tanto, la cancelación de la visita programada por el ministro de
Agricultura resulta un alerta a las autoridades cubanas acerca de la firme
posición de los Países Bajos, y a la vez es un acicate para las
personas que en Cuba se esfuerzan por lograr un cambio democrático.
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