Maritza Lugo. El
Nuevo Herald, febrero 13, 2002.
Exijo, pacíficamente pero con firmeza, que en nuestro país se
respeten los derechos civiles y se restablezca la democracia para que nos
podamos dedicar a trabajar para construir un futuro mejor, y no pasarnos la vida
gritando consignas de odio y confrontación. Dice usted, Sr. Fernández,
que no es comunista, y es posible, porque hay muchos tontos útiles que
sirven a ese sistema como compañeros de viaje y cargan sus maletas de
odio y resentimiento.
Me llama la atención sobre el caso de la abogada cubanoamericana que
en Miami tuvo problemas con la comunidad cubana y que a usted por defenderla lo
acusaron de comunista. Besar a Fidel Castro para agradecerle lo que ha hecho por
el pueblo cubano es un acto repugnante. ¿Se imagina cómo hubieran
reaccionado los judíos si un judío le hubiera dado un beso de
agradecimiento a Hitler por lo que hizo por el pueblo hebreo? Debo decirle que
fue el régimen cubano el que provocó este problema con esta señora,
porque hizo público el video a propósito, tratando de lograr una
reacción violenta del exilio y así culpar a ''la mafia de Miami''
de cualquier resultado deplorable.
Esto demuestra que los comunistas están dispuestos a sacrificar a sus
colaboradores con el objetivo de alcanzar sus fines. Tengan cuidado los amigos
terroristas del cacique cubano, no vayan a ser entregados a las autoridades
norteamericanas para tratar de ocultar el hecho de que Cuba ha sido refugio de
todos los criminales que andan huyendo de la justicia universal.
En cuanto a lo que me dice del embargo norteamericano, ése es un
problema que se ha buscado el gobierno cubano. Mis esfuerzos van dirigidos a
tratar de romper el más absoluto, cruel y efectivo de todos los embargos:
el embargo a la libertad impuesto hace más de cuarenta años por el
régimen comunista, que es el causante de toda nuestras penas.
Levantar el embargo norteamericano unilateralmente no resuelve nuestro
problema. Es como si quisiéramos remover un árbol sin arrancar sus
raíces. No demos alivio pasajero a la enfermedad que sufre nuestro
pueblo; concentrémonos en extirpar el mal que corroe a la nación
cubana y que es la única razón de nuestro infortunio: el régimen
comunista.
En cuanto al exilio que tanto usted desprecia, debo decirle que gracias a la
solidaridad del mismo y a la constante denuncia de los atropellos del régimen
la oposición sigue creciendo. Gracias a eso Maritza Lugo está en
Miami con sus hijas y no en una cárcel comunista.
Espero que el régimen le haya otorgado la visa para ver a su madre
enferma como usted esperaba, y que no haya llegado tarde como muchos otros
cubanos. Cuba es el único país del mundo donde sus ciudadanos son
tratados como extranjeros. Los tentáculos del régimen son largos,
y no se limitan a reprimir a los cubanos de la isla, sino también a
castigar a los que viven en otros países, negándoles el derecho a
visitar libremente el suyo.
Espero que Dios algún día ilumine su espíritu para que
pueda ver dónde está el mal, que no está en el exilio, sino
en un grupito de malvados en La Habana.
Con saludos muy cubanos.
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