Conductas
violentas en la sociedad cubana
Víctor Rolando Arroyo, UPECI
PINAR DEL RIO, febrero (www.cubanet.org) - Las conductas violentas aumentan
visiblemente en la sociedad cubana. Se confirman cada día en las
relaciones entre las personas.
Por su parte, organizaciones pro gubernamentales y hasta portavoces de
diferentes entidades del Estado han admitido el fenómeno, se han adoptado
algunas medidas cuyo fin es contrarrestarlo, pero no señalan ni atacan la
causa de la creciente violencia: el propio sistema político existente en
Cuba.
El sistema político cubano provoca que los individuos se tornen
violentos porque violentas son las relaciones de los gobernantes con sus
gobernados. Quien se exprese en contra de la política del Partido
Comunista es considerado enemigo y reprimido constantemente por la policía
política y demás órganos del Ministerio del Interior, sin
importar que hasta ese momento el disidente haya sido el más fiel
partidario.
Otro aspecto que contribuye a generar un clima de violencia es el mensaje
reiterante de la propaganda política a través de los medios de
prensa, según el cual estamos en guerra contra un enemigo permanente y
poderoso.
La vigilancia policial que percibe diariamente el cubano sobre sí es
también un elemento a tener en cuenta, porque sentirse acosado sin motivo
altera los nervios del más equilibrado de los seres humanos. Es casi
imposible permanecer impasible ante la red de policías, comisarios políticos,
agentes de la contrainteligencia, organizaciones de vigilancia social como los
Comité de Defensa de la Revolución y la Federación de
Mujeres Cubanas, así como por los auxiliares de la policía y otros
colaboradores cuya tarea principal es inmiscuirse, espiar la vida privada de los
cubanos para detectar conductas de rebeldía contra el sistema político.
Estas redes se extienden no sólo al hogar sino también al
centro de trabajo, a las calles, parques, bibliotecas... en fin, a cualquier
sitio.
La generalidad de los cubanos no se atreve a expresarse libremente y por
tanto ha ido acumulando frustraciones e inconformidades que manifiesta
frecuentemente mediante ese estado de agresividad con sus semejantes,
confirmable en cualquier región del país.
Los funcionarios no deberían asombrarse ahora de la violencia que se
manifiesta en la sociedad cubana, porque ellos son parte del gobierno que ha
conducido a la población a ese estado. Es la respuesta del pueblo a décadas
de militarización, de actos de repudio, de brigadas de respuesta rápida,
de vigilancia, de maltratos e injerencias en la vida privada de las células
de la sociedad. Ahora brota, se hace visible para ellos lo que han incubado
durante tanto tiempo.
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