De nuevo la Ley
de Ajuste
José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad
LA HABANA, febrero (www.cubanet.org) - En Cuba las autoridades ya no saben
qué van a hacer para evitar que la gente se vaya de forma ¿ilegal?
Ante de la firma de los Acuerdos Migratorios con Estados Unidos (1994 y 1995) al
que atraparan saliendo por su cuenta del territorio nacional era encarcelado por
años. Muchos conocieron las prisiones por este motivo, pero de todas
formas el éxodo no se detuvo.
Es oportuno recordar que la Declaración Universal de Derechos
Humanos, en su artículo 13, establece claramente que todo individuo tiene
derecho a entrar y salir de su país cuando lo estime conveniente. Y esa
Declaración Universal, que el régimen castrista nunca ha rechazado
en foros internacionales (aunque viola su contenido) está vigente para
todas las naciones.
Hubo una época en la cual incluso los que hacían los trámites
establecidos por el régimen para emigrar eran obligados a trabajar en la
agricultura. Sin embargo, esto no impidió que más tarde ocurrieran
dos grandes éxodos: el de 1980 y el de 1994.
En el del 80, por el Mariel, sabemos que se implantó el terror luego
de los sucesos de la embajada del Perú para evitar que las personas (las
había de todo tipo) continuaran manifestando públicamente sus
deseos de irse del país. En esa ocasión, los inhumanos actos de
repudio se extendieron por toda la capital y los que deseaban emigrar fueron
humillados, golpeados brutalmente y muchos de ellos sitiados en sus domicilios
como si fueran delincuentes temibles, al mismo tiempo que las turbas les
gritaban improperios.
El éxodo del 94, el de la base naval de Guantánamo, se produjo
tras el llamado "maleconazo". La situación social estaba "cargada"
de malos presagios para el régimen y Fidel Castro decidió eliminar
la vigilancia de las costas. Miles de compatriotas se lanzaron al mar en
cualquier cosa que flotara. Las naves del servicio de guardacostas
estadounidense los recogían en alta mar y los llevaban para la base
militar. Para nadie es un secreto que en esa ocasión el gobierno de
Estados Unidos salvó de la muerte a muchísimos cubanos.
Pero el gobierno de Cuba no ha podido volver a descompresionar la situación
interna abriendo otra vez las costas para que miles y miles de cubanos arriben a
la Florida y le creen una situación embarazosa a Estados Unidos. Pero no
ha podido descompresionar el régimen castrista porque la Ley Helms-Burton
apunta que ese tipo de hecho sería considerado una agresión a ese
país, que respondería en consecuencia.
A partir de entonces es que se comenzó a hablar profusamente en los
medios controlados por el gobierno de Castro de la Ley de Ajuste Cubano, que hacía
ya muchos años estaba vigente y de cuya existencia pocos conocían
en la isla.
Desde ese momento el régimen culpa a la Ley de Ajuste y al gobierno
de Estados Unidos por todo cubano que quiere huir del país.
Ayer, en un programa de televisión que duró hora y media y es
conocido como Mesa Redonda, de nuevo la Ley de Ajuste fue la gran vedette,
porque no sólo se dijo que era la culpable de todas las muertes de
cubanos en el Estrecho de la Florida y se fustigó una vez más a
los "padres irresponsables que a pesar de todo continúan llevando a
sus hijos a esa aventura", sino que además se calificó a
Miami (sitio preferido por los cubanos para vivir) como "una de las
ciudades más corruptas y violentas de Estados Unidos".
Pero, como siempre, nada se dijo sobre por qué muchos cubanos quieren
irse del país a como dé lugar, a pesar de la constante campaña
contra el capitalismo que el gobierno castrista lleva a cabo hace más de
43 años.
Hace algunos meses la Unión de Periodistas de Cuba (organización
progubernamental conocida por las siglas UPEC), en una declaración
dirigida a las personas fuera de la isla, afirmó: "El bloqueo y la
hostilidad contra Cuba contribuyen en algunas ocasiones a limitar la información
al pueblo, a retrasar el perfeccionamiento de nuestra libertad de prensa y de
expresión y el nivel de autonomía que le corresponde a la prensa
dentro de nuestra sociedad".
Evidentemente, este planteamiento es una confesión de servilismo y de
complicidad de los periodistas de la UPEC.
Si desde hace décadas mueren compatriotas en el Estrecho de la
Florida, ¿por qué los colegas no independientes no hacen un análisis
imparcial de la situación y dejan que el pueblo saque sus propias
conclusiones sobre en cuál de las dos orillas están los verdaderos
culpables de esas muertes y del éxodo sin fin?
La complicidad, el servilismo, por mucho que se quieran justificar no tienen
justificación.
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